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Miguel Laporte, el cantante malagueño que encontró el éxito en Perú

Miguel Laporte, el cantante malagueño que encontró el éxito en Perú

El joven compositor está preparando su segundo disco después de triunfar en 'La Voz' y otros concursos musicales en el país andino

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Domingo, 11 de noviembre 2018, 00:39

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Cuando descubrió que la oferta laboral que le llevó a Perú en 2014 para cantar en una cadena de casinos haciendo música de Il Divo era «una estafa», pensó que si había recorrido miles de kilómetros era porque el destino le deparaba algo bueno y decidió quedarse en Lima. Sin apenas dinero, Miguel Carlos Ruiz Martín y su pareja, con unos trabajos escasamente remunerados y consumiendo sus ahorros - «estuvimos más de seis meses comiendo plátano, arroz y salchichas-, consiguieron legalizar su situación en el país andino y salir adelante hasta que a este joven malagueño de 31 años, de nombre artístico Miguel Laporte, le sonrió la suerte. Un amigo llamó al programa 'La Voz' de Perú para inscribirle en el casting, y fue seleccionado para participar en el concurso musical, «donde te lo tienes que costear tú todo, desde el transporte a la comida».

Llegó a semifinales, y algunos medios de comunicación le definieron entonces como 'La nueva voz que enamora a Perú'. Después, en 2016, llegó 'Yo soy', otro programa en el que los participantes imitan a grandes artistas. Laporte, como Il Divo, también llegó a la final, y su fama fue creciendo. Entre ambos concurso, el productor Stefano Vieni, asesor de su 'coach' de 'La Voz Perú', el cantante mexicano Kalimba, apostó por él y le propuso acompañarle a México para grabar su primer single. Así, de la mano de este reconocido productor en Latinoamérica, que ha trabajado con artistas de la talla de Luis Fonsi, y con la ayuda económica de su madre, «que empeñó lo único que tenía, el oro de mi abuela», salieron a la luz las canciones 'No te quiero doler' y 'Recuerdos', esta última compuesta por él, que define su estilo como «pop-balada con soul y rock».

Después de su paso por el concurso de imitadores, donde su grupo quedó en cuarta posición, sus ofertas de trabajo como Il Divo Perú aumentaron y pudo viajar a Los Ángeles para terminar de grabar su primer disco en solitario, un EP con cinco temas que presentó el año pasado bajo el título 'Es la hora'. Este es el título de una canción que Laporte dedica a su padre, fallecido unos meses antes de que emigrara a Lima. «Su partida fue una de las razones por las que me fui», explica desde Málaga, donde se casa la próxima semana y aprovechará para hacer algunas actuaciones por la provincia y darse a conocer.

Actualmente tiene previsto viajar a México, donde ha firmado con la distribuidora Cosmos para preparar su segundo disco con la producción de Vieni. Sobre si tiene pensado regresar a España, afirma que le gustaría darse a conocer aquí, aunque no oculta cierto rencor por haber encontrado el éxito fuera y no en su tierra: «Es una pena que en Perú te reconozcan el talento y aquí en Málaga no te hagan ni caso. Eso sí, si pegas el pelotazo te quiere todo el mundo», se queja Laporte, que no obstante afirma que está orgulloso de llevar el nombre de su ciudad por el mundo. Como también lo está de llevar en su nombre artístico el segundo apellido de su abuelo, Laporte, «que nos regaló a mi hermana y a mí nuestro primer piano».

A su hermana mayor, Irene Lombard, le han ido mejor las cosas en España y pudo mostrar su talento en la edición de 2015 del concurso 'La Voz' en el equipo de Alejandro Sanz. Licenciada en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga y profesora de voz en el Centro de Artes y Música Moderna Maestro Puyana (CAMM), lleva la música en los genes como su hermano, algo seguramente heredado de su padre. A los nueve años, Laporte ya cantaba en la Escolanía Santa María de la Victoria y estudió piano en el Conservatorio Antonio Machado. Con 15 años entró en la Coral Santa María de la Victoria – «era el pequeñín», dice-empezó a tomarse más en serio el tema de la música. También formó parte de Teatro Lírico Andaluz. «Empecé cantando zarzuela y ópera», recuerda. Después llegaron los conciertos de rock y blues en locales malagueños y con 20 años marchó a Lanzarote, donde estuvo unos nueve meses haciendo una gira por hoteles con un tributo a Il Divo. Cuando volvió actuó por hoteles de la costa malagueña y en eventos organizados por instituciones públicas y asociaciones, como Il Divo y también en solitario.

Además de su formación musical, estudió Auxiliar Administrativo y fue monitor de fútbol-sala, pero la música siempre ocupó un primer plano, por eso no le han pesado los sacrificios.

Además de confiar en el destino, otro de los motivos que le animó a quedarse en Perú fue su trabajo como voluntario en una casa de acogida de la asociación Un Día de Esperanza (AUDE), que atiende a niños y adolescentes con VIH que carecen de unidad familiar. Allí da clases de canto a los pequeños y organiza conciertos y otros eventos benéficos para recaudar fondos. Ademas, como voluntario de la ONG Codepro (Asociación para la Cooperación, el Desarrollo y la Promoción), creada en Málaga en 2003, Laporte se encarga de supervisar los proyectos que esta entidad realiza con AUDE.

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