Ricardo Lezón: «No puedo vivir de la música, pero la música me ayuda a vivir»

Tras el sonido enigmático de McEnroe está la voz de Ricardo Lezón (Guecho, Vizcaya, 1969). Él y su inseparable gorra se han posicionado casi sin quererlo como uno de los iconos del 'indie' nacional, pese a que no invierte demasiado tiempo en pensar las etiquetas ni los géneros. «Ser 'indie' es hacer lo que te da la gana», asegura. Lezón actuará este jueves en el Albéniz junto a Maika Makovski, en lo que será el concierto inaugural del MAF –Málaga de Festival–.

–¿Cómo se le da eso de inaugurar festivales?

–Creo que es la primera vez que voy a inaugurar algo (ríe). La verdad es que tenemos muchas ganas de bajar. Estuvimos en el MAF hace un par de años y llegamos con muchas ganas para cantar las canciones del disco de McEnroe. Vamos en formato dúo porque para nosotros es muy difícil mover a toda la banda, llevamos el disco nuevo y muchas ganas, siempre me gusta venir al sur, está aquí casi toda mi familia.

–¿Soléis actuar en ciclos como este?

–Por la música que hacemos y por el formato de banda, muchas veces nos relacionan mucho con el mundo del cine y de la poesía, y nos sentimos más cómodos en este tipo de eventos, más que en los festivales de grupos o festivales de verano. Este es un hábitat que se ajusta bastante bien, tocar en un teatro de forma relacionada con el cine nos resulta muy cercano.

–¿Esa comodidad forma parte del concepto 'indie' y de la tendencia a agruparse que tienen los conjuntos de este género?

–Creo que en este caso es más por la relación con el mundo del cine, que intenta acercarse a la música y nosotros a estas actividades. Es más por tener una actitud alternativa… a ver cómo lo explico. Es que a mí la palabra 'indie' no me…

–La siguiente pregunta era sobre esa etiqueta...

–Es que mi planteamiento es bordear el tema desde una perspectiva más personal o alternativa.

–Podemos concluir que el concepto 'indie' no le representa...

–Bueno, tampoco le dedico mucho tiempo a eso. Habrá gente que me llame 'indie', otra que diga que soy alternativo, no lo sé. Yo creo que es más importante la manera de hacer las cosas. 'Indie' significa hacer un poco lo que te da la gana, y de eso lo hay en todos los lados.

–¿Usted puede hacer lo que le da la gana en la música?

–¡Hombre!, para eso estamos (ríe). Al final es todo un concepto difuso, hay que hacer lo que te gusta y ya está.

–Algunos artistas de la escena local de Málaga se quejan de lo difícil que es tocar temas propios frente a las versiones. ¿Se ha visto alguna vez en esa situación?

–El mayor valor que hemos tenido, lo que mejor hemos hecho como banda, ha sido aprender a tocar haciendo canciones propias. Siempre tuvimos claro que lo que queríamos hacer nuestra música, es una de las características más importantes del grupo: cuando no teníamos ni puñetera idea de tocar nos pusimos a hacer canciones, y dicho así parece una tontería pero es el camino que hemos llevado desde entonces. Es cierto que es más difícil después conseguir atención, o más bien poder ir a tocar a ciertos sitios o poder despegar, pero luego es mucho más satisfactorio.

–Al final las versiones se convierten en el único camino para salir del local de ensayo, más aún si hablamos de chavales que están empezando...

–Exacto, pero eso les ocurre porque en los lugares a los que quieren ir les piden eso. No sé si es que la gente no quiere escuchar temas propios. Aquí (en el País Vasco) también pasa: si te pones a hacer versiones vas a tocar en un determinado círculo, está claro. Igual hay gente a la que no le interesa tanto la música. No sé si es culpa del que programa, que le da miedo que no vaya el público, o que verdaderamente no funcionan los temas propios. Yo, personalmente, los grupos de versiones… no. Ni nos ha gustado nunca hacerlas ni he ido nunca a verlo. Es como si te lees un libro escrito por segunda vez.

–¿Qué prefiere, escenario grande o pequeño?

–La verdad es que me gusta tocar donde sea, el directo me encanta, me pone nervioso pero con un nervio bueno. Es verdad que los locales más pequeños suponen más nervios por la cercanía del público y todo se engrandece. Al tocar en sitios más grandes se difumina un poco más. A mí me gusta mucho lo de tocar en un cine, en el Albéniz. Para nosotros la reacción del público es muy importante, somos muy poco impermeables, vamos muy de la mano de lo que recibe el público. El silencio nos afecta mucho, si la gente está hablando nos desconectamos. En los sitios pequeños generalmente la gente viene a escucharte porque tiene interés, supone más responsabilidad pero a la vez más disfrute.

–En alguna ocasión ha dicho que le gustaría vivir de la música… ¿lo ha conseguido?

–No, no lo he conseguido del todo. Pero bueno, esa frase quedó muy categórica. No puedo vivir de la música, pero la música me ayuda a vivir, más allá de lo económico. Además del dinero sí que vivo de la música y de poder hacer canciones. En lo estrictamente económico tengo que hacer otras cosas.