Amaral: «Nunca hemos grabado ni un solo disco pensando en las listas de ventas»
Juan Aguirre, guitarrista y corista del grupo, explica a SUR las claves del concierto que la banda ofrecerá en Málaga este sábado
El Palacio de Ferias y Congresos de Málaga dejará de ser gris. Amaral da mañana su 'Salto al color', concierto de presentación de un disco con el que han abierto la mente a otros sonidos para abordar desde diferentes perspectivas las relaciones humanas, «que son lo más importante que tiene el ser humano». Juan Aguirre, –50% de la banda junto a Eva Amaral–, se hace un café y atiende a SUR desde el estudio de grabación para analizar lo que ocurrirá sobre el escenario este fin de semana.
–¿Por qué han decidido saltar al color en este momento?
–El nombre del disco es una imagen sencilla para hablar de movimiento, el salto implica movimiento. El color tiene que ver con diversidad, diferenciación, apertura de mente hacia sonidos distintos, ideas diferentes y músicas que vienen de lugares distintos. Vivimos en la era de la información más que nunca y nos llega información de todo tipo, no solo a través de los viajes de un grupo. A través de la revolución digital estamos mucho más en contacto unos con otros.
–Escuchando el disco se aprecia, efectivamente, un acercamiento a otros sonidos más eléctricos. ¿Ha sido intencionado?
–Hay una parte del trabajo de cualquier disco que es muy irracional e impulsiva, tiene que ver con impulsos bastante primarios. Eso siempre es así. Hay otra parte que tiene que ver más con una parte de estudio y producción. Lo que le da carácter a un disco, creo yo que es esa parte que sale de dentro de forma impulsiva, casi sin pensar. Es fruto de escuchar música diferente, de evolucionar y dejar que otros sonidos te invadan. Siempre hemos sido un grupo bastante abierto a la hora de escuchar música y de aprender. La música tiene mucho que ver con expresar impulsos racionales, además de aprender y compartir.
–¿Cómo se traduce esta nueva forma de tratar las canciones al sonido de Amaral en directo?
–De una forma bastante divertida de hacer y de tocar. En directo somos una banda de seis personas, todos con procedencias diferentes. Aunque la cara visible somos Eva y yo, esto es una labor de equipo, como en las películas, que la gente solo ve a los actores y al director, pero hay un equipo. Aunque la parte visible somos nosotros hay una banda con la que ya llevamos un tiempo girando con la que cada uno de los integrantes tiene una personalidad y todos aportan. Lo que tenemos en común es la parte más enérgica, una forma de tocar con energía, y eso prevalece en el directo. Intentamos que la gente salga de nuestros conciertos más felices de lo que llegaron. Que se vayan a dar una vuelta o a casa, pero más felices.
–¿Cree que el nuevo formato está funcionando?
–Estamos muy agradecidos por la respuesta que está teniendo el disco. Nunca hemos grabado ni un solo disco pensando en las listas de ventas ni nada de esto. Una vez que lo has terminado y ves que la gente lo hace suyo te da una sensación de agradecimiento, especialmente durante los conciertos.
–En la canción 'Bien alta la mirada' se deja ver un mensaje muy necesario...
–Es una canción que habla de defender tu propia identidad, aquello que te hace único e irrepetible. De mantener una posición orgullosa y, con la mirada alta, defender quien eres. Hay un momento que Eva canta «quien bien te quiera te querrá con la mirada bien alta». Creo que el hecho de querer a una persona no pasa por limitarla, pasa por potenciar lo que tiene, lo que es, aportarle seguridad y apoyo. La canción en el fondo es una canción de amor y defensa de la identidad.
–Esta idea tiene cabida en muchos debates que se han abierto recientemente...
–A nosotros y a mucha gente que nos rodea nos parece increíble que se hayan abierto unos debates que parecían superados. Pero bueno, si esos debates nos llevan a avanzar aún más, bienvenidos sean.
–¿Hay algún otro mensaje del disco que queráis que prevalezca?
–Casi todas las canciones hablan de relaciones, de relaciones personales, con el mundo que nos rodea... casi todas hablan de eso. No somos especialmente buenos autoanalizando las letras, creo que la gente es la que debe escuchar y hacer suyos los mensajes. Pero bueno, en 'Salto al color' hablamos de las relaciones humanas porque a fin de cuentas es lo más importante que tenemos los seres humanos, salvo que seas un náufrago. Somos seres marcados por las relaciones con quien nos rodea, y todas las canciones del disco hablan de eso desde diferentes ópticas.
–¿Es capaz de recordar cuánto tiempo lleva tocando en Amaral?
–La verdad es que, como grupo... no sabría decirte. Eva y yo nos conocemos desde que éramos adolescentes en Zaragoza, unos críos, tocábamos en bares. Más bien hacíamos ruido. Realmente cuando llegamos a un púbico mayoritario fue una especie de casualidad, con el tercer y cuarto disco, entre el año 2003 y 2005. Somos muy afortunados porque hay mucha gente que ha entendido nuestra forma de hacer canciones y de toc ar, de estar en directo, nuestra energía, y no podíamos imaginar que el proyecto crecería de esta forma, si lo hubiésemos planificado este éxito no nos habría salido bien.
–¿En algún momento esperaban perdurar tanto en la música española?
–No ha sido algo premeditado. Nosotros tocamos y la cosa se fue yendo de madre. Nosotros tocábamos en garitos pequeños, y de hecho a veces echamos de menos tocar en sitios así.
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