El malagueño Saox alcanza el sueño americano que perseguía de niño

De pequeño le pedía a los Reyes Magos una batería y su padre amenizaba sus horas de asueto con reggae. La música envolvió su adolescencia y su obstinación era tal que la calle, donde le apodaron Saox, fue su mejor escuela, con amigos inmigrantes que escuchaban ritmos y sonidos que le seducían por la procedencia (Estados Unidos, Brasil o el Caribe) y por el idioma, inglés, que aprendió a fuerza de escuchar canciones para entender la letra. «Niño, búscate un trabajo que de eso no se vive», le recriminó su madre el día que decidió encerrarse en su habitación con un teclado y un ordenador para demostrar que la pasión es la guía para cruzar la meta. Álvaro Jerez Barranco, que se movía entre el Torcal, San Andrés y la avenida de la Paloma por la separación de sus padres –«nací en la carretera de Cádiz, vaya», dice ufano–, ha orillado ya los 33 años con la satisfacción de espetarle a su progenitora de que sus deseos se han hecho realidad, que ha alcanzado el sueño americano que persiguió desde niño.

Sus aseveraciones pueden sonar jactanciosas, sin embargo, son fruto de la determinación y la confianza en sí mismo, cualidades que le han hecho ganar un Billboard (premio que concede la revista de la industria musical del mismo nombre que mide el éxito de ventas en Estados Unidos) y un disco de oro, y codearse con la élite del género urbano en Miami y Puerto Rico, sus referentes de juventud.

«Con 11 o 12 años, lo que me atraía musical y visualmente era lo que llegaba de Estados Unidos y el resto de países americanos, y ver la MTV . Me gustaba todo lo que llegaba de allí, cómo vestían, su actitud, quería ser como ellos y cuando empecé a trabajar en la música estaba convencido de que iba a trabajar con los raperos de Estados Unidos; puede sonar a pretencioso, pero aunque tengo mis inseguridades sabía que quería trabajar con ellos, visualizaba haciendo música con ellos. Yo quería vivir así, como los americanos. Yo lo comparo con el flamenco, el que quiere estudiar flamenco tiene que venir a España, pues yo sabía que tenía que ir allí, si eres fan del rap y te gusta esa cultura tienes que ir a Estados Unidos, es que como el que le gusta el reggae y no ha ido a Jamaica. Yo quería crear esa música, mezclarme con ellos», es la declaración de intenciones de un Saox que se considera «creador, compositor y productor. No me limito a una sola cosa. Me veo como Kanye West –rapero, cantante, productor musical, emprendedor, político y diseñador de moda estadounidense considerado como una de las personas más influyentes para el desarrollo del hip hop mainstream, la música y la cultura popular en general del siglo XXI, según Wikipedia–. Él fue uno de los primeros productores que luego fue artista. Es una megaestrella».

Su siguiente objetivo es «sacar mi propio proyecto, con colaboraciones, pero yo como artista principal, no solo producir el disco ajeno. Y por eso me me fijo mucho en Kanye West, que también se metió en la moda y trabajó con Balenciaga, y me gustaría diseñar ropa, colaborar con marcas de moda a través de mi música, porque yo lo veo complementario; ya he puesto música en pasarelas de moda».

Ese niño que empezó con «un cuaderno escribiendo rimas y luego hacía ritmos para esas letras, enfocándolas con ese sonido americano que aquí no existía», amplió su rango musical «para centrarme en la producción, y como mi intención era colaborar con los raperos americanos rapeaba en inglés, por si un día alguno de ellos me escuchaba...». Para llegar ahí, «y ganar algo de dinero organizaba fiestas y luego pinchaba en clubes de Málaga (y alguna vez en Barcelona), y ahí colaba también mi música. En 2017 me trasladé a Marbella y empecé a abrirle shows a raperos americanos, como French Montana, Tyga, Ja Rule... Venían donde yo estaba y luego me invitaban a sus shows y les abría el concierto. Llevaba un 'pen drive' con mi música para dárselo y que lo escucharan, a día de hoy no sé si alguno lo escuchó» (risas).

Y llegó el día soñado, que Saox narra con los ojos vidriosos y un rictus de satisfacción que llena su rostro de felicidad. «Subía mi música a Souncloud, y en 2017 conocí por internet a Rauw Alejandro y empezamos a mandarnos música mutuamente, todo 'on line'. Un día me dijo que porqué no iba a Puerto Rico para hacer música allí y me fui ocho días en abril de 2018. Eso significó un antes y un después en mi carrera porque ya por fin generaba dinero con la música después de muchos años (aquí trabajé con C Tangana en el tema 'Sangre'). Me pagué un vuelo, alquilé un apartamento y conocí a Rauw Alejandro e hicimos un tema, 'Olvidemos' –yo hice el ritmo y ayudé a escribir el estribillo y la introducción, y salgo en el videoclip, que se grabó en Puerto Rico, pero mis tomas son de Marbella–, que sonó mucho en Puerto Rico y el videoclip tiene casi 14 millones de visualizaciones. Gracias a ese tema toqué en La Placita, un lugar donde están todos los que conocía en Puerto Rico».

Volvió y estuvo todo el verano pinchando en Marbella, Madrid y Barcelona, «y firmo un contrato con Sony y le digo que me voy a Estados Unidos un mes y que me busque estudios de grabación para trabajar allí. En Miami conocí e hice mucha música con Dr Zeus, productor que trabajaba con Tory Lanez (rapero, cantante, compositor y productor discográfico canadiense), un referente para mí desde pequeño. Cuando volví a España me dicen que Tory Lanez está preparando un disco que le mande cosas, y me coge un tema».

Todo empieza a rodar de forma vertiginosa por la pendiente de su carrera profesional. «Con el disco de Tory Lanez 'Chixtape 5' y la canción que hice con él, 'The Fargo Splash (feat. Ludacris)', gano el Billboard –en el premio figuro como productor y compositor–, y fue número uno en ventas la primera semana. Luego me descubre Noah Assad (ejecutivo puertorriqueño de la música, cofundador y director ejecutivo de la compañía discográfica Rimas Entertainment, y representante de Bad Bunny, Jowell & Randy, Arcángel, entre otros) y estando en Miami me saca un vuelo para Puerto Rico solo para comer con él porque quiere conocerme. Me dice que quiere firmarme, pero acababa de firmar con Sony, seguimos en contacto y le mando música. En Miami también estuve cinco días trabajando en la casa con Bigram John Zayas, conocido como DVLP o Develop, productor de discos y compositor de Nueva York, que trabaja con Eminem o Justin Bieber».

Y llega la pandemia que lo frena todo, aunque Saox, a quien en cinco años le cambió por completo la vida, extrae el lado positivo de las cosas: «Me sirvió para tener los pies en la tierra, es verdad que cuando mejor me iba llegó el parón de la pandemia, gané un Billboard y no lo pude disfrutar, pero al menos ahora ya se puede decir que vivo de la música». En noviembre de 2021 viaja a Toronto para trabajar «con mucha gente, y en abril de este año estuve tres meses en Puerto Rico y Miami trabajando con DVLP. Voy al estudio de Rimas en Puerto Rico y trabajo con la misma gente de Bad Bunny, que también sabe de mí y le doy música y le gusta». Hace un mes se cita con Ñengo Flow en Torremolinos «porque la gente de Bad Bunny le había hablado de mí. Y me dijo que la próxima vez que fuera a Puerto Rico lo llamara porque tiene planeado hacer algún tema juntos».

Álvaro Jerez Barranco define su trabajo «como música negra (hip hop, R&B), aunque ahora se llame el género urbano», con referentes como Jay-Z o Drake, y visualiza su futuro «en Estados Unidos, porque si hago música allí va a llegar aquí, al contrario es más difícil. Mi visión es internacional y mis contactos están allí y allí está la industria. Estoy convencido de que voy a ganar un Grammy... ¡Quién me iba a decir que iba a ganar un Billboard y un disco de oro junto a Tory Lanez...! Soñar es gratis y es lo que llevo haciendo desde niño, cumpliendo sueños».