Maika Makovski: «Mi generación no ha tenido la oportunidad de salir en la tele»

Maika Makovski (Palma, 1983), tiene claro que la «personalidad» y «el amor por la música» deben estar por encima de todo. «Cualquier otra cosa sería una traición a este juego», asegura antes de confesar que le gustaría acabar viviendo en una casa en el campo, cultivando «manzanas o lo que sea». La cantante, instrumentista, compositora y desde 2018 presentadora de televisión, es la responsable de inaugurar hoy el MAF –Málaga de Festival–, con un concierto en el Cine Albéniz junto a McEnroe. No es la primera vez que actúa en un espacio así, por lo que no le teme al formato: «Lo importante es el calor de la gente, aunque también que el sonido vaya bien», bromea.

Entre preparativos y haciendo un hueco en una angosta agenda, atiende a SUR al teléfono, para hacer un alegato por la identidad propia sobre el «gustar por gustar». Un claro ejemplo de esa prevalencia de la autenticidad se materializó con The Mani-las, un 'power trío' en el que Makovski canta y toca el bajo, acompañada de Mariana y Olaia a la guitarra eléctrica y la batería. «Era un proyecto pequeñito, no teníamos intenciones de que creciera, fue una liberación porque nos centramos en disfrutar de la música y de la buena compañía». Este conjunto, que surgió por casualidad, generó una «piña emocional memorable», fruto de «no hacer nada porque se tiene que hacer, sino porque apetece».

La necesidad de crear The Mani-las se gestó en un concierto en Manila que les llevó a aproximarse al 'rock' y al 'punk', «sin más pretensión que disfrutar de la música». Makovski asegura que su carrera, más allá del trío, se ha basado en «la fidelidad al juego de la música». «Sé lo importante que es no traicionar las ganas que tienes de hacer algo, la música tiene que estar viva, tiene que ser algo orgánico, si traicionas a ese don te quemas».

Makovski cree que en la escena actual ni siquiera se traiciona esa filosofía, «mucha gente se dedica a la música pensando en qué va a gustar a la gente, en lo que va a molar a la gente». No quiere entrar en valoraciones ni trazar líneas entre el bien y el mal, pero es categórica: «La manera en la que yo hago música es muy diferente, para mí eso sería una traición».

En esa dualidad entre la personalidad y la búsqueda del gusto existe un fino equilibrio en el que Makovski ha encontrado su hueco en la industria. «La balanza se inclina más hacia que lo que hago me guste a mí, si puedo, porque a veces es lo más difícil». El razonamiento es sencillo: «Si me gusta a mí, alguien habrá que coincida con mis gustos, sé que no van a ser mayoritarios porque cuando enciendo la tele lo que veo que triunfa no es lo que me gusta a mí, entonces si seguimos esa regla de tres...», comenta entre risas.

Makovski lleva dos temporadas presentando 'La hora musa' en La 2, un programa musical con entrevistas, conciertos en directo e invitados de todos los géneros. En este espacio, la artista ha conseguido hacer reforzar desde dentro el vínculo entre la música y la televisión, una relación que hasta hace poco «era un desierto». «Los músicos de mi generación no han tenido la oportunidad de salir en la tele, y cuando íbamos nos quedábamos con mal sabor de boca por cómo había salido todo, o porque no había medios para ir más que en formato acústico, perdiendo mucha personalidad». Makovski cree que la música ha estado «invisibilizado», algo que, al menos, ha cambiado en La 2: «Me siento orgullosa de cómo suenan mis compañeros, de cómo se van de contentos cuando vienen al plató, es como si lo viviera su experiencia, parece que en la cadena se están tomando la música en serio».