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María Pelae, durante su actuación. Fulanita Fest

Fulanita Fest reivindica la libertad en un canto al orgullo

Seis mil personas, la mayoría de la comunidad LGTBI, vibran en Marenostrum con María Peláe, la triunfadora de la noche, Rigoberta Bandini, Delaporte y Rocío Saiz

Domingo, 29 de mayo 2022, 14:20

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Había una vez una niña que soñó con ser cantante. Mientras su madre atusaba sus cabellos y su padre admirada su donosura veía en 'Cine de barrio' películas de una joven pizpireta con una voz meliflua que alegraba esas plácidas tardes de sábado en todos los hogares del país. Ese trino alegre en una España que se desperezaba perturbó noches enteras de esa cría que se imaginaba danzando en un escenario cuando se ponía frente al armario a emular al mito de su fascinación. Paula Ribó era el nombre de esa chiquilla que quería ser Marisol, y cuando artísticamente asumió el de Rigoberta Bandini echó a volar como ese jilguero cuyo canto, dicen, es el más hermoso entre todos los pájaros.

Casi tres décadas después ese sueño se hizo realidad y un guiño del destino llevó a Rigoberta Bandini a la tierra natal del ídolo de su infancia. La historia de este reencuentro virtual, más bien espiritual (por aquello de que estudió en un colegio de monjas y luego necesitó meditación para digerir el éxito repentino), tiene como nexo de unión a Javier Ojeda, el promotor del Fulanita Fest, con la artista catalana como cabeza de cartel. El cantante malagueño fue, precisamente, el que ideó el mayor homenaje a Marisol en Málaga en septiembre de 2012. «No conocía ese nexo de unión, me parece algo precioso», afirmó la voz de Danza Invisible mientras ultimaba los detalles de un festival pionero en España que visualizó a la comunidad lésbica y que reunió a seis mil personas en Marenostrum para disfrutar de Rigoberta Bandini, María Pelae, Delaporte y Rocío Saiz. Se puede decir que Paula cerró el círculo con su sosia en Fuengirola cuando Rigoberta mostró a un público entregado su corazón contento gracias a Marisol, niñas ambas con ínfulas alejadas del estrellato, agraciadas por golpes de la vida en forma de tréboles como la misma tómbola de la vida.

Arriba, María Pelae. Abajo, una vista del Marenostrum durante el Fulanita Fest y
Imagen principal - Arriba, María Pelae. Abajo, una vista del Marenostrum durante el Fulanita Fest y
Imagen secundaria 1 - Arriba, María Pelae. Abajo, una vista del Marenostrum durante el Fulanita Fest y
Imagen secundaria 2 - Arriba, María Pelae. Abajo, una vista del Marenostrum durante el Fulanita Fest y

Fue una noche en la que se reivindicó la libertad en un canto al orgullo, con arrumacos a mogollón como procedía, gente desatada, mucho 'brilli brilli' y un grito unánime: 'Arriba las bolleras'. Anunciada ya la segunda edición para el próximo año, Fulanita Fest se convierte en un referente nacional de visibilidad y compromiso con el orgullo femenino. Como le espetó una joven a su amiga cuando la madrugada esbozaba un nuevo amanecer: «Me lo he pasado teta», expresión que cobra todo el sentido después de ver cómo Rocío Saiz mostraba sus senos ante el delirio general y Rigoberta Bandini descubría su pecho mientras entonaba la canción convertida ya en himno 'Ay Mamá', de la que ofreció dos versiones, la primera sin el famoso estribillo que desconcertó un tanto al público y la original con la que compitió para representar a España en Eurovisión.

Vestida de colegiala, Rigoberta Bandini rompió el hielo con 'In Spain We Call It Soledad', acompañada de su 'family band' como gusta llamarla, sus primos Belén y Juan Barenys y su pareja, Esteban Navarro; versionó a Mocedades y el afamado 'La, la la', de Massiel, antes de deleitar con 'Perra' -con ellos cuatro más las tres componentes del cuerpo de baile recorriendo el escenario a cuatro patas y gritar «¿cuántas perras hay en Fuengirola?»- y terminar con 'Too Many Drugs'. «Mi sueño es ver una grada llena de tetas, espero que enseñéis mucho las tetas», espetó antes de que sonara Franco Battiato, uno de sus referentes, mientras abrazados se despedían entre el alborozo de los asistentes.

Fue una noche en la que se reivindicó la libertad en un canto al orgullo, con arrumacos a mogollón como procedía, gente desatada, mucho 'brilli brilli' y un grito unánime: 'Arriba las bolleras'

Pero la triunfadora de la noche fue, sin discusión, María Peláe, una artista con todas las letras, que puso a bailar a toda Málaga en un derroche de simpatía y empatía, con sus letras y chascarrillos y su talento descomunal para desbrozar las historias más comunes, como cuando narró sus vivencias en el piso de Madrid y su soliloquio con Lola Flores en una habitación con una compañera llamada humedad y todo el público acompañándola a grito pelado: 'Un mojón pa ti'. «Os como el corazón, me habéis hecho feliz para toda la vida», afirmó imbuida por la emoción del momento, igual que cuando preguntó cuantos de los presentes habían visto alguna vez una actuación suya y muchas manos se alzaron al cielo, para luego entonar casi todas las letras de sus originales temas.

Una joven ataviada para la ocasión, Rocío Saiz y Delaporte.
Imagen principal - Una joven ataviada para la ocasión, Rocío Saiz y Delaporte.
Imagen secundaria 1 - Una joven ataviada para la ocasión, Rocío Saiz y Delaporte.
Imagen secundaria 2 - Una joven ataviada para la ocasión, Rocío Saiz y Delaporte.

Fueron unánimes los comentarios acerca de una actuación descollante. Fue profeta en su tierra ante un público procedente de numerosos puntos de la geografía española, con Madrid como referencia gracias al bar Fulanita de Tal, copromotora del evento junto a Javier Ojeda, que fue invitado al escenario por Rocío Saiz al comienzo de la velada para cantar juntos 'Como yo te amo', de Rocío Jurado, paráfrasis del significa de una noche para el recuerdo. «un momentazo», como afirmaron a dúo. La madrileña se despelotó en un arrebato tras reconocer estar muy nerviosa y sincerarse. «Viva el Fulanita. Sacar un disco siendo lesbiana y con más de 30 años... El mundo está cambiando, esto es una maravilla, puro éxito», para a continuación lanzarse al público en una escena que se repite con asiduidad en los festivales.

La música electrónica de Delaporte crea una atmósfera de 'muy buen rollo' y ofrece mucho 'Cariñito', con estribillos muy pegadizos -'Nunca, pero nunca, me abandones cariñito' o 'esta canción te la dedico pa que la cantes con tus amigos!'. Ese fue el sentimiento generalizado en el Fulanita Fest, una reunión de amigos orgullosos de su compromiso por la libertad.

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