El Covid-19 congela la música en vivo de la Costa del Sol

Con la llegada del final de la primavera y el principio del verano, muchos sacan del cajón la mochila de los festivales y la camiseta de los conciertos. La provincia de Málaga y la Costa del Sol acogen en temporada alta a cientos de artistas nacionales e internacionales que copan las agendas a base de carteles, promociones y fines de semana de experiencias musicales para todos los gustos. Pero ahora, pese a que empieza a notarse el calor, el sector de la música en vivo está congelado por el Covid-19, a la espera de que el plan de desescalada permita que se celebren algunos eventos con una fórmula viable.

Las fases con las que volver a la nueva normalidad, referida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, establecen unos plazos claros. En la fase 2 se contempla la apertura de equipamientos culturales a un tercio del aforo y, si son al aire libre, con no más de 400 personas sentadas –esta fase llegaría, en el mejor de los casos, el 25 de mayo–.

Los principales organizadores de festivales y conciertos dicen sentirse entre la espada y la pared. Por un lado está la obviedad: muchos espectáculos programados no podrán celebrarse. Pero por otra parte está la incertidumbre y la falta de una voz clara en el Gobierno que diga sin ambages hasta cuándo no se podrán producir grandes aglomeraciones, ya que los empresarios del sector creen que aún hay flecos a largo plazo.

Hasta el anuncio de las fases de la desescalada, los principales festivales mantenían sus hojas de ruta, sin perder la esperanza, tratando de sobrellevar la parálisis y las dudas a base de teletrabajo y planificación en plena tormenta. Ahora, con los primeros visos de la nueva realidad, algunos empiezan a aceptar la derrota, no solo por las limitaciones de aforo, también por el cierre de fronteras provinciales, regionales, nacionales e internacionales, que dificulta sobremanera el desplazamiento de los grupos de música.

El primer festival en salir al ruedo de la temporada alta es Marenostrum Fuengirola, a los pies del Castillo Sohail, uno de los ciclos de conciertos más pujantes del verano. El año pasado escribieron un capítulo en la historia de la Costa del Sol con el espectáculo de Jennifer Lopez, y para esta nueva edición cuentan con la esperada aparición de Lenny Kravitz (23 de julio). El propietario y promotor de Marenostrum es Jason Fox, que explica a SUR que «obviamente» las propuestas de la desescalada no les permiten trabajar. «Estamos empezando a plantearnos aplazar fechas y posponer, pero todo va a depender de las medidas que tome Cultura el 5 de mayo, cuando nos tienen que decir exactamente qué va a pasar a largo plazo», apunta. «No contemplamos nada hasta que no se actualice la información y esperamos que se nos aclare todo», explica, aunque reconoce que habría sido «más sencillo» que les dijesen directamente que no se podía hacer ningún evento masivo. «Ahora mismo estamos entre pinto y Valdemoro».

El fin de semana del 19 y 20 de junio está previsto un nuevo evento en la ciudad: Brisa Festival. Se trata de un encuentro musical pionero, celebrado en el Puerto de Málaga, con un cartel prometedor: Crystal Fighters y Two Door Cinema Club al frente de otros artistas como León Benavente, Sidonie, Coque Malla, Zahara, Danza Invisible y otros tantos. Su promotor, Mario García, explica que las medidas propuestas hasta ahora «no permiten ni cubrir los gastos de los primeros 10 minutos de concierto». Considera que 800 personas (de las cuales 400 deberán estar sentadas, como se plantea en la fase 3 de la desescalada) es, en términos logísticos, «muy difícil de gestionar». Además destaca las limitaciones de desplazamiento hacen «imposible» plantearse un festival de este tamaño. Considera, por tanto, «un despropósito» la situación en la que ha quedado el sector y espera que sus integrantes sean capaces de reinventarse.

Los primeros cuatro días de julio es el turno del masivo y consolidado Weekend Beach Festival –Die Antwoord, Kase. O, Residente, The Hives y más por confirmar–. Desde la organización del evento explican que, de momento, están a la espera de ver cómo evoluciona la situación y de que el Gobierno actualice la información otorgada a festivales como este.

Antes de que se dieran a conocer las medidas de la desescalada, la directora artística del Weekend Beach Festival y del festival Alma Latina, Fátima Rodríguez –del grupo Hermanos Toro–, explicaba que están «muy pendientes» de la evolución del estado de alarma y en conversaciones constantes con las autoridades. «En el caso de no poder llevarse a cabo, la organización comunicará el aplazamiento para 2021». Rodríguez manda un mensaje de tranquilidad al público del festival y recuerda que «lo más importante es la salud».

También a principios de julio arranca Starlite Festival, en el auditorio de la Cantera de Nagüeles de Marbella. La directora y promotora de uno de los eventos con mayor impacto económico del sur de España, Sandra García-Sanjuán, explica a este diario que están pendientes de las fases de la desescalada, y considera que es posible que la parte más restrictiva no les afecte del todo. «Seguimos adelante, trabajando con la intención de celebrar el festival si no hay ningún decreto o normativa que nos lo impida». Asegura que, en cualquier caso, va a ser un año «duro» en el que se van a perder ingresos y en el que el asistente internacional se queda fuera de la ecuación, pero dice estar dispuesta a trabajar para que los conciertos y la celebración del festival (que no solo incluye los espectáculos, también decenas de actividades paralelas), sea viable.

El 10 y 11 de julio está prevista la celebración del Ojeando Festival, en Ojén, aunque el concejal a cargo de su organización, Diego Santos, asegura que están «en reuniones» para estudiar la nueva situación. «Tenemos que valorar las medidas planteadas por el Gobierno para ver qué podemos hacer», concluye.

Desde Grupo Mundo, uno de sus propietarios, Daniel Rodríguez, explica que ya se han suspendido o aplazado más de 30 conciertos en los que participa la productora, tanto en Málaga como en el resto del territorio nacional. Rodríguez añade que la situación es «muy compleja» y remarca la idea de congelación del sector: «No sabemos cuándo podremos empezar a programar de nuevo».

Además de los citados macrofestivales, en la provincia se celebran otros tantos como el Oh See! Festival, Los Álamos Festival o Mamajuana Festival. Manuel Cuadros, promotor de Mamajuana (nueve de mayo), explica que tomaron la decisión de aplazarlo antes incluso de conocer las medidas de desescalada. «Hace tiempo que íbamos viendo que la fecha era inviable y entre la incertidumbre y la inseguridad que hay, aplazar nos parecía muy arriesgado». Por tanto, han tomado la determinación de cancelar esta edición y esperar a que en 2021 haya regresado la normalidad al sector.