Pedro Zarraluki: «No sé vivir de otra manera que escribiendo»

Su último libro de relatos era una invitación a disfrutar del libro: Te espero dentro. Un título que bien podría servir para anunciar su presencia mañana en el ciclo Un café cargado de lecturas, que organizan el Centro de la Generación del 27 y el Aula de Cultura de SUR. «Este título me va a perseguir como una condena», bromea Pedro Zarraluki (Barcelona, 1954), que hoy se reúne con sus lectores en El Café de Bolsa para beberse unas páginas y leer unos cafés. O viceversa. Lo mismo da. Lo importante es compartir los libros desde ambos lados de la literatura, lo que permitirá al autor hablar de algo más que de un «oficio», como lo denomina: «No sé vivir de otra manera que escribiendo».

Zarraluki confiesa que escribe de las cosas que ha «visto, vivido o sentido», pero también de las que le cuentan. Por eso le gustan estos intercambios con los lectores. Porque además le ofrecen visiones de su obra que nunca llegó a imaginar. «Lo más impresionante que me ha pasado nunca es cuando recibí la llamada de una traductora que me dijo que se iba a suicidar y que mi novela había conseguido que no lo hiciera», recuerda el autor que jamás había pensado en los poderes curativos de su obra El responsable de las ranas (1990). Una novela con la que ganó el Premio Ciudad de Barcelona y Premio Ojo Crítico, pero nada como el galardón de esa lectora y el sentimiento de que «lo que escribía servía para algo», asegura.

Considerado uno de los grandes referentes del cuento en España, el autor de Retrato de familia con catástrofe y Humor pródigo no duda en señalar a Juan Eduardo Zúñiga como el «gran maestro del cuento en España». A lo que añade: «Yo hago lo que puedo». Una opinión que, sin duda, no comparten sus muchos lectores.

En este momento, Pedro Zarraluki trabaja en una nueva novela de la que no quiere hablar mucho, aunque no duda en señalar su debilidad por el relato breve: «El cuento es el corazón de la literatura».

Literatura sin sufrimiento

Pese a que en la bibliografía del autor catalán figuran novelas como Un encargo difícil (premio Nadal) y Todo eso que tanto nos gusta, Zarraluki se considera un «cuentista». «Mi último libro de relatos, Te espero dentro, llegó después de muchos años sin publicar cuentos y me costó muchó escribirlo, porque le había cogido tanto respeto que me daba miedo», admite el escritor que no se siente tentado por el microrrelato. «Para mi es un gran desconocido: o no lo entiendo o pienso que le falta desarrollo», explica este autor cuya máxima es «disfrutar» de la escritura.

«La literatura del sufrimiento no tiene sentido», apostilla Pedro Zarraluki, cuyos libros están cargados de un particular y, a veces, soterrado sentido del humor. «Con la edad veo que ese aire de gratuidad que tenía antes el humor se va convirtiendo en algo agridulce», afirma el narrador que además sostiene que «el género de España es la tragicomedia».

Como la mayor parte de los escritores, Pedro Zarraluki pasó por algún que otro «atasco» en el pasado, del que lo rescató un personaje fundamental de su biografía personal: la recientemente fallecida Carmen Balcells. «Fue la profesional más grande de un oficio literario que inventó ella en España, el de agente literario», asegura el escritor catalán, que no duda en señalar que la gran contribución de Balcells fue devolver la «dignidad» a los autores. Amén de que tuvo en ella a «una gran amiga».