Julian Schnabel, el pasado 25 de marzo en el CACMálaga. Francis Silva

Julian Schnabel pinta en pijama

Flashback ·

Después de un proceso arduo y lleno de obstáculos, protagoniza una de las muestras más importantes de la temporada expositiva

Sábado, 9 de abril 2022, 00:43

Hay que confiar de una manera natural en la gente que pasa la mayor parte de su vida en pijama, en chándal o vistiendo ropa ... ancha. Si nos ceñimos a sus apariciones públicas y a los documentales en los que aparece, así es como viste buena parte del tiempo Julian Schnabel, artista multisensorial nacido en Brooklyn, Nueva York, en 1951, y quien a sus 70 años mece a su último hijo, de cinco meses. Otro de sus vástagos, uno de sus gemelos, el escritor llamado Cy Schnabel, colabora en el comisariado de esta exposición interrumpida por diversas circunstancias que el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga inaugura este fin de semana y que estará disponible hasta junio, después de un proceso arduo y lleno de obstáculos que ahora desemboca en una de las muestras más importantes de la temporada expositiva.

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'Schnabel and Spain: Anything Can Be a Model for a Painting' ('Cualquier cosa puede ser el modelo de una pintura') es el título de esta exposición que incluye 23 pinturas de gran formato. Dicen que la obsesión del artista por las obras grandes viene de haber crecido en casas pequeñas; ahora, sin embargo, suele habitar en mansiones, las que tiene y las que le prestan. Ha compartido cenas con Lou Reed, Bono, Al Pacino o Laurie Anderson, y se ha exprimido su cuerpo en la época más excitante de Nueva York. Schnabel vivió en Texas y ejerció una de las profesiones más disparatadas que puede tener una persona –junto a la de camello o a la de padre–, que es ser taxista en Nueva York. También fue cocinero y ahora es, entre otras cosas, pintor, escultor, diseñador de decorados y director de cine.

«Surfear y estar en el agua es una parte muy importante de lo que soy», reconoce el artista y cineasta

Ha compartido cenas con Lou Reed, Bono, Al Pacino o Laurie Anderson

Como cineasta, por cierto, tiene una filmografía corta pero muy relevante. Imperdible 'La escafandra y la mariposa' (2007), olvidable 'Miral' (2010), comenzó a dirigir en 1996 con 'Basquiat' (1996). Hay una escena en esa película en la que el pintor, que moriría después por una sobredosis, según se ha escrito debido a un diagnóstico de sida, entonces mortal, mira al cielo e imagina olas y surf. «Surfear y estar en el agua es una parte muy importante de lo que soy», dice Schnabel, que pinta como si estuviera deslizándose sobre una tabla en los soportes, olas de gran formato que se convierten en imágenes fijas que tienen a su vez matices de otras vidas, y de otros artistas en su mayoría clásicos, siempre de una forma insistente, como todo su arte, y de una obsesión respecto al montaje de la que puede dar buena cuenta el equipo artístico del CAC, que ha recibido llamadas del artista a las horas más intempestivas que a uno se le puedan ocurrir.

'Antes que anochezca'

Su película sobre el poeta cubano Reynaldo Arenas, que responde al ultracorregido título de 'Antes que anochezca' (2000), provocó que el mundo descubriera a Javier Bardem, del que se quedó encandilado. Su cine está relacionado de una manera inseparable con la pintura. Por eso, además de Basquiat, ha dedicado una película a Van Gogh interpretada por otro de sus amigos, Willem Dafoe, y en esa cinta, como en todas las que ha dirigido, cada uno de los planos parece una pintura. Entre la veintena de cuadros que compone esta exposición, hay retratos clásicos con resina, pátina de antigüedad, con unas marcas blancas que funcionan como golpes de contemporaneidad o disparos a lo clásico. En otras, las cabras son los sustitutos del artista, que es responsable de una vida comprometida con el arte y que casi nunca ha hecho lo que se esperaba de él.

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Más fascinado por el arte clásico que por el contemporáneo, algunas de sus referencias más inmediatas son Velázquez y Goya, tan cercanos en lo emocional como Warhol o Tàpies. Su pintura es contagiosa, su vida es un compromiso con el arte que no se va a terminar nunca.

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