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Lorca reservaba habitación para sus vacaciones al borde del Mediterráneo, Sir Peter Chalmers-Mitchell no perdonaba un cóctel al caer el sol y, con el ... estallido de la guerra civil, se llenó de aviadores rusos y espías de variado pelaje a la caza de alguna confidencia que transmitir al alto mando. El Hotel Caleta Palace fue el símbolo de esa Málaga cosmopolita y abierta que vio saltar por los aires ese espíritu fraternal con el conflicto del 36. Pero estos días, su legado ha resucitado con el rodaje del falso documental que lleva el nombre del mítico establecimiento y que ha transformado las actuales dependencias burocráticas de la Subdelegación del Gobierno central en aquel apasionante y mágico hotel por el que pululaban los escritores Gerald Brenan y Gamel Woolsey, el agente rojo Arthur Koestler, la fotógrafa Gerda Grepp, la abogada Mercedes Formica, el soldado italiano Bonaventura Caloro, el periodista y empresario franquista Luis Bolín o el propio Chalmers-Mitchell.
«Este cruce de testimonios de unos y otros es mi forma de acercarme al episodio de la guerra civil en Málaga que nunca acaba de ser valorado ni entendido», explica el director José Antonio Hergueta que, coincidiendo con el 84 aniversario del comienzo de la guerra, ha reservado fechas en el 'Caleta Palace' para mostrar un capítulo que sigue silenciado: los meses que transcurrieron desde la sublevación militar del 36 a la caída de Málaga en febrero del 37. El siguiente capítulo fue la Desbandá, cuya masacre ha ido destapándose en las últimas décadas y ocupando el sitio que le regateó la historia, aunque la memoria previa de aquellos meses sigue en zona de sombras y se revela en este documental como un hallazgo cinematográfico, impulsado además por la nominación al Goya en 2021 de 'Paraíso en llamas', el cortometraje del propio cineasta que contaba precisamente parte de este episodio en versión cápsula.
El simbolismo del Caleta Palace cobra además especial significado si tenemos en cuenta la paradoja de que aquel lugar común y acogedor pasó más tarde a convertirse en un sanatorio a mayor gloria del bando ganador con su nueva denominación: 18 de julio. «Ponemos en escena esa idea del hotel como la proa de un barco anclado al barrio del Limonar, que era como una isla en la que parecía que aquel horror nunca pasaría», señala el también director de 'Operación Úrsula' (2008), la historia del submarino republicano hundido en El Palo que marcó el rumbo del cineasta hacía este nuevo buque con forma de hotel varado en la Caleta y su papel en la guerra civil. Un proyecto que viene de lejos, a aunque su rodaje ha coincidido con la aprobación de la nueva Ley de Memoria Histórica.
«Esta película está más allá de esta circunstancia ya que no responde a una moda sino que es necesario contar las historias de unos personajes en los que no hay equidistancia ni ajuste de cuentas, sino emoción humana», sostiene el cineasta, que ha hospedado en su documental 'Caleta Palace' a un elenco de reconocidos actores para dar vida a los testigos de la guerra: Miguel Rellán, Amparo Pamplona, Nadia de Santiago, Fernando Ramallo, Miguel Hermoso y Pepe Viyuela, además de Pedro Casablanc y Ana del Arco que encarnaron, respectivamente, a Koestler y a Grepp en 'Paraíso en llamas'.
Aunque originalmente, el director y guionista pensó en doce personajes, el argumento final se apoya en ocho testimonios de testigos nacionales e internacionales que dejaron por escrito el impacto de lo que se vivió en Málaga entre 1936-37. «En el cine hay que saber renunciar por el bien del relato y, finalmente, he tenido que prescindir con dolor de Porfirio Smerdou, el famoso Schlinder malagueño; al diplomático norteamericano Edward Norton, o la soldado rusa Elizabeta Parshina, porque cuando hay dos personajes parecidos en pantalla se hacen ruido entre ellos», justifica José Antonio Hergueta, que añade que el documental ha crecido hacia un proyecto transmedia con un propuesta teatral y la grabación de un podcast paralelo en el que sí estarán todos los personajes con las voces de los actores malagueños Miguel Zurita, Susana Fernández, Alberto González, Asun Ayllón, Miguel Guardiola, Marichel Parra, Manolo Salas y Paco Inestrosa, entre otros.
Un formato u otro llevan a escena con diferentes lenguajes un pasaje de la guerra civil que pese a ser poco conocido y difundido, quedó registrado por escrito desde aquel mismo 1937 por distintas voces. Así, la detención de Arthur Koestler tras la caída de Málaga fue narrada por el propio periodista y espía, pero también por el militar que lo apresó y que se la tenía jurada, Luis Bolín, e incluso por un tercero, el escocés Peter Chalmers-Mitchell, que retrató la guerra civil desde su residencia de El Limonar en su libro 'Mi casa en Málaga'. «Tenemos hasta tres versiones de un mismo hecho, lo que nos da una visión muy completa de gente que lo vivió en primera fila», sostiene Hergueta, que añade que, por encima de ideologías, buena parte de estos testigos, como el republicano Gerald Brenan o la conservadora Mercedes Formica, retrataron el horror de unos y otros. «Aquí todos perdieron porque fueron expulsados del paraíso y la mirada desde el 'Caleta Palace' me sirve para retratar la violencia sin necesidad de mostrarla», concluye el cineasta.
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