Entrada del cine Regio, en la calle Héroe de Sostoa 136

Cuando el cine de barrio llegó a la carretera de Cádiz

Los golpes de pecho de 'King Kong' fueron los primeros que se vieron en 1977 en el Regio, que no tardó en transformarse en un multicines de cuatro salas

Francisco Griñán

Domingo, 17 de enero 2016, 00:23

De los numerosos cines que nacieron en la Málaga de los 70, el Regio fue el que llegó más lejos. Concretamente hasta la Carretera de Cádiz calle Héroe de Sostoa, 136-, muy cerca de la Avenida Juan XXIII y casi enfrente a la gasolinera Alaska, por lo que muchos aprovechaban para llenar el tanque después de hacer lo propio con las palomitas durante la proyección. Aunque se recuerda como un multicines, este salón nació como un cine de barrio con vestíbulo cinéfilo, ambigú de chucherías, un gran patio de butacas con anfiteatro y gran pantalla technicolor en la que lo primero que se vio fueron las estrellitas sobre la montaña nevada de la Paramount como preludio a la primera gran estrella invitada de su cartelera. No fue ni un actor ni una actriz. Sino un mono, concretamente el gran King Kong (1976), que se anunciaba con su no menor caché: La película que ha costado más de 2.000 millones de pesetas doce millones de euros al cambio actual-.

Publicidad

Esta versión en colores del mono gigante, que explotaba además la vertiente erótica con la presencia de Jessica Lange, inauguró el día 6 de enero 1977 este apartado cine de barrio que no tardó en hacerse un hueco entre los espectadores de la zona. Y no solo ellos, ya que el Regio recogía público de toda Málaga ya que en su pantalla se podían ver los viejos y nuevos éxitos de la factoría Disney, desde la La Cenicienta a La bruja novata, lo que siempre garantiza el lleno de público. Este cine de la Carretera de Cádiz fue la sala de reestreno de la cadena Palacio del Cine, que regentaba un conocido trío de exhibidores: Rafael Zambrana, Agustín Lara y Francisco Gómez Reyes. Con su unión, hacían fuerza frente a la familia Moreno, que habían desarrollado una fórmula similar con el Circuito Astoria. De esta forma, el Regio fue el regalo de Reyes que se sumaba a la cadena que formaban el Zayla (barrio de la Victoria), París (Cruz de Humilladero), Alexandre (salas I y II, en Armengual de la Mota) y Lope de Vega (Pedregalejo).

El cine Regio fue fundamentalmente una sala de reestreno que, habitualmente, recibía las novedades que ya habían pasado por el Palacio del Cine, aunque a veces se programaban estrenos conjuntos con otras salas del circuito. Por la Carretera de Cádiz llegó a pasar el Woody Allen más surrealista con Toma el dinero y corre (1969) y, más de uno, salió bailando de la sala después de contagiarse del ritmo de Por fin ya es viernes (1978) o de los pegadizos temas de Grease (1978). También fue uno de los cines que programaban matinales, con especial profusión de las películas de Bruce Lee y de artes marciales que tanto disfrutaba la chiquillería por apenas diez duros la entrada (0,30 euros al cambio actual).

Pero el Regio se topó con la modernidad. Apenas un par de años después de su inauguración, el América Multicines revolucionaba el panorama de la exhibición cinematográfica en Málaga. Los grandes salones, con un único patio de butacas, parecían viejos aunque solo tuvieran dos años como pasaba con el Regio. En abril de 1981, Francisco Gómez Reyes se había hecho con el control de todo el Circuito Palacio del Cine con el objetivo de adaptarlo a los tiempos.

La reconversión fue total. Aquel mismo año, Zayla, París y Lope de Vega se clausuraban para convertirse en bingos o discotecas, mientras que el Regio cerraba sus puertas en 1982 para una rápida remodelación que lo reconvirtió en un multicines con cerca de 1.100 butacas repartidas en sus cuatro nuevas salas. La programación se abría con cine comercial, como el thriller Muerte bajo el sol (1982), basada en un relato de Agatha Christie, y el terror de serie B La bestia bajo el asfalto (1980), con un recordado caimán comiéndose a los habitantes de Chicago. Pero la cartelera también apostaba por un cine más adulto con un erotismo latente para sus salas superiores y más pequeñas, con El beso de la pantera (1982) y Bendición mortal (1981).

Publicidad

El único en la zona

Aquel ingreso en la modernidad de los multicines garantizó la supervivencia de esta sala que, pese a estar alejado de los grandes circuitos cinematográficos en la zona centro, se benefició de su condición de único cine en la zona más poblada de Málaga, la Carretera de Cádiz.

Más de 22 años después de su inauguración, el Regio cerraba sus puertas el 6 de junio de 1999 con una tetralogía de películas comerciales que dijeron adiós a su historia con el cine: la comedia El gurú, la cinta de intriga Arlington Road y un par de terrores con la bizarra La novia de Chucky y la juvenil Sé lo que hicisteis el último verano. Unas cintas que pusieron el último grito en un cine que nunca perdió su seña de identidad de barrio y que nació dos décadas antes con los rugidos de King Kong.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad