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El pueblo y sus vecinos se convierten en motivo y materia prima de las propuestas de los artistas que acuden a Genalguacil. SUR
El arte contemporáneo da la de cal (y la de arena) en Genalguacil

El arte contemporáneo da la de cal (y la de arena) en Genalguacil

El pequeño pueblo malagueño estrena una selecta exposición colectiva en torno a la presencia del encalado en su historia y su paisaje urbano

Lunes, 1 de agosto 2022, 00:18

Corren rumores por el pueblo. Unos dicen que se trata de un arqueólogo en busca de restos humanos de la guerra civil; otros afirman que es un artista como los que suelen llegar cada verano; algunos lanzan teorías más peregrinas y, por tanto, más jugosas. Y quizá todos tengan su parte de razón. Porque ese tipo que lleva días deambulando por las calles de Genalguacil con una escalera y los avíos para encalar tiene algo de arqueólogo y mucho de artista.

Es Antonio Blázquez, autor de las sutiles intervenciones urbanas incorporadas al paisaje del pueblo en las calles Encarnación y San José. Esas piezas acompañan a 'Cal. Rito, memoria e identidad', la potente exposición inaugurada este domingo que además sirve para inaugurar una nueva edición de los Encuentros de Arte, la cita que ha hecho de esta pequeña localidad malagueña una referencia nacional e internacional en el mapa de la creación visual contemporánea.

Porque este pueblo de apenas 400 habitantes enclavado en el Valle del Genal sigue inasequible al desaliento del olvido institucional, levantado desde las cenizas de los terribles incendios que han asolado la belleza callada de este rincón de la provincia durante el último año.

Y así, movido por una determinación que tiene mucho que ver con un compromiso íntimo con el territorio y sus vecinos, con el paisaje y el paisanaje, Genalguacil vuelve a ofrecer una exposición capaz de sostenerle la mirada a la propuesta de cualquier institución artística de primer nivel. Y con ese rigor y esa pasión, esta pequeña localidad ha llegado hasta citas como la feria Arco o el Observatorio de la Cultura que elabora la Fundación Contemporánea, donde se sienta en la mesa de gigantes como el Museo del Prado o el Guggenheim de Bilbao.

Porque dice el refrán que la de cal es la mala y la de arena, la buena. Pero eso también cambia en Genalguacil, que toma ese elemento vernacular como hilo conductor del proyecto que reúne las nuevas creaciones de Antonio Blázquez y José Luis Valverde con un conjunto de obras que forman parte de la colección del museo de la localidad, a cargo de Raquel Serrano, Antonio R. Montesinos, Jesús Palomino, Javier Artero y David Gómez. «El empleo de la cal es uno de los ancestrales métodos para higienizar y prevenir plagas y epidemias. Hoy, gracias a la sensibilidad hacia el patrimonio y a las consiguientes nuevas categorías patrimoniales, la cal se considera como patrimonio etnográfico e incluso, como ocurre con la cal de Morón de la Frontera, ha sido declarada por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad», recuerda el profesor de la UMA y crítico de arte, Juan Francisco Rueda, comisario de 'Cal. Rito, memoria e identidad'.

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Rueda detalla que la nueva propuesta de Genalguacil ahonda en la estrategia desarrollada en el pueblo desde hace años, donde los proyectos combinan las acciones urbanas con las exposiciones en sala. «En esta ocasión, se revisa la Colección Genalguacil Pueblo Museo, en formación desde 1994, seleccionando obras que han tratado asuntos como la propia liturgia del encalado o el blanco como identidad. Asimismo, se han incorporado obras específicas creadas por José Luis Valverde y Antonio Blázquez. Precisamente, Blázquez es el encargado de realizar sendas intervenciones pictóricas en el espacio público, usando como pintura la propia cal», sigue Rueda.

El comisario explica cómo la acción de Blázquez suma «la sutileza y lo metafísico, al propio proceso de encalado». Y lo desarrolla: «Blázquez encala esas fachadas dejando reservas del blanco viejo, que asume formas como la escalera, que se usaba para poder pintar las plantas altas, o elementos perdidos, como los números de las calles. De este modo, la presencia se hace efectiva desde la ausencia y los viandantes se percatan de esas intervenciones mediante el hallazgo».

Hallazgos

Otro hallazgo brinda Genalguacil de la mano de José Luis Valverde, uno de los jóvenes artistas malagueños de mayor proyección y calado. Valverde ha hecho de la pintura y del uso del negro dos señas de identidad esenciales en su trabajo. La primera sigue vigente en la pieza que ha realizado para este proyecto, que abre una nueva vía expresiva con el uso del blanco como tono protagonista del lienzo titulado 'Una mañana de julio en el cementerio del Genal', elaborado por Valverde durante su convivencia con los vecinos de Genalguacil.

Porque vida y arte se entrelazan en la estrategia de este pueblo que ha hecho de la creación contemporánea un arma cargada de futuro frente a la despoblación y el olvido. Porque corren rumores de que lo que sucede en Genalguacil es único y la mejor forma de averiguarlo es vivirlo.

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