
Cristian López: De ser el Rey León a Billy Elliot
El joven actor malagueño, de 11 años y natural de Benajarafe, consigue un papel protagonista en el musical que se estrenará en el Teatro Alcalá de Madrid en octubre
Eugenio Cabezas
Domingo, 30 de abril 2017, 01:23
El pequeño Cristian López Zamanillo, de 11 años y natural de Benajarafe, sigue cumpliendo en Madrid su sueño de ser actor y cantante. Tras conseguir ... un papel de Simba en el musical El Rey León en 2016, que se sigue representando en el Teatro Lope de Vega de la capital de España, desde hace poco más de un mes está ensayando para el nuevo musical de Billy Elliot, que se estrenará el próximo 5 de octubre en Madrid. El joven intérprete ha conseguido colarse en el exclusivo elenco, de apenas 18 menores, de entre 9 y 14 años, que interpretarán al pequeño que quiso ser bailarín en un pueblo de mineros de Irlanda del Norte en la década de los ochenta.
Publicidad
La adaptación española de la película homónima de Stephen Daldry, del año 2000, que posteriormente fue un musical, estrenado en Londres en 2005, y que aún se sigue representando en la capital británica, ha corrido a cargo de David Serrano. El director musical será Gaby Goldman y el coreógrafo que recrea el movimiento original es Toni Espinosa. López, que pasó la Semana Santa en el núcleo costero veleño junto a su familia, asegura estar «muy ilusionado» con este nuevo papel, «porque será mucho más exigente que el de El Rey León, ya que tendré que estar durante las caso tres horas que dura el espectáculo sobre el escenario», dice.
El musical se estrenará en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid el próximo 5 de octubre, y las entradas ya están a la venta a través de Internet. En El Rey León, el joven intérprete permaneció en el elenco infantil durante algo más de un año, hasta finales de febrero pasado, «pero por razones de edad y de voz ya no encajaba en el papel de Simba niño». Ahora ha cambiado los ensayos y actuaciones en la sabana africana por las piruetas y los saltos, con gran presencia del estilo clásico, del musical Billy Elliot. «Estamos ensayando todos los días, de lunes a viernes, de 17.30 a 21.30 horas, porque son pasos complicados, y tenemos que tener un estilo muy depurado», confiesa el joven actor.
A las órdenes del prestigioso bailarín Víctor Ullate y de su madre, Carmen Roche, el elenco de menores, entre los que únicamente hay otro andaluz, un jiennense, Diego, los pequeños se preparan para compartir escenario con un reparto de intérpretes de primer nivel nacional, encabezado por Natalia Millán, Carlos Hipólito, Adrián Lastra, Mamen García, Juan Carlos Martín, Alberto Velasco, Noemí Gallego y Axel Amores.
Al contrario que otros títulos, Billy Elliot no es una franquicia, y la productora española, SOM Produce que va a invertir, según dijo Juan José Rivero en la presentación que tuvo lugar a finales de marzo en Madrid, cinco millones de euros, pondrán en pie su propio montaje. Cuenta con escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda, iluminación de Juan Gómez-Cornejo, vestuario de Ana Llena y sonido de Gastón Briski.
Publicidad
Sí se utilizan, además del libreto, naturalmente, las coreografías originales de Peter Darling, reproducidas por el mencionado Toni Espinosa. La pretensión de los productores es que Billy Elliot cuyo montaje está obligando a realizar obras en el teatro permanezca en Madrid durante varios años «por sus características, no puede girar por España» y que «marque la diferencia», sostienen.
Además de para los ensayos, a Cristian López le queda tiempo para escuchar música, y confiesa que su cantante favorito es el norteamericano Chris Brown, «con el que me vuelvo loco bailando», matiza. En cuanto a estilos musicales, le gustan el funky, el hip-hop y el pop, especialmente. En materia de interpretación, su «ídolo» es el sevillano Paco León. «Me encantaba su personaje en la serie Aída», dice. De mayor le gustaría ser actor musical, para lo que se prepara de manera concienzuda a diario.
Publicidad
López vive con su madre, Soraya Zamanillo, de 34 años, y su abuela, en Arganda del Rey. Estudia sexto de Primaria y ya tiene claro que quiere cursar la carrera de Arte Dramático «o algo relacionado con interpretación». Entre semana, tras salir de clase, coge el tren para dirigirse al Teatro Calderón, donde de momento se llevan a cabo los ensayos de la Escuela Billy Elliot. «Algunos llegaron sin haber bailado nunca», dice Carmen Roche quien, junto a su hijo Víctor Ullate Roche, y distintos profesores de danza, canto, interpretación e incluso acrobacia, se ocupan de la preparación de los niños. A las audiciones se presentaron unos 600 menores.
«Tienen un gran talento, estoy seguro de que aquí están los que conformarán los repartos de los grandes musicales en España en los próximos años», apostilló el director del nuevo musical en su presentación. «Trabajar con niños es un trabajo a la vez complicado y emocionante. Billy Elliot es un musical perfecto; cuando lo ví en Londres, hace unos años, salí fascinado, pero convencido de que en España no se podría hacer. Sin embargo, gracias al empeño de los productores lo hemos logrado. Trabajar con los niños ha sido la mayor emoción que he sentido en mi carrera», añadió David Serrano.
Publicidad
A López le gusta el personaje del niño bailarín que en su día encarnó en el cine Jamie Bell, «porque representa la rebeldía y la fuerza de voluntad, lanza el mensaje de que si te propones algo puedes conseguirlo, sin importar lo que digan los demás», asegura el pequeño de Benajarafe, quien destaca la exigencia que supone el baile clásico. No obstante, el pequeño está en plena forma y así lo demostró para SUR haciendo varias piruetas mientras posaba para las fotos en el paseo marítimo de Benajarafe.
Del núcleo veleño echa «mucho de menos la playa y los amigos». «Intento venir siempre que tengo vacaciones, pero sé que mi futuro profesional está en Madrid, que es donde están los grandes musicales», apostilla el joven, formado en la Escuela de Artes Escénicas ESAEM de Málaga, a las órdenes de Luismi Varela.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión