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Francisco Griñán
Miércoles, 23 de septiembre 2015, 14:03
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Con puntualidad milenaria, el dolmen Viera ha tomado hoy el protagonismo en el Sitio de los Dólmenes de Antequera. El único de estos monumentos orientados a la salida del sol ha escenificado este martes, a las 8,30 horas en punto, el espectáculo del equinoccio de otoño. Un fenómeno que se ha producido al amanecer y que, este año, ha tenido una testigo de excepción, la arqueóloga enviada por la Unesco, Margaret Gowen, que ha visto en directo otro de los grandes argumentos de este conjunto megalítico para ser inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial.
Los temores de que las nubes impidieran el espectáculo natural se han disipado cuando los primeros rayos se empezaron a colar en la galería de entrada del dolmen de Viera. Gowen, que ha sido enviada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para el elaborar el informe que avale el reconocimiento internacional del conjunto arquológico de Antequera, ha sido la única que ha penetrado en la cámara mortuoria de Viera donde ha presenciado la alineación del monumento con el cambio de estación y la entrada del sol hasta el final de la milenaria estancia. La experta ha estado acompañada en la visita del arqueoastrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias Juan Antonio Belmonte, que ha explicado este fenómeno que solo produce en los equinoccios de otoño y primavera.
Belmonte es el autor del estudio, junto al profesor de la Unviersidad de Cambridge, Michael Hoskin, sobre la orientación de los dólmenes de Antequera, en el que solo uno, el de Viera, está orientado a la salida del sol. El 99.9 de los monumentos megalíticos europeos cumplen esta condición, aunque el sitio malagueño cuenta con otros dos dólmenes, Menga y El Romeral, que están dirigidos a objetivos terrestres, lo que convierte este conjunto en excepcional.
Tras la visita a Viera, la misión técnica de la Unesco se ha dirigido al Torcal de Antequera, que es precisamente la dirección en la que 'mira' al tholos de El Romeral. Margaret Gowen visitó ayer esta sepultura megalítica y hoy ha conocido la sierra hacia la que se orienta, "un paisaje kárstico y mágico en el que además se encuentra la Cueva de Toro", ha explicado el director del Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera, Bartolomé Ruiz.
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