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Iván Medina, Paula Requejo y Chelo Pineda, en la puerta de la Facultad de Ciencias de la Salud. Aida Vicente
Un estudio analiza los patrones de las roturas del ligamento cruzado anterior
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Un estudio analiza los patrones de las roturas del ligamento cruzado anterior

Los docentes de Ciencias de la Salud Chelo Pineda e Iván Medina y la reciente graduada Paula Requejo realizan la primera investigación sobre esta lesión en España en futbolistas de Primera División

Aida Vicente

Martes, 16 de mayo 2023, 10:03

La lesión en un deportista de élite puede suponer un bache duro para su carrera deportiva y un quebradero de cabeza para su equipo. Muchas lesiones tienen consecuencias nefastas para su trayectoria profesional, sobre todo si es grave, y entre estas se encuentra la rotura de ligamento cruzado anterior. La investigación 'Roturas del ligamento cruzado anterior en la Primera División del fútbol español: un estudio epidemiológico retrospectivo', elaborada por los docentes de la Facultad de Ciencias de la Salud Chelo Pineda e Iván Medina y la recién graduada Paula Requejo, estudia los patrones de esta lesión basándose en los datos de los jugadores de la Liga española que han sufrido este traumatismo en los últimos 10 años, información clave para poder incluir programas preventivos en el entrenamiento. «Conocer esta información es fundamental para hacer un mapa de estas lesiones en el fútbol y poder detectar necesidades, que permitan elaborar un plan de entrenamiento desde la prevención», explica Chelo Pineda.

La prevención de este traumatismo es fundamental ya que la lesión del ligamento cruzado es una de las lesiones más incapacitantes para el deportista, dado que para la recuperación del ligamento se requiere de una intervención quirúrgica, lo que conlleva un periodo de recuperación mínimo de 6 meses. Por ello, la conclusión de estos investigadores de la UMA es que un buen plan de entrenamiento junto con una buena salud mental puede llegar a minimizar los factores de riesgo y reducir la incidencia de esta lesión.

Toni Villa, jugador del Girona, José Campaña, del Levante y la inglesa Leah Williamson, jugadora del Arsenal, son los nombres que últimamente han protagonizado titulares en el mundo deportivo debido a sus roturas de ligamento cruzado: La eterna pesadilla del deportista. «Cada dos temporadas cada equipo de fútbol profesional puede sufrir una lesión de ligamento cruzado o once de media por temporada en toda la Liga», explica Paula Requejo, una de las investigadoras. Los seguidores de deportes como fútbol o baloncesto ya están acostumbrados a escuchar estos términos por parte de sus equipos. Pero, ¿en qué consiste realmente este traumatismo?

Nivel de intensidad

La lesión de ligamento cruzado es el desgarro o esguince de ese ligamento, que es una de las fuertes bandas de tejido que ayudan a conectar el hueso del muslo (fémur) con la tibia. Las lesiones del ligamento cruzado anterior comúnmente se producen durante la práctica de deportes que implican detenerse o cambiar de dirección en forma repentina, saltar y aterrizar, como el baloncesto, el fútbol, el fútbol americano, y el esquí alpino. Aunque usualmente los deportistas «se lesionan más asiduamente en los partidos ya que el nivel de intensidad, el nivel de fatiga y la incertidumbre que hay en ese momento no es la misma que en un entrenamiento que suele ser más controlado», aclara Requejo.

Los ligamentos cruzados aportan estabilidad a la articulación, limitando el desplazamiento anterior y posterior de la tibia sobre el fémur, a la vez que ayudan en la propiocepción de esta. El LCA es especialmente susceptible de lesionarse debido a su trayecto subcutáneo y por pertenecer a una larga extremidad que soporta peso. Estas lesiones pueden variar dependiendo del mecanismo de lesión, pueden ser lesiones leves, como desgarros o lesiones graves como la ruptura de este. Este tipo de lesiones se presentan principalmente por traumatismos indirectos producidos en actividades deportivas, los cuales no son diagnosticados a tiempo, por lo que a largo plazo una lesión leve puede convertirse en una grave. Se presenta principalmente en deportistas jóvenes.

Aunque los jugadores de fútbol conviven con la espada de Damocles de las lesiones, más aún lo hacen las mujeres que practican este deporte, ya que su riesgo se triplica. La lesión del ligamento cruzado anterior en futbolistas federadas es hasta tres veces mayor que en los varones. Esto resulta muy grave, ya que tiene un potencial muy lesivo a largo plazo, pues puede desencadenar artrosis. Y esto no ocurre sólo en las deportistas de élite, sino que también aparece en las mujeres que se inician en deportes de forma amateur.

Existen factores que influyen, como las variables anatómicas, el componente hormonal o el cansancio, que pueden estar detrás de todo ello. La morfología de la mujer y los cambios hormonales predisponen a que ellas tengan muchas más roturas de ligamento cruzado, sobre todo cuando están más cercanas a la fase de ovulación. Hay que tener presente que las mujeres suelen tener más déficit de calcio y vitamina D, lo que hace que los huesos no sean tan resistentes. Por eso, la tendencia pasa por adaptar los entrenamientos y el esfuerzo físico en función del ciclo menstrual y usando suplementos cuando es necesario. «Es necesario realizar más investigaciones longitudinales adicionales a este estudio, sobre todo trabajarlo, desde una perspectiva de género», sentencia Chelo Pineda, profesora titular de la UMA de fisioterapia, graduada en psicología y coautora de este proyecto.

Articulaciones

A pesar de que cada vez vemos a profesionales del deporte compitiendo a edades más avanzadas como el futbolista del Betis Joaquín lo cierto es que el deporte de competición no es saludable para las articulaciones. Cada disciplina tiene sus lesiones, pero el fuerte desarrollo de la medicina y de la traumatología deportiva permiten ver todavía grandes profesionales compitiendo, aunque las lesiones musculares siguen siendo todavía la mayor de las batallas.

«Existen varios picos de incidencia en esta lesión. Los meses en los que suele ocurrir es justo en pretemporada o inicio de temporada, es decir, en septiembre u octubre y, luego, a final de temporada; marzo o abril», narra Requejo. «Esto se debe a que en los meses de septiembre/octubre existe más carga de entrenamientos y partidos en preparación de pretemporada. Y el de marzo/abril obviamente por el desgaste acumulado de toda la temporada. A veces se trata de un desgaste físico y a veces de un desgaste emocional», continúa explicando Iván Medina, profesor de Fisioterapia y coautor de esta investigación.

La recuperación de esta lesión es de siete meses. «Por lo que el futbolista o jugador de baloncesto pierde toda la temporada. Por cuestión de tiempo más que nada», dice Iván Medina. La pregunta más reiterada de los deportistas profesionales que sufren este tipo de rotura de cruzado es si volverán a ser los mismos. «A pesar de ser unos meses muy complicados para el deportista, tiene la oportunidad de volver incluso más fuerte. Si tenía una musculatura más débil, tiene un año para trabajarla. Durante la temporada hay muchas cosas que no puede hacer porque no tiene tiempo con las exigencias competitivas, durante este proceso, puede focalizarse en cosas más concretas y salir reforzados de la lesión», garantiza Iván Medina. Aunque las estadísticas confirman que el deportista profesional puede afrontar varias veces en su carrera deportiva una lesión como esta. «Suele haber recaída, en torno al 15% de reincidencia», comunica Requejo.

¿Qué papel juega la psicología en la recuperación de las lesiones deportivas? Cada vez está teniendo mayor importancia el papel de la psicología deportiva en el afrontamiento de las lesiones. Existe una relación entre estados de ánimo y salud. El estado de ánimo activa o inhibe el sistema inmunológico. Cuando una persona se deprime o se angustia, hace que su sistema inmunológico se vuelva perezoso y trabaje menos en la defensa y recuperación del propio organismo. Una persona animada, entusiasta, con buen estado de ánimo mantiene en alerta y activado su sistema inmunológico por lo que este trabaja de forma activa en la salud o el bienestar.

En la recuperación de lesiones es clave mantener un buen estado de ánimo para que el propio organismo sea el primero en trabajar de forma activa en la recuperación, «sobre todo en una lesión como la de ligamento cruzado que retira al deportista 7 meses del campo, haciéndole perder su temporada y por tanto generando estrés y desconcierto en su vida. Es muy importante la figura del psicólogo deportivo en cualquier cuerpo técnico», recalca Chelo Pineda. Dos personas con un mismo diagnóstico pueden tener una recuperación diferente debido al estado de ánimo y la consiguiente actitud con la que se afronta. «Si el deportista y todo su entorno está preparado para afrontar las lesiones hay evidencia científica de que la calidad de esa recuperación es mucho mejor. Incluso el miedo a volver o el miedo al dolor se reduce muchísimo. No va a acortar porque los tiempos son los tiempos pero sí puede facilitar que sea una recuperación más óptima», expone Chelo Pineda. «De hecho, la mala situación psicológica puede estar en la base de la lesión. Ese bloqueo por estrés o esa falta de desconcentración suele desencadenar estos traumatismos», añade Medina.

Iván Medina, Paula Requejo y Chelo Pineda, fisioterapeutas e investigadores del proyecto. Aida Vicente

Esta investigación la comenzó Paula Requejo en 2020 ya que fue su Trabajo de Fin de Grado. Requejo era jugadora de balonmano y veía como dos de sus compañeras de equipo por temporada tenían esta lesión por lo que a la hora de hacer su TFG tuvo claro en todo momento la idea. Se centró en el fútbol y en el baloncesto por qué «son los deportes que están más respaldados por los medios y por tanto más registradas todas las acciones», expresa Medina. «A los clubes les interesa ponerla en conocimiento de las instituciones o organismos federativos ya que en el momento que declaran esta lesión pueden sustituir a un futbolista debido a que es de larga duración», comunica Requejo.

Para llevar a cabo este estudio se han examinado las bases de datos electrónicas de 'Besoccer' y 'Transfermarkt' durante diez temporadas consecutivas, entre 2010 y 2020, recopilando información acerca de incidencia, mecanismo y recurrencia de la lesión, el lado de la misma, los días de recuperación y la gravedad, la posición del jugador, la dominancia, la temporada y el momento en el que se produce la lesión.

«Lo que nos llamaba la atención era conocer si esos patrones que se habían demostraban en otros países, como Alemania o Italia, se confirmaban aquí en España. Y sobre todo por llenar ese vacío. No sabemos qué está pasando en nuestro país realmente con esto. Lo ideal sería verlo en Europa y saber que pasa con esta lesión que es la lesión estrella, la lesión temida la que supone un tiempo amplio de recuperación», declara Medina. «Esto ha sido un camino largo y tedioso que ha culminado con éxito y con la ayuda mis dos profesores se ha terminado convirtiendo en una publicación. Aunque empezó con la idea clara de un TFG», concluye Paula Requejo.

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