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Isabel R. Vallejo
Martes, 8 de noviembre 2022, 10:39
Fomentar el pensamiento crítico, estimular el hábito de la lectura, mejorar la capacidad de expresar tus ideas de forma clara, perder el temor a hablar en público, ganar confianza, seguridad o aprender a trabajar en equipo son algunas de las habilidades que se adquieren gracias al debate. Los grandes filósofos de la antigüedad ya afirmaban que saber debatir es un arte. No todos nacen con la capacidad de tener suficiente poder de convencimiento para ganar, pero cualquiera sí puede aprender a defenderse en este mundillo con la práctica.
Con esta finalidad nació en 2016 la Asociación de Debate Universitario de Málaga (ADUMA). Se trata de una iniciativa impulsada y administrada por los propios alumnos de la UMA que, ante la falta de asignaturas y contenidos relacionados con el mundo de la oratoria en el espacio académico, decidieron formar este colectivo sin ánimo de lucro para poder aprender las técnicas que permiten debatir, argumentar, expresar ideas y dar conclusiones adecuadas. De hecho, han logrado imponerse en la Liga Española de Debate Universitario (LEDU). Consideran además que este aprendizaje le va a servir en cualquier ámbito de la vida, «desde hacer una entrevista de trabajo a presentar un trabajo en clase o algo tan simple como pedirle dinero a tu madre», asegura Jesús Henares, expresidente de ADUMA y uno de miembros del equipo ganador de la LEDU.
Este grupo de jóvenes, que no se conforma con lo establecido y lucha por conocer las dos caras de la moneda y están implicados en la asociación, considera que el debate es una herramienta que te abre los ojos. «Es una actividad que deja de lado tu punto de vista, tu pensamiento, tu ideología, porque al final tienes que tocar dos puntos de vista diferentes que te hacen centrarte en las cosas buenas que tiene cada una de las posturas y no tanto entrar en ese conflicto. Es decir, te ayuda a mejorar la empatía por la otra ideología», asegura Belén Osorio Flores, estudiante del máster de Abogacía y otra de las ganadoras de la LEDU.
No solo te ofrece un punto de vista diferente, sino que te ayuda a mejorar personalmente, tal y como explica Elena Isabel Hermana, otras de las vencedoras: «Desde que hago debate todo lo que digo lo estructuro mejor mentalmente; es decir, yo podría cometer muchos errores al hablar antes, pero al haber trabajado constantemente eso al final aprendes a organizar tus ideas y pensamientos y a la hora de hablar no me cuesta tanto. Me ha dado mucha tranquilidad y creo que eso es bastante bueno».
Aunque un gran número de los estudiantes piensan que el mundo del debate es para alumnos de Derecho, la asociación «tiene las puertas abiertas a cualquier persona sin importar la especialización ni la carrera», afirman los tres campeones, a lo que Jesús Henares añade: «Es mejor que haya personas de todas las ramas porque tenemos una visión de grupo más amplia. Los temas para debatir pueden ser muy amplios, por ejemplo, de educación, ingeniería o medicina, por lo que siempre está bien contar en el equipo con personas que tienen diferentes puntos de vista».
Por las aulas de debate han pasado y siguen pasando centenares de personas. Incluso en años anteriores se han visto obligados a limitar las plazas y poner una lista de espera ante la gran cantidad de solicitudes con las que han contado. Alumnos de todas las especialidades acuden varias horas a la semana a la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales para mejorar y recibir clases impartidas por los miembros de la vicesecretaría de Formación de Aula. «Las clases en sí son teóricas. En ellas se ven aspectos concretos de la oratoria o el debate: por ejemplo, explican la gestión de la presión y muestran trucos de cómo gestionar esa presión mientras hablas en público. Obviamente también hay formaciones donde los alumnos practican realmente cómo hacerlo. En estas dinámicas solo hablan o practican los que quieren participar, nadie es obligado porque están allí para aprender», resalta Henares.
Y aunque la formación es su principal bandera, también se dedican a ir a competiciones por toda España para reforzar los conocimientos aprendidos y ponerlos en prácticas. Ese es justamente uno de los aspectos con los que más se pretenden diferenciar de otros equipos de debate: la inmediatez de la puesta en práctica de lo aprendido.
«Deben dejar de lado al miedo. Es verdad que deben trabajar bastante, no solo vale con las clases, pero los grupos de debate siempre van acompañados de personas que ya cuentan con experiencia. Son las que ejercen de formador del equipo y llevan a los jóvenes durante todo el proceso de formación: desde cómo hacerle frente a la pregunta, cuántas perspectivas se pueden mirar el tema o 'tips' de presentación», reconocen los tres miembros.
Aun así, sigue habiendo personas que no se ven capaces de presentarse por la inseguridad. «Yo me apunté porque me daba miedo hablar en público, me temblaba la voz, las manos, pero tenía curiosidad, pensaba que me gustaría pero no sabía cómo hacerlo; entonces decidí apuntarme a un sitio que me enseñara a hacerlo sin cagarme encima y creo que esto es algo que la gente tiene muy estereotipado. Nadie se apunta a natación si sabe nadar, se apunta cuando no sabe y quiere aprender, pues en mi caso, como no sabía 'nadar' decidí dar el paso», detalla Jesús Henares, que ha pasado por presidente de la Asociación, campeón de varios torneos y capaz de enfrentarse a cualquier auditorio que se le presente. La capacidad de hablar bien en público es una de las habilidades indispensables para triunfar en el nuevo escenario laboral.
Todos coinciden en que el Aula de Debate acaba siendo como una familia. Y es que conocer a gente nueva, entablar amistades, e incluso, encontrar el amor, es también uno de los puntos fuertes de esta asociación, pues como dice Elena: «Te unes a un grupo de personas con la que necesitas convivir muchas horas y al final acabas con amistades o pareja para toda la vida».
ADUMA ha conseguido un amplio palmarés de premios en todos estos años de actividad, a los que en las últimas semanas se ha añadido la Liga Española de Debate Universitario (LEDU). Un premio al trabajo realizado a lo largo de todo el curso. «Íbamos bastante preparados. No es cosa de tener suerte, somos gente con muchos años de debate», subraya Henares. El equipo que se ha alzado con el título en Zaragoza ha estado compuesto por Jesús Henares, Belén Osorio y Andrea Zurera (todos con el máster de Abogacía), así como por Silvia Escaño (Trabajo Social), Elena Hermana (Innovación, Emprendimiento y Liderazgo) y Agustín Noya (Sociología Aplicada).
A pesar de que algunos miembros siguen todavía viviendo emocionalmente en Zaragoza, otros, como Belén, ya tienen puestos los pies en el suelo y han pasado por su siguiente objetivo: el Torneo 50 Aniversario Universidad de Córdoba. «Yo no me puedo estar quieta. No había terminado esta competición cuando ya estaba apuntada a otro torneo que organizaba la asociación de debate Dilema en Córdoba», reconoce. Dicha prueba también ha reunido a 16 equipos de toda España entre el 28 y 29 de octubre en la Facultad de Filosofía y Letras para debatir sobre si había sido beneficiosa la implantación del Plan Bolonia en las universidades públicas.
Y gracias al papel notorio desempeñado por ella y por el resto de su equipo –Paula Lacave y Alberto Chaparro– durante la competición, han conseguido traer a la capital de la Costa del Sol el ansiado trofeo, el premio económico y la segunda plaza para participar en la LEDU 2023.
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