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Giovanni Caprara, en su despacho en la Dante Alighieri. NACHO CARMONA
Caprara, el italiano más malagueño

Caprara, el italiano más malagueño

Profesor de Filología Italiana en la UMA, preside la Società Dante Alighieri en la capital de la Costa del Sol, una asociación difusora de la lengua y de la cultura italiana por el mundo

Nacho Carmona

Martes, 9 de mayo 2023, 10:12

Dante Alighieri sacó a la península italiana de los infiernos para llevarla al paraíso, pasando por el purgatorio, a través de la 'Divina Comedia', una de las obras literarias que cambiaron la historia para siempre. Dejó obsoleto el pensamiento medieval para abrirle la puerta al Renacimiento. O lo que es lo mismo, cambió la historia para que empezase a girar en torno al ser humano y ya no alrededor de la religión. Considerado el padre de la lengua italiana, pone nombre, desde el siglo XIX, a la principal institución difusora de su idioma y su cultura por el mundo, que desde el año 2005 tiene también su rinconcito en Málaga.

Giovanni Caprara (Arezzo, 1969) presume de sus raíces toscanas citando al gran Roberto Benigni, ganador de dos Óscar en 1999 por 'La vida es bella': «Italia es el único país del mundo donde el concepto de cultura nace antes que el de nación». Es la definición más pura de quien se entrega por amor al arte. O a la cultura. Desde 2019 se hace cargo como presidente de esta asociación, en el primer piso de uno de los portales de la Plaza Uncibay. Desde allí cuenta, con un castellano perfecto pasado por el filtro de su acento italiano, su historia como residente en España, docente y difusor de su cultura; esa que lleva orgulloso allá por donde va. La italiana y la española, al fin y al cabo, son dos culturas mediterráneas amigas y parecidas entre sí.

Un Erasmus de seis meses en Granada cuando estudiaba Lenguas y Literaturas Extranjeras en la Universidad de Siena (Università di Siena) cambiaría su vida de ese instante en adelante. Con poco más de 20 años empezó su aventura, viajando desde Roma hacia Madrid para coger allí un tren dirección Granada. «Una aventura, con lo que suponía viajar antes», dice de aquellos tiempos en los que no existía aún Internet. Hospedado en una residencia en el Albaicín y con un español que creía bueno, quedó sorprendido por la fluidez con la que se hablaba en Andalucía. «Le pregunté a una señora que estaba en la estación que cuál era la calle de mi residencia. Me habló tan rápido que no me enteré de nada», cuenta. «¿Qué hago?», pensó en ese momento. «Me fue genial. Luego volví a Italia para acabar mis estudios y años más tarde regresé a Granada para trabajar de traductor e intérprete», cuenta sobre su camino. El destino lo llevó de la mano hasta la UMA para empezar a trabajar, por aquel entonces, de profesor a tiempo parcial: «La Universidad de Málaga ha supuesto para mí un gran reto. Me siento muy reconocido. Como docente he nacido aquí. Me he sentido siempre muy respaldado con todas las iniciativas que he realizado».

Malagueño de adopción desde el año 2001, ejerce ya a tiempo completo de profesor titular de Filología Italiana, en el grado de Filología Hispánica y desde la Facultad de Filosofía y Letras. «Hay una parte de mí que es malagueña, por supuesto», expresa.

Antes de dedicarse de forma casi exclusiva a la investigación y a la docencia, pudo conocer, desde la sala de máquinas, el mundo de la gestión universitaria: lo hizo como vicesecretario y secretario de la Facultad de Filosofía y Letras, como Vicedecano de Calidad y como Director del Centro de Español para Extranjeros. Siempre ha sido un fiel defensor de que el idioma se enseña de la mano de la cultura, «para que sirva de muestra viva y no se quede en un manual vacío», explica. Lengua, cultura, cine y literatura se juntan para hacer del italiano «una experiencia transversal». Lo define con esa palabra y lo explica con este ejemplo: «En la UMA organizamos seminarios sobre temas que dominamos y que puedan aportar conocimiento. Si el tema es, por ejemplo, un escritor italiano, tratamos el tema con nativos que conferencien en el idioma», apunta sobre el valor añadido que aporta este método.

De la mano de la cultura

Su experiencia en la Universidad de Málaga le ha permitido y le permite realizarse como agente y organizador de eventos más allá de su labor como docente, siempre de la mano de la cultura. Consagrado como uno de los máximos estudiosos de la obra del escritor siciliano Andrea Camilleri en España, centró su tesis doctoral en la traducción de su literatura al español y fue galardonado con el Premio Extraordinario de Tesis Doctorales en el año 2008. Ha organizado, además, jornadas relacionadas con este literato, en la UMA y también en la 'Dante', como él llama a la asociación. En la Universidad, una parte importante de lo que enseña a nivel cultural está intrínseca en el programa docente; otra, sin embargo, es «una apuesta personal» suya.

La UMA fue su puente y su peaje hacia la Dante Alighieri. Llegó a través de ella. Abrió sus puertas en Málaga en el año 2005 gracias a la iniciativa de unos italianos residentes en la Costa del Sol. «El equivalente en España sería el Instituto Cervantes», cuenta. Lo que empezó siendo un centro de difusión cultural se ha convertido, con el paso de los años, también en centro examinador de PLIDA, el examen oficial de italiano de la Dante Alighieri; el que sería el equivalente de Cambridge en inglés o de DELE en español.

La 'Dante' malagueña es una organización versátil. Dentro de su programa se encuentran, además, el 'Laboratorio de Lectura en Italiano' (que suma ya nueve ediciones) y el Festival de Cine Italiano de Málaga, que sopla este año su sexta vela con seis películas «muy buenas y muy actuales» como apuesta personal suya. Agradecimiento de su parte para las organizaciones, instituciones y empresas que hacen posible estos dos eventos, que forman parte ya del calendario cultural de la ciudad. «También tengo por ahí algún proyecto que aún no me dejan revelar», cuenta.

La sinergia que forman con la Embajada de Italia en Madrid y con el cónsul de Málaga, Marcello Memoli, hace que el desarrollo de la asociación malagueña funcione en perfecta sintonía con las instituciones representantes de la nación dentro de nuestras fronteras.

La globalización ha dejado muchas consecuencias y repercusiones a niveles muy diferentes. En lo que a idiomas respecta, la conclusión es evidente: el mundo es y está en inglés. Entonces, ¿es el italiano una lengua útil? Giovanni contesta la pregunta sin necesidad de formulársela: «Es la lengua de la cultura. Italia, además, tiene una estructura empresarial muy importante. Es un país con muchísimas excelencias en todos los ámbitos. Nacen, se producen y también se exportan muchísimos talentos. Gastronomía, moda… lo que nosotros llamamos 'Disegno' o ese 'Made in Italy' que tanto vende y tanto aporta a la economía nacional. Aunque a nivel global lo que prime sea el inglés, en Italia existen muchísimas oportunidades, en el ámbito académico y también en el profesional».

Polifacético

Existen personas, como Giovanni Caprara, a las que parece que le faltan horas en el día. «¿De verdad le da tiempo a todo?», piensa uno después de escuchar su rutina y el camino que ha seguido hasta llegar aquí. Trapero del tiempo como Marañón, dedica el poco que tiene a su familia, principalmente; y al tenis después, su deporte favorito. Más allá muestra una debilidad especial por el fútbol, la Fórmula 1 y el ciclismo. Tenista desde siempre, ahora comparte esta afición con su hija Valeria, «porque el deporte también hace familia», dice en recuerdo de su padre, que al igual que él ejerció de profesor.

Asegura que la combinación de deporte y estudios le ha ayudado a construir su personalidad piedra a piedra. Su pasión por el fútbol viene de lejos, por una afición que tuvo en su juventud, cuando aún vivía en Italia: era árbitro. Y de los tarjeteros, para que no se le fuera el partido de las manos. «Para mí eso era fundamental», cuenta riéndose. Ejerció de colegiado durante 14 años y llegó incluso a pitar en la cuarta categoría del fútbol italiano: «Llegué a la Serie D. Era bueno y me gustaba, pero lo dejé porque esa pasión por el arbitraje se apagó».

Y aunque algunos no lo crean, los árbitros son personas más allá del silbato y también tienen colores. Giovanni presume orgulloso de los suyos, que son dos: los de la 'Juve' y los de la selección italiana; «cuando juega Italia se para el país», dice. Entusiasta también «de este deporte tan bonito de la bicicleta», asegura que la pasión italiana por el ciclismo es especial: tierra de puertos de montaña míticos como el Stelvio y de escaladores despiadados como Marco Pantani o Vincenzo Nibali, es la cuna de varias de las citas más señaladas del calendario deportivo internacional: el Giro, la Milán-Sanremo o Il Lombardía.

Polifacético como pocos, Giovanni hizo sus 'pinitos' como locutor y presentador en su 'mili' universitaria; mucho antes de llegar a la UMA como docente. «Tu profesión es muy divertida y bonita. Es pasional; aunque también tiene una responsabilidad enorme», expresa. Sus inquietudes juveniles le llevaron a experimentar con otros oficios, «tenía mucha curiosidad por descubrir y conocer lo que hay más allá», cuenta. Habla del mundo como un lugar «un poco complicado» y aboga a la responsabilidad de todos para hacer de este un sitio mejor: «Soy un poco escéptico, pero creo que entre todos podemos enderezar un poco el rumbo. Pienso que tenemos el deber de intentarlo».

Así, Caprara pone un pedacito de Italia en Málaga a través de la cultura. Una forma de vivir también mediterránea y altamente compatible con la que aquí arraiga.

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