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Un bronce al esfuerzo tras una carrera de sacrificios

Un bronce al esfuerzo tras una carrera de sacrificios

Deportes.El estudiante de Fisioterapia de la UMA Vicente Giles logró medalla en la categoría de -73 kg en el Campeonato de España Universitario de Judo 2021

ALBA TRUJILLO LÓPEZ

Martes, 9 de noviembre 2021, 00:01

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Vicente Giles, un cinéfilo apasionado de las películas y series de aventuras y artes marciales desde muy temprana edad, es el protagonista del deporte universitario al sumar otra meritoria medalla de bronce a la colección de triunfos de la UMA. Las competiciones universitarias están volviendo a celebrarse con normalidad y poco a poco va llenándose la sequía deportiva provocada por la pandemia. En este caso, el nuevo logro universitario se ha producido durante el Campeonato de España Universitario de Judo acogido por la Universidad Politécnica de Madrid en Villaviciosa de Odón. Este año, la Universidad de Málaga ha estado representada por dos estudiantes: Vicente Giles Resnik, estudiante de Fisioterapia y clasificado en el tercer puesto de la competición, y por el estudiante de Relaciones Laborales y Recursos Humanos Manuel Peinado Gómez. Este último compitió en la categoría de -81 kg cayendo con el posterior finalista y medalla de plata Álvaro Caminero, de la Universidad Autónoma de Madrid.

Vicente Giles no dudó ni un segundo al decidir que quería practicar algún tipo de arte marcial en su vida y como cualquier niño emocionado que quiere empezar a practicar deporte descubrió cuáles eran las especialidades que ofertaba su colegio y, por suerte o mera coincidencia, únicamente estaba la actividad de judo como arte marcial. Así fue como a sus tan solo seis años vinculó su vida al mundo del deporte: «Se podría decir que el judo me eligió a mí», como Giles mismo dice. A su corta edad -20 años recién cumplidos-, tiene una larga trayectoria deportiva, aunque es novel en los campeonatos de la universidad, ha participado en numerosas ocasiones en campeonatos autonómicos y nacionales de alto nivel: «Al comienzo en las competiciones te ves muy inferior, pero año tras año vas viendo tu mejoría y el esfuerzo que has puesto para ello, lo que hace que te valores más y confíes más en ti mismo», admite el judoca, que destaca como desventaja del judo los golpes y dolores que se lleva uno, pero que con mucho gusto recibe, señala con un toque humorístico.

«Una persona más fuerte»

A diferencia de muchos deportistas de la universidad que han estado sin competir hasta la vuelta de las competiciones universitarias, Giles estuvo disputando el Campeonato Nacional de Judo en la categoría júnior en la que quedó en un quinto puesto: «No conseguir medallas importantes o no ganar estos torneos es lo que hace que uno vaya convirtirtiéndose en una persona más fuerte poco a poco», confiesa Giles. Lo que destaca del judo es el potencial que este deporte tiene a la hora de formar una personalidad: «La disciplina y el respeto que te inculcan es muy bonito, da igual lo bueno que te creas que siempre hay alguien muy superior capaz de bajarte el ego», admite.

Vicente Giles no viajó solo a Madrid, le acompañaba su compañero Manuel Peinado Gómez y un técnico cedido por la universidad. A su llegada a la capital, cada contrincante se alojó en una establecimiento diferente, por lo que todavía se sigue con la norma de no poder convivir todos los competidores juntos. La competición disputada en Villaviciosa de Odón estuvo dividida en varios combates y subdividida por categorías de peso: -60 kg, -66 kg, -73 kg, -81 kg, -90 kg, -100 kg, y +100 kg. La competición constó de cuatro combates, aunque Giles empezó con mal pie perdiendo el primer combate, esto no hizo que bajara la guardia en los siguientes, un combate perdido que como él mismo expresa le dejó con un sentimiento de profunda tristeza: «Me sentí mal cuando sucedió porque iba muy preparado con respecto a otros años, además en mi peso había dos contrincantes muy fuertes, uno incluso era olímpico de Tokio, pero ninguno de los dos se presentó, al ver esa oportunidad quise ir a por el oro». La derrota fue contra Víctor Caravaca Montoya, el representante de la Universidad de Murcia, que no logró ninguna medalla.

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«Perdí el combate de una manera tonta, me atacó y me confié intentando contraatacar cuando no debía y eso fue el error que hizo que perdiese el combate», declara Vicente Giles, que logró recomponerse de manera rápida y efectiva consiguiendo ganar los otros tres combates de manera definitiva: «Los otros tres combates los resolví de manera rápida, los gané por la técnica de ippon que es el punto en el que acaba el combate en el judo», declara el judoka.

Para los menos entendidos en la terminología del judo, esta técnica se aplica cuando el golpe se realiza de forma correcta o como resultado de proyectar al oponente de modo que al caer con la espalda por completo en el tatami, es decir, quien haga un ippon, consigue la victoria. Vicente Giles es una persona que no se conforma con cualquier puesto, para él quedar tercero es un orgullo aunque su ambición habla por sí sola: «Podría haberme plantado en la final perfectamente si no hubiese perdido el primer combate, tengo la espinita clavada de no haberme podido plantar en la final, pero a la vez es mi primera medalla nacional, estoy muy contento y el año que viene iré a por más», admite Giles.

Al preguntarle sobre qué sensaciones provoca este deporte para sí mismo, muy entusiasmado, y abriéndose poco y poco, Giles cuenta que: «El judo, por un lado, es una vía de escape, ya que al pisar tatami estás totalmente metido en esa esfera y nada de lo de fuera importa en ese momento, ayuda a desconectar y a recargar pilas, pero sobre todo diría que es una pasión sobre invertir todo el esfuerzo que se pueda para crear algo de lo que estar orgulloso a la vez que me aporta tanto».

Finalmente, compartió un tercer puesto con Sergio Malo, de la Universidad Politécnica de Cataluña, el segundo puesto fue para Unai Ariceta, de la Universidad del País Vasco, y Mario Fernández, de la Universidad de Alcalá de Madrid, fue el ganador del campeonato en el peso de -73 kg.

Vicente Giles no entrena en la Universidad de Málaga, como la mayoría de estudiantes, sino que entrena en un club aparte en el que lleva media vida. Su rutina de preparación varía dependiendo de las competiciones próximas que tenga. Cuando no existen objetivos próximos entrena tres veces a la semana de judo intenso y los entrenamientos duran unas dos horas, además de eso, entrena cuatro días a la semana con pesas y está practicando un nuevo arte marcial llamado ju-jutsu: «El judo es un deporte muy sacrificado en el que se reciben muchos golpes tanto físicos como psíquicos a la hora de no conseguir un buen puesto en las competiciones, pero también sirve como una vía para despejarme y me ayuda a concentrarme en los estudios cuando termino de entrenar», confiesa el judoka.

Próximos objetivos

Respecto a los próximos objetivos como profesional, Giles confiesa: «Mi objetivo a nivel deportivo es participar en la categoría sénior por primera vez, ya que cumplo con el requisito de la edad de tener veinte años, y luego ir cogiendo experiencia para ir estableciéndome en esa categoría. A corto plazo tengo el Campeonato Andaluz y luego el de España y a largo plazo quiero sacar medalla en el sénior y seguir participando en el Campeonato Universitario Español de la UMA». Actualmente, compagina sus estudios de Fisioterapia con sus entrenamientos diarios, pese a su gran pasión por las artes marciales quiere tener un plan de futuro más allá del judo, es por ello que eligió una carrera que estuviese relacionada con el cuerpo físico y de como tratarlo tras una lesión: «De cara al futuro no creo que vaya a dejar de ejercer este deporte porque ya forma parte de mí, pero el judo es un deporte demasiado exigente y dedicarse a ello supondría dejar de lado todo lo demás, y ese no es mi camino», declara Giles, que está a la espera de conseguir entrar en alto rendimiento de la Universidad de Málaga para poder sobrellevar de una manera más amena su doble vida de estudiante y deportista.

Lo que está claro es que los deportistas de la Universidad de Málaga tienen un potencial innegable y que una vez más han vuelto a demostrar que lo importante no son los resultados, sino la pasión que se tenga por lo que uno hace. Todo es posible y los sueños se cumplen, se podría decir que el niño que soñaba con ser partícipe de alguna película de artes marciales, es ahora el protagonista de su propia película.

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