Vuelve Baluma a Rincón, mismo nombre, pero otro concepto

Javier Becerra se había quedado sin trabajo. Con experiencia en la hostelería y 30 años pensó en montar un negocio por su cuenta. En estas estaba, barajando distintas alternativas, cuando se enteró de que el Ayuntamiento iba a sacar a licitación la explotación del quiosco del Baluma Park. Es la zona verde que abrió sus puertas, gracias a un proyecto municipal, el pasado 23 de febrero, en la parcela que, entre 1985 y 2005, había ocupado la discoteca del mismo nombre, un local de ocio que fue referente de la noche. Pujó por la adjudicación y su oferta fue la elegida por la Administración local, con lo que, de nuevo, hay un local en la Cala del Moral bautizado como Baluma. Pero, hasta ahí, las semejanzas. «Esto es una cafetería, todo lo contrario al discotequeo que había antes. El negocio ahora es muy tranquilo, pero también funciona», aclara Becerra.

La «nueva Baluma», después de una importante inversión del adjudicatario, abrió al público el pasado 4 de mayo, temprano. Los ritmos son distintos; la persiana se baja, como mucho, a las doce de la noche, y en fin de semana. Copas, ni una. El límite está los licores, en un Aperol spritz o similar, máximo 16 grados, explica el empresario, que eso sí, destaca que también se pueden consumir algún vino o cervezas.

La clave es la clientela a la que va dirigido el establecimiento. De hecho, para ganar el concurso de explotación, Becerra elaboró una carta específica para el público objetivo del parque, es decir, niños y niñas, con sus respectivas familias, puesto que se trata de un recinto cerrado con grandes atracciones infantiles; y deportistas, ya que, una de las peculiaridades del Baluma, es que cuenta con un completo surtido de máquinas para ejercicios de cardio y pesas.

Donde antes hubo ginebras o wiskis, ahora hay smoothies saludables, el que más éxito tiene es el de fresa y plátano, o cereales con leche, con gran salida para todas las edades, además de muchos bocadillos, gofres o helados. «Las frutas nos la sirve la familia Paniagua, son de aquí, trabajamos con producto de proximidad», deja claro Becerra, orgulloso también de haber tenido que contratar ya a cinco personas para atender la barra y las 14 mesas con las que cuenta, dentro del parque y a pie de paseo marítimo; «todos y todas, de Rincón de la Victoria y de entre 20 y 30 años», apunta.

«Estamos muy contentos, ya tenemos fijos, que vienen a diario para estar en la terraza o cuando van de camino a la playa, para llevarse algo para tomar», resume el empresario, satisfecho de la marcha de esta apuesta personal por «reabrir» Baluma, aunque tenga otro aire muy distinto al anterior.

El parque, de casi tres mil metros cuadrados, tiene varias zonas bien diferenciadas: La zona Infantil ocupa una superficie de 450 metros cuadrados y cuenta con ocho elementos, uno de ellos, el principal, de diseño exclusivo y cuenta con elementos inclusivos. En total; una unidad de juego infantil en forma de torre gigante, una unidad de juego de muelle, una unidad de juego de balancín, una unidad de juego de columpio, tres unidades de cama elástica, una unidad de carrusel, una unidad de torre con poleas, una unidad de pelota de rugby con túnel de gateo y seis unidades de semipelotas de equilibrio.

La zona deportiva se divide a su vez en cuatro zonas: estiramiento, musculación, fitness funcional y cardio. La zona de musculación cuenta con siete elementos. La zona de estiramiento cuenta con dos elementos de equipos workout de barras. La zona de fitness funcional cuenta con 200 metros cuadrados. En el área de cardio, de 200 metros cuadrados, van ubicados 11 elementos: saltadores, bicicletas de brazos, elíptica y de ciudad. El parque cuenta con lonas que aportan 450 metros cuadrados de sombra. La inversión para la puesta a disposición de los vecinos y vecinas del municipio, en especial, de la Cala del Moral, en cuyo paseo marítimo se ubica el Baluma, ha sido de 1,4 millones de euros.