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Eva Ornehall y Emilio Ruiz se conocieron en Gotemburgo (Suecia) hace más de 30 años. Desde hace más de dos décadas han pasado sus vacaciones en la costa andaluza, ya que Ruiz es natural de Siles, un pequeño pueblo jiennense situado en el límite con Albacete. Desde hace cuatro años, el matrimonio, que tiene dos hijos, Kim, de 29 años, y Bianca, de 24, vive en Nerja, donde han montado una tienda de productos suecos. No son los únicos nórdicos que han elegido la localidad más oriental de la provincia para fijar su residencia. Suecos y noruegos y, en menor medida, finlandeses y daneses, han puesto sus miras en el municipio que presume de ser la capital turística de la Costa del Sol Oriental-Axarquía.
Según los datos que maneja el Ayuntamiento, a finales del pasado mes de diciembre había alrededor de un millar de residentes empadronados de estas cuatro nacionalidades, lo que supone el doble que hace una década. Sin embargo, según estima Ruiz, quien tras vivir 35 años en Suecia domina a la perfección el idioma, la cifra real puede rondar los 2.000 nórdicos. «Muchos vienen sólo de alquiler, unos meses, y otros están comprando casas, pero no se han empadronado», asegura este jiennense de nacimiento pero sueco de corazón.
En la céntrica calle Los Huertos el matrimonio ha abierto una pequeña tienda en la que es posible encontrar más de 300 referencias de alimentos suecos, que compran directamente en el país nórdico, así como otras delicias caseras, como pan y dulces. También tienen vinos españoles y aceite de oliva de Jaén. «Es un guiño a mi tierra», confesa Ruiz, quien destaca que los suecos «se sienten especialmente atraídos por el paisaje, el clima, las playas, la tranquilidad y el ambiente de pueblo que aún conserva Nerja, a diferencia de otros destinos de la Costa del Sol, mucho más masificados, como Fuengirola, Marbella, Benalmádena o Torremolinos».
«Esto lo ven más auténtico, son gente a la que les gusta la tranquilidad, la naturaleza, el senderismo...», sostiene Eva, mientras atiende a varios clientes nórdicos que han entrado a comprar al establecimiento. Aunque en Nerja la población de origen británico sigue siendo mayoritaria, con más de 2.000 empadronados sobre un censo que roza los 22.000, los nórdicos están abriéndose hueco, no sólo entre los vecinos residentes, sino también con sus negocios propios.
Inmobiliarias, restaurantes, asociaciones... cada vez son más los sitios en el pueblo donde es posible ver las banderas de alguno de estos países del norte de Europa. Así, actualmente son ya al menos tres los negocios inmobiliarios de origen sueco que hay en Nerja. Fastighetsbyran fue la primera que abrió, en septiembre de 2011. Christina Bergstén y Johan Eckervik son sus dueños. «Los suecos quieren sitios tranquilos, donde disfrutar del sol, la playa y las montañas», aseguran. Eso sí, advierten de que una de las principales quejas que tienen estos residentes es la ausencia de depuradora, cuyas obras deberían haberse finalizado hace un año y medio. «Están preocupados porque ven que no se terminan», dicen.
De hecho, la delegación nerjeña de la Asociación Hispano Nórdica, que cuenta ya con unos 1.500 socios en la localidad oriental, se ha reunido en varias ocasiones con el Ayuntamiento para trasladarles su «preocupación» por el retraso que acumulan los trabajos. Este colectivo organiza eventos lúdicos y trata de implicarse también en las costumbres típicas del municipio. «Hay suecos a los que les gusta ir a pescar en barco y les encanta el flamenco», afirma Emilio Ruiz.
Sólo la inmobiliaria que regentan Bergstén y Eckervik ha comercializado en estos seis años medio millar de viviendas, en un 90% para compradores suecos. El precio medio de estos inmuebles ronda los 250.000 euros. Pero también hay un buen número de nórdicos que prefieren una casa en el centro. Así, según datos del área de Urbanismo del Consistorio, en el último año se han otorgado una veintena de licencias para derribar casas antiguas, que han sido compradas por ciudadanos del norte de Europa, para construir nuevas viviendas. «Les gusta mucho hacer un apartamento en la planta baja y otros en la primera, para amigos o familiares, y sobre todo una gran terraza para tomar el sol», sostienen desde la inmobiliaria.
Los suecos tienen ventajas fiscales en su país por la rehabilitación de viviendas, incluso si éstas se adquieren fuera del territorio nórdico. Así, el Gobierno les da el 30% del presupuesto de mano de obra. Otra curiosidad que explicaría porqué Nerja está tan de moda en el país nórdico fueron las vacaciones que la princesa heredera al trono sueco, Victoria, pasó en la localidad en el verano de 2011, alojada en la casa que en la céntrica calle Carabeo tiene una mujer, que estuvo casada con un hermano de su padre, el rey Carlos Gustavo XVI. Además, se han emitido varios reportajes en las televisiones de aquel país y compañías como la operadora de móviles Telia han elegido imágenes de las playas nerjeñas para su publicidad.
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