
Secciones
Servicios
Destacamos
EUGENIO CABEZAS
Sábado, 13 de junio 2020, 00:02
Habían transcurrido diez días desde que Sergio Ruiz denunció la supuesta desaparición de su pareja, Dana Leonte, en Arenas. Era el 22 de junio del año pasado. La asociación SOS Desaparecidos colgaba un cartel con su foto. Este periódico comenzaba las indagaciones, más allá de las referencias al aspecto físico que aparecían en la imagen. Una llamada a la ONG pidiendo el contacto de la familia de la joven ya puso en alerta, ya que el portavoz dijo que «no tenía autorización para facilitarlo».
Tras varias averiguaciones más, SUR consiguió contactar, vía Facebook, con Ruiz (se reproduce el texto tal y como lo redactó): «De k se trata. Si es muy urgente me avisa la gc», escribió. «Es por la desaparición de tu pareja, he visto el cartel», le replicamos. «¿Sabes algo de dónde está?», le decimos. «Se yevo dinero y ropa. Y me dijo ke se largava asu pais Esta toso el mundo agoviandome y ma dejao con una niña de 7meses. Y un prestamista la estava agoviando dia tras dia. Y amenazandola», responde.
Como se puede comprobar, desde el primer momento en el que el caso tomó relevancia mediática, incluso días antes de que la Guardia Civil comenzara con los registros en la casa de Arenas, Ruiz mantuvo la misma versión sobre lo que supuestamente le había ocurrido a su pareja. Sin embargo, el 25 de septiembre la investigación dio un giro radical. El perro de un vecino de un cortijo, situado a casi seis kilómetros de la vivienda familiar, localizó un fémur de la joven rumana.
Ruiz fue detenido y puesto a disposición del Juzgado de Vélez-Málaga, que ordenó su ingreso en prisión, provisional, comunicada e inicialmente sin fianza, acusado de un presunto delito de homicidio. En sus declaraciones ante la jueza, siguió manteniendo su inocencia, a pesar de los numerosos indicios que apuntaban a una muerte violenta en la vivienda y al posterior ocultamiento del cadáver en el campo.
Cuando en el juzgado le preguntaron por las manchas de sangre que los investigadores habían detectado en la casa, respondió que eran «de haberse cortado ella con un cuchillo mientras cortaba jamón». De los restos en el baño apuntó que eran de cuando ella «se afeitaba las piernas». Sobre el palo de madera de 90 centímetros en el que se encontró un pelo «incrustado», apuntó que su pareja «soltaba mucho pelo» y que por eso lo tendría. Cuando le mostraron la imagen del hueso fracturado, se limitó a decir que no sabía nada de eso y que si era así que «lo sentía mucho».
Lo cierto es que el joven se ha mantenido firme en su inocencia durante todo este año. De hecho, el pasado jueves remitió una carta al programa 'Ya es mediodía' de Telecinco en la que volvió a insistir en ello, apuntando al hermano de Dana Leonte como supuesto responsable de la muerte violenta. «Que le pregunten, que tantas veces le amenazó y le robó en el bar. Le tenía miedo. Es más, en las pruebas de gramática salen tres sospechosos y uno es rumano. Así que eso dice mucho», escribe Ruiz en un mensaje remitido a la cadena de televisión.
La búsqueda de nuevos restos de la joven rumana continuó en los meses posteriores al hallazgo del fémur, aunque se ha interrumpido desde el pasado 14 de marzo por la pandemia del coronavirus. En las distintas batidas se han hallado más huesos que, tal y como publicó ayer SUR, se han confirmado, por las pruebas de ADN, que pertenecen también a la joven, que tenía 31 años. En concreto, son varias vértebras y piezas de las extremidades. Sin embargo, los investigadores continúan sin localizar el cráneo, que podría dar con las claves para resolver el caso y despejar las muchas incógnitas que aún se mantienen sobre las circunstancias de la muerte Dana.
El caso generó una gran expectación mediática, tanto cuando trascendió la presunta desaparición, en el mes de junio, como en septiembre, cuando se produjo la detención. Un año después, en Arenas son pocos los que quieren hablar abiertamente de lo sucedido, y ninguno el que acepta que aparezca su nombre en el periódico.
«Hay que dejar trabajar a la justicia y a la Guardia Civil», aseguran la mayoría de los arenuscos consultados. Los padres de Sergio continúan viviendo en el pueblo. Estanislao atraviesa un momento delicado de salud. Su hermana Eva remite a su abogado, el granadino Juanjo Moreno, cuando este periódico contactó con ella para entrevistarla por el primer aniversario.
Entre tanto, Sergio continúa en la prisión granadina de Albolote, donde está «tranquilo, bien de ánimo, pero fastidiado porque no consigue reunir el dinero (17.000 euros) para que pueda salir libre, ya que él sigue insistiendo en su inocencia», remarcó Moreno. «La familia lo está intentando por todos los medios, les han denegado un préstamo en el banco, y no consiguen avalar la fianza con la casa», agregó.
Por su parte, el hermano de la joven fallecida, Florín, dijo a SUR que están viviendo este primer aniversario de la muerte «con tristeza, pero con esperanza de que finalmente se hará justicia». «Repito lo mismo de siempre, Sergio mató a mi hermana, es un asesino, pero no actuó sólo», insistió. «La familia son todos unos mentirosos, decían que estaban muy cerca de reunir el dinero cuando la fianza era de 25.000 euros, y ahora que es de 17.000 tampoco lo tienen», señaló.
Según explicó el joven rumano, además de estar pendiente de las diligencias de investigación penal que se siguen en el Juzgado de Vélez-Málaga, continúa con su batalla para hacerse con la custodia de la hija que la pareja tenía en común, Lucía, que en noviembre cumplirá dos años. De momento, sólo puede verla una vez al mes, pues sigue bajo la custodia del hermano de Sergio, Estanislao. Sin embargo, Florín está «convencido» de que en este asunto la justicia «también se pondrá de nuestra parte».
Publicidad
Carlos Barea
Iván Gelibter
José Antonio Guerrero | Madrid y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.