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Europa Press
Domingo, 27 de abril 2025, 13:45
Un total de 16 pollos de quebrantahuesos ha nacido en la naturaleza en Andalucía desde 2015, cuando nació el primer pollo en libertad en lo ... que supuso «un hito en su conservación», pues desde que se extinguió en 1986 en la comunidad no había vuelto a criar libremente.
En concreto, se dio ese importante paso con el nacimiento de Esperanza, una hembra que, aunque aún no ha llegado a criar, ya tiene un territorio de cría y, de hecho, en 2022 inició la construcción del nido, según han informado a Europa Press desde la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente.
Los 16 pollos nacidos en libertad en Andalucía proceden de diferentes parejas formadas por ejemplares de esta ave necrófaga que habían sido liberados en el proyecto de reintroducción de la especie. De ellos, sobrevive la mitad. Se han censado once territorios reproductores ocupados, nueve en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén) y dos en el Parque Natural Sierra de Castril (Granada).
Ese proyecto de reintroducción se inició en 2006 con quebrantahuesos criados en cautividad y en el marco del Programa Europeo de Especies Amenazadas EEP (European Edangered Species Programme). Desde esa fecha, se han liberado en Andalucía 90 ejemplares nacidos en diferentes centros de cría adscritos a este programa europeo.
Uno de ellos es el Centro de Cría de Quebrantahuesos de Guadalentín, ubicado en Cazorla (Jaén) y «clave para la conservación de esta especie no sólo en Andalucía sino también en Europa, dado que es el centro que mayor cantidad de pollos produce». En 2024, batió el récord de pollos nacidos en un año«, con once ejemplares.
El Programa de Reintroducción del Quebrantahuesos que desarrolla la Consejería pretende conseguir una población autónoma y estable en la región mediante la liberación de jóvenes ejemplares por el sistema de la cría campestre o 'hacking'.
Con esta técnica, originalmente utilizada en cetrería, se persigue lograr que el ave asimile el área de la suelta como su lugar de nacimiento y, por tanto, regrese a ella para asentarse y reproducirse. De este modo, aunque durante los primeros años pueden llegar a realizar grandes desplazamientos, cuando alcanzan la edad reproductora --que es tardía, entre los siete y diez años--, regresan a sus orígenes y se fijan al territorio, «donde con un poco de suerte formaran pareja y tendrán descendencia».
El 'hacking' consiste en liberar a los jóvenes ejemplares en un nido habilitado en altura en una oquedad o pequeña cueva, simulando las características naturales de los nidos que los quebrantahuesos construyen en la naturaleza.
Se liberan con aproximadamente 90 días de edad, aún les quedan cerca de un mes para empezar a volar, pero ya son capaces de alimentarse por si solos. La comida se les deposita en las cuevas a través de unos tubos de modo que no tienen contacto con el ser humano.
En la naturaleza, un quebrantahuesos puede llegar a vivir 40 años (bastantes más en cautividad) y aunque a veces ponen dos huevos por nido sólo sobrevive uno de los dos pollitos.
A la espera de la campaña de suelta de este año, en 2024 se llevó a cabo la decimonovena y hasta ahora última. Con ella se planteó el inicio de una nueva fase y ampliar territorios de suelta para lograr recuperar todas las zonas históricas donde está especie estuvo presente. En concreto, el año pasado se liberaron siete pollos, cuatro en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas y tres en el Espacio Natural de Sierra Nevada.
Aparte de las sierras donde se ha venido desarrollando la reintroducción --los citados parques de Cazorla, Segura y las Villas y Castril--, la especie cada vez se distribuye espacial y temporalmente por más territorios. Así, ya frecuente observarla en Sierra Nevada, Sierra Mágina, Sierras Sur de Jaén, Sierra Arana y Sierra de Huétor Santillán y en las limítrofes Albacete y Murcia.
«Cuando comienzan los movimientos dispersivos de los ejemplares no territoriales en primavera, visitan y se establecen temporalmente y recorren las grandes cadenas montañosas de toda Iberia, llegando incluso a tierras lusas, francesas, habiéndose registrado incluso en una ocasión el cruce al continente africano por el Estrecho», ha explicado la Consejería.
La población silvestre de quebrantahuesos en Andalucía ha sido estimada en 65 ejemplares. Es «una cifra considerable, que cada año aumenta gracias a la introducción de ejemplares procedentes de los centros de cría y a los nacimientos de la población silvestre que cada año aumenta».
Junto a los esfuerzos realizados en la cría en cautividad, en la liberación de ejemplares y de su seguimiento, «gran parte del éxito del proyecto se debe a los esfuerzos que la Consejería viene realizando desde 2002, año en que se empezó a aplicar la Estrategia Andaluza para la Erradicación del Uso Ilegal de Cebos Envenenados».
Y es que la extinción en Andalucía de esta ave necrófaga que se alimenta fundamentalmente de huesos se produjo en los años 80 del siglo XX fundamentalmente como consecuencia del uso del veneno.
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