Visitantes en La Cañada de los Pájaros. :: raúl caro. efe

La cañada de los pájaros redivivos

Un matrimonio de biólogos convirtió una escombrera y gravera en un humedal con más de dos mil pájaros de 200 especies

MARÍA DOLORES TORTOSA

Domingo, 12 de febrero 2017, 01:40

sevilla. La Cañada de los Pájaros, la primera reserva natural concertada en España, cumple 30 años. Hay que tener una vocación tan decidida como la del matrimonio de biólogos formado por Plácido Rodríguez Parada y Maribel Adrián para convertir una gravera y escombrera en el paraíso de pájaros perdidos o en peligro de extinción que hoy es. Todo de forma privada y con sus propios recursos. El mérito es aún mayor porque este pequeño hábitat de 7,5 hectáreas dedicado a las aves se sitúa en Puebla del Río, uno de los pueblos a orillas del Guadalquivir que desemboca en el corazón de Doñana.

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Allí, en Sanlúcar de Barrameda, se crió Plácido Rodríguez, hijo de una saga de guardas de las marismas. La vocación le vino observando cómo las aves que acostumbraba ver anidar en las cuadras de las casas, como la cerceta pardilla, fueron desapareciendo hasta ser anotadas en el registro de especies en peligro de extinción. Otro tanto pasó con la focha cornuda y el porrón pardo, patos acuáticos también con alerta de desaparecer. La cría de estas aves para evitar su extinción es el origen de La Cañada de los Pájaros, un centro de conservación, divulgación ambiental, estudio y referente en las citadas especies y otras. Luego con los años también se ha convertido en uno de los lugares preferidos por las familias de la zona parra pasear, sobre todo con los niños. Es un lugar bellísimo de lagunas y vegetación mediterránea en el que vuelan y corretean más de dos mil aves además de otras de paso en cada estación del año.

Maribel Adrián es de Burgos y conoció a Plácido en Sevilla. Les unió además del amor, la misma inquietud. Ambos estuvieron en Canarias y de vuelta a tierras andaluzas decidieron hacer realidad un sueño, el de construir su propio paraje para cuidar de las aves. Buscaron y en abril de 1987 compraron y se instalaron en una finca de la Puebla del Río, a media hora de Sevilla, que había sido gravera, donde se extraían áridos. Luego derivó en escombrera. El matrimonio de biólogos se topó con otro inconveniente: la mayoría de árboles eran eucaliptos, fruto de la equivocada política de la dictadura de reforestación que tanto perjudicó a los humedales del espacio de Doñana.

Mientras acometían las primeras crías de fochas y cercetas, el matrimonio se dedicó a sanear la finca, limpiándola de escombros y eucaliptos, al tiempo que repoblaban con especies autóctonas de bosque mediterráneo y acondicionaban las lagunas de agua fruto de la cantera de áridos y la extraordinaria permeabilidad de la zona, cercana a las marismas del Guadalquivir. El lugar está situado en el tramo final de la Cañada de la Barca, de ahí que decidieran ponerle el nombre de Cañada de los Pájaros.

«Estuvimos cuatro años quitando basura y escombros», recuerda Isabel Adrián. El trabajo fue intenso y contemplaba además dotar de vegetación distinta cada humedal o marisma según la especie a la que iba a ir destinada, como plantar anea para la focha cornuda.

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Cresta roja

A este pato de color negro con pico y cabeza blancos y cresta roja, también se le conoce como focha moruna, nombre que tiene una explicación. La pareja de biólogos aprovechó un convenio entre España y Marruecos para traer de este país norteafricano varios ejemplares de la especie para fortalecer la muy debilitada existente en España. Gracias a ello se consolidó la población. La Cañada de los Pájaros es la primera reserva del mundo en acometer un programa de recuperación de la focha cornuda o moruna.

La Cañada abrió al público en 1992, pero un año antes fue declarada Reserva Natural Concertada de la Junta de Andalucía (entonces a través de la Agencia del Medio Ambiente, luego la Consejería del mismo nombre). Fue la primera en España. También está inscrita en el Inventario de Zonas Húmedas de Andalucía y en el Plan Andaluz de Humedales.

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Andalucía cuenta con 230 zonas húmedas en su comunidad y este año ha batido récord en su censo de aves, casi un millón de ejemplares, recordó el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, el pasado día 2, con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales. El espacio natural de Doñana acoge el 70% del censo, con cerca de 645.000 aves. Las más abundantes son la cuchara común, la gaviota sombría, el ánade rabudo, el ánsar común, el flamenco común y el correlimos.

Todas estas especies pasan también por La Cañada de los Pájaros, que desde 1992 celebra el día internacional de los humedales con la suelta de aves en programas de recuperación en cautividad, este año con la presencia del consejero de Medio Ambiente. Desde el año de la Expo, han sido liberadas 1.200 fochas cornudas, 800 cercetas pardillas y un centenar de porrones pardos.

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Peligros

El matrimonio propietario de La Cañada advierte de que pese a los programas de recuperación en Andalucía y Levante y el aumento de población, estas aves siguen estando en peligro de desaparecer. Las sueltan al campo para que vuelvan a poblar sus humedales de nidos, pero estos están llenos de peligros, como pesticidas, basura, alambradas de urbanizaciones y transformaciones de cultivos agrícolas.

Maribel Adrián y Plácido Rodríguez, quienes colaboraron con el Ayuntamiento de Málaga para la salvación de aves afectadas por el aeropuerto de Málaga, otorgan a la suelta de especies protegidas un gesto simbólico, una llamada de atención para que los gobernantes y ciudadanos protejan los humedales. Desde los noventa, cuando ellos empezaron la suelta, se han perdido un 64%. «Son ecosistemas muy frágiles, quienes los cuidamos necesitamos más apoyo para protegerlos de agresiones externas», afirma Maribel Adrián a este periódico.

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El día de la suelta de las aves, su marido, Plácido Rodríguez, lamentaba que por muchos animales que soltaran, si no se mejoraban las condiciones de los humedales, no iba a servir de nada. Pidió más dinero para las aves y no que este se fuera para estudios y papeles que luego no se llegaban a materializar.

Ellos, al menos, mantienen en pie su pequeña guardería en la marisma sevillana. Han convertido la Cañada en un «sitio vital» para la focha cornuda y para otras aves cuando las condiciones de Doñana se vuelven adversas y sus pobladores alados buscan otros lugares alternativos. Reciben subvenciones por los programas de cría, pero mantener este pequeño paraíso les obliga a otras fuentes de financiación y ayuda. Recurren a los convenios con ayuntamientos y universidades para que los estudiantes hagan allí sus prácticas, colaboran en distintos programas sobre aves y también abren al público para la visita del lugar.

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El paraje acoge 200 especies de aves, 180 autóctonas y el resto exóticas, entre ellas el ibis escarlata y el ibis rojo brillante, dos especies acuáticas que son las delicias de los amigos de la fotografía por su extraordinario colorido.

«Trabajamos mucho, pero más que un negocio es una forma de vida», asevera Maribel Adrián.

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