Borrar
En el Centro Residencial Élite la ilusión ha estado intacta. SUR

La felicidad en una burbuja

Las fiestas en los centros de mayores de la provincia dejan una imagen de ilusión y responsabilidad para compensar a los que han pasado las Navidades sin ver a sus familias

Lunes, 11 de enero 2021, 01:18

Todos coinciden en que esta Navidad ha sido muy diferente, adaptada, llena de cambios y modificaciones para que sus vidas, en la medida de lo posible, fueran las mismas. Muchos mayores de Málaga no han podido, y otros muchos no han querido, salir a ver a sus familiares durante los días que estipulaba la Junta de Andalucía para las residencias de ancianos: cinco jornadas fuera, PCR negativa al volver, cuarentenas... Unas medidas muy estrictas por las que muchos no estaban dispuestos a pasar, además de poner en riesgo a su familia, compañeros del centro y a ellos mismos.

Sin embargo, estas diferencias con respecto a otras navidades no han sido negativas para la mayoría. Han sacado lo mejor de su hogar habitual: pequeñas fiestas, almuerzos y cenas especiales, conciertos entre los trabajadores y residentes, visitas de sus allegados guardando las medidas más estrictas, regalos personalizados en Reyes... De todo un poco para vivir unos días que no han sido fáciles.

María García, enfermera del Centro Residencial Élite desde hace cuatro años, resume estas fiestas atípicas con un «Aquí hay muchísima vida». Aunque al comienzo, cuando informaban a los mayores y a las familias de las dificultades para salir y entrar al centro se notaba un poco la tristeza en ellos, pronto le pusieron solución con mucha ilusión, ganas y siendo su familia en los momentos más duros. Ya se ve en sus imágenes, las mayores de Élite se disfrazaron con las trabajadoras y se vistieron para la ocasión: «Nosotros decoramos la residencia, compramos confeti, gorros de Navidad, el roscón de Reyes para el desayuno, nos tomamos las uvas el 31 de diciembre...», cuenta la enfermera con ilusión y recordando unas navidades que les trajo también la vacuna. Por parte de AMFREMAR del Palo, recibieron bufandas y paraguas para los mayores, un regalito que se les dio el día de Reyes para que la ilusión siguiera intacta.

En la residencia Sanysol, en Torre del Mar, su directora Carmen Gálvez, cuenta con esperanza que aún no han tenido ningún caso de COVID en su centro, y con las medidas tan estrictas que siguen, esperan no tenerlo, que la inmunidad llegue pronto y con ella una vida más normalizada. En Sanysol, donde hay 160 personas entre trabajadores y residentes, se han celebrado las fiestas con especial importancia, pero con mucha responsabilidad por parte de todos. Gálvez explica que, voluntariamente, no ha salido ninguno de los mayores del centro, lo que es muy loable cuando la añoranza se multiplica en fechas tan señaladas.

Allí, en Torre del Mar, los Reyes también llegaron, aunque las peticiones de los ancianos fueron, en su mayoría intangibles: «Ellos nos dicen que su mayor regalo es salud y que vaya un familiar a visitarlos, pero también hemos recogido regalos de sus allegados, los hemos desinfectado y se los pusimos debajo de nuestro árbol. Desde el centro también les regalamos cositas que para ellos son necesarias, como almanaques, calcetines gruesos para el invierno, marcos de fotos, peines...», apunta la directora. En su residencia, además, los trabajadores se unieron para crear un pequeño coro el 29 de diciembre. El concierto fue para los mayores un motivo de ilusión y alegría, que se intentó no perder a pesar de las circunstancias: «Ellos se preocupan más por sus familias que por ellos mismos. Saben que están fuera expuestos... Aquí están tranquilos, como en una burbuja», cuenta Gálvez.

En la Residencia Madre Carmen, en el barrio de la Paz, la situación no fue muy distinta, con el plus de que la gran parte de los trabajadores y Hermanas residen en el centro. Sor Ana, directora de esta pequeña residencia, explica que las normas de la Junta eran tan exigentes que nadie salió del centro. Eso sí, apunta con optimismo que sus fiestas fueron mejores, incluso, que si se hubieran ido: «Los cambios de horarios y de ambientes a las personas mayores les afectan mucho. Quieren tener navidades, pero estar tranquilos. En ese aspecto no ha habido mucha pena, porque sus familiares han venido, aunque con muchas medidas de seguridad, todas las que hay que seguir», cuenta Sor Ana.

En las dos residencias de su complejo, una para mayores y otra para Hermanas de otros centros, llegaron los Reyes Magos a llevarles regalos. Para todos han sido productos de higiene y aseo, que desde la dirección cuentan que son los regalos más prácticos y que, con las dificultades por el virus, también los más accesibles.

Imágenes de ilusión

Carmen García, de la residencia 3º Edad La Divina Misericordia, cercana a Carlos de Haya, explica con contundencia que la imagen tan dañina que se ha visto en televisión y prensa sobre algunos centros de mayores no ha sido la habitual ni la general. En el suyo, por ejemplo, también se han celebrado las fiestas con normalidad, aunque la añoranza a la familia ha estado muy latente. Los allegados de los residentes han podido visitarlos desde lejos, guardando mucha distancia para no perjudicar al mayor, pero García explica que son ellos, los familiares, los que más sufren durante estos momentos tan difíciles de pandemia.

Loles López, coordinadora de las residencias Orpea en la provincia, nos traslada la imagen más feliz de sus navidades: la llegada de la vacunación el 31 de diciembre con la esperanza y el ánimo para esta tercera ola que confían pasar con éxito. Tuvieron cenas y almuerzos excepcionales de la mano del chef Diego Guerrero, una pequeña cabalgata en sus centros, regalos desde la dirección y sus familiares... De todo un poco.

La auxiliar de enfermería Lorena Fernández, trabajadora desde hace 14 años en el centro Benalsol en Benalmádena, cuenta que en su residencia, donde hay mayores que sufren demencia senil o alzheimer, también se celebraron las fiestas con normalidad, haciéndoles ver que, en esos momentos, eran su familia y que se encargarían de hacerles pasar unos días felices. «Veo que muchos, desde la pandemia, se han ido deteriorando por no poder estar con sus familiares como antes. Esto nos ha afectado a todos», cuenta Fernández con la esperanza puesta en un futuro en el que los abrazos sean de nuevo rutina, las visitas sin mascarilla y el mejor de los regalos unas navidades en casa.

En muchos de los centros, celebraron con comidas y cenas especiales estas fiestas. Actuaciones especiales. En Sanysol los trabajadores organizaron un coro el 28 de diciembre. Visita de los Reyes Magos a una de las residencias de Orpea. SUR
Imagen principal - En muchos de los centros, celebraron con comidas y cenas especiales estas fiestas. Actuaciones especiales. En Sanysol los trabajadores organizaron un coro el 28 de diciembre. Visita de los Reyes Magos a una de las residencias de Orpea.
Imagen secundaria 1 - En muchos de los centros, celebraron con comidas y cenas especiales estas fiestas. Actuaciones especiales. En Sanysol los trabajadores organizaron un coro el 28 de diciembre. Visita de los Reyes Magos a una de las residencias de Orpea.
Imagen secundaria 2 - En muchos de los centros, celebraron con comidas y cenas especiales estas fiestas. Actuaciones especiales. En Sanysol los trabajadores organizaron un coro el 28 de diciembre. Visita de los Reyes Magos a una de las residencias de Orpea.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur La felicidad en una burbuja

La felicidad en una burbuja