Cabezalí, en concierto. I.V
Música

Manuel Cabezalí, talento y sensibilidad al desnudo

El cantante de Havalina estrenó ‘Pequeño y plateado’, su primer álbum, en un acogedor local situado en la Plaza de la Merced

ISABEL VARGAS

Viernes, 7 de marzo 2014, 17:59

Dan casi las nueve de la noche, el concierto está a punto de comenzar. Tras una bienvenida acogedora por parte del colectivo cultural El Buen Pomelo, encargado de organizar la íntima velada, Nieves Lázaro (J.F.Sebastian) se adueña del micrófono. La artista de los mil instrumentos se subía por primera vez a un escenario para telonear a Manuel Cabezalí. Lázaro, que ya ha colaborado con artistas de renombre en el panorama pop/rock independiente como Julio de la Rosa, ejecutaba algunos de los temas que componen Fierze, el estreno de su carrera como artista en solitario. El trabajo, producido por Cabezalí, tiene un sonido peculiar: pop sin aditivos que sitúa el charango, instrumento de cuerda pulsada traído de Bolivia, en el punto de mira. Arranca con Curiosity, quinto corte del trabajo producido por Cabezalí. Bienvenidos a los 80, exclama Lázaro y a continuación pone un casete para hacer de base instrumental. Cambia el perfecto inglés, que en ocasiones recuerda a Lourdes (Russian Red), por el castellano para escupir la demoledora Tu mitad del aire. Se despide con una correcta versión de los Velvet Underground, If you close the door.

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Llegaba el turno, al fin, de Manuel Cabezalí. Yo aquí he venido a tocar y no a hablar de mi nuevo disco, contaba entre risas el madrileño. Arrancaba con Amor felino II, primer single de este trabajo tan particular del alma máter de Havalina. Tras la calurosa acogida de un público que iba desde los 20 a los 40 años, le siguieron la desgarradora Pequeño y Plateado, pieza que da nombre al proyecto en solitario. Un trabajo sin las pesadas y crudas guitarras que tan acostumbrados están los seguidores de su banda de stoner a escuchar. Pero no hay necesidad de tantas capas de música, basta con la característica voz de Manuel, una guitarra y las desgarradoras letras, en la que tantas veces uno se ha visto reflejado.

Prosigue con el set-list, centrado en su nuevo trabajo, con una seguridad en sí mismo pasmosa. El humor y la cercanía reinan en el local, decorado para la ocasión con un parchís y algunos cuadros. Siempre llevo cuatro o cinco guitarras porque afino muy raro, pero en esta ocasión ir en coche no nos lo ha permitido, cuenta con naturalidad el líder de Havalina. Termina de afinar y llega Humo Fuera, que contienen unas cuantas perlas entre sus estofas (Qué difícil es a veces asumir la felicidad). El disparo certero llega con El encontronazo, entre rasgueos Cabezalí desgranaba el interrogatorio constante producto de vivir desencontrados.

Buen humor

Un concierto caracterizado por el buen humor del artista y la narración de vivencias propias de éste. Voy a acudir a la tecnología para hacer una versión que muchos conoceréis, adelantaba el músico. El público se excitaba: 'Desierto' estaba sonando. La dolorosa letra acompañada por el pedal de delay, en el que se apoyaba parte de la carga instrumental, erizaba el bello a más de uno. Más Havalina con la visceral Tu Ciudad. El punto álgido de la noche había llegado gracias a estos dos temas procedentes de Las Hojas Secas y al emotivo homenaje a Germán Coppini (Golpes Bajos) con No mires a los ojos de la gente. Cabezalí anunciaba el final del directo con Planes, tema en el que Cabezalí puntea a la perfección y sigue jugando con los efectos sonoros: utiliza la caja de resonancia para aumentar la carga ambient que contiene la canción.

El bis se sucede con el dueto de Nieves y Cabezalí, mandolina en mano, para interpretar Fierce, la pieza que titula el trabajo de esta talentosa chica. Tras la emotiva interpretación, Manuel deja que los presentes escojan una canción de Havalina para que la toque. La Pared es la escogida y automáticamente la gente empieza a tararearla. Cuando el espectáculo parecía llegar a su fin le proponen al artista hacer una versión de los Smashing Pumpkins. Él ofrece tres canciones, pero finalmente gana por goleada la aclamada Disarm, perteneciente al redondo Siamese Dream. La actuación, algo lineal en algunos momentos de la noche, ha terminado. Cabezalí se acerca al folk intimista de Elliot Smith o José González y recuerda a Jeff Buckley por esa sensibilidad con la que cuece sus creaciones.

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Según el madrileño, de origen andaluz, se sentía más vulnerable con una guitarra española porque tocar con una de ella es estar en pelotas. Pues parece que a Manuel le sienta fenomenal prescindir de batería, bajo y guitarras eléctricas.

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