Extranjería retira el permiso de residencia a dos alumnos marroquíes de la UMA

Tienen 26 y 28 años, son estudiantes de la Universidad de Málaga desde hace cuatro y seis años respectivamente, estudian Ingeniería Informática y un doctorado en Derecho y son marroquíes. También tienen otra cosa en común: desde hace varios meses se encuentran en situación irregular al haber perdido el permiso de residencia por estudios. La vida en el campus para estos dos alumnos de la UMA -prefieren permanecer en el anonimato debido a su condición de 'sin papeles'- dista mucho de ser la normal de un universitario. Aseguran que acuden a sus facultades o a la biblioteca con miedo. En cualquier momento, podrían detenerlos y deportarlos a su país. Todo, después de haber invertido tiempo y dinero en realizar unos estudios en Málaga para poder labrarse un futuro mejor.

La situación de cada uno es diferente. Extranjería revocó el permiso de residencia por estudios a uno de los jóvenes por un retraso en el proceso de matriculación. Según explica el afectado, se retrasó solo unos días porque estaba esperando un documento que demostrase que era familia numerosa. Pagó su matrícula con normalidad, pero al ir a renovar el permiso a Extranjería se encontró con que no estaba registrado como alumno de la UMA. "Nadie me explica qué ha pasado con mi expediente, pero en Extranjería me han denegado la renovación del permiso de residencia", indica.

En el segundo caso, el problema es doble porque el alumno afectado no cumplía dos de los requisitos exigidos para la renovación. Por un lado, no aprobó las asignaturas suficientes para poder permanecer en la UMA con el permiso de estudios. Por otro, no tenía ingresos superiores a 532 euros al mes, algo que se exige desde la reforma de la Ley de Extranjería del año 2011 y que hasta el momento no era necesario. El joven explica su situación: "No aprobé ninguna asignatura porque estuve haciendo otros cursos de especialización de un Grado Superior en Telecomunicaciones e Informática y porque estaba buscando un empleo, pero no porque no estuviese haciendo nada", asegura. En cuanto a los ingresos, señala que este requisito ha pillado por sorpresa a muchos estudiantes extranjeros de la UMA porque hasta ahora bastaba con demostrar que había movimiento en las cuentas. "Si lo hubiese sabido, habría buscado la forma de conseguir el dinero", dice.

Recurso judicial

Ahora, ambos han presentado un recurso contencioso-administrativo para tratar de prorrogar el permiso de residencia por estudios. Los juicios se celebrarán en la próxima primavera. "Si no, todos estos años de exámenes y esfuerzos se tirarán a la basura y tendremos que volvernos a nuestro país sin el título", indican. Muchos alumnos marroquíes ya han pasado por eso, según indican desde la Asociación Marroquí para la Integración. Su vicepresidente, explica Ahmed Kalifa, señala que en los últimos años al menos 40 estudiantes matriculados en la UMA y procedentes del Reino de Marruecos han tenido que abandonar sus estudios debido al endurecimiento de los requisitos para los permisos de estudios. "La única alternativa que les queda es pedir el permiso de trabajo si llevan más de tres años por arraigo, pero no es más que alargar un año más la situación, porque al año si no han trabajado al menos seis meses les volverán a retirar el permiso", dice.

Desde Málaga Acoge, indican que no tienen datos de los estudiantes afectados, pero que el problema es similar en muchos casos al de la pérdida del permiso de residencia por falta de empleo. Al no tener trabajo, los inmigrantes pierden la documentación; y la documentación sólo se puede tener con trabajo; pero sin trabajo, no. "Es una pescadilla que se muerde la cola", indicaron desde la ONG. "Con la situación económica hay mucha gente que ha tenido documentación durante muchos años, que lleva media vida viviendo en Málaga y que, por quedarse sin empleo, también se queda sin poder renovar su documentación", aseguraron.

Fuentes de la UMA indicaron a este periódico que se encuentran atados de pies y manos ante estos casos porque se trata de una decisión de Extranjería en la que ellos no pueden entrar, a pesar de que muchos de los alumnos afectados tengan buenas notas y el respaldo de sus profesores y compañeros. SUR intentó también contactar sin éxito con Extranjería para conocer su versión de los hechos