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AMANDA SALAZAR
Martes, 10 de septiembre 2013, 21:04
Las familias de Los Prados acudieron esta mañana al colegio de la barriada, que se encuentra inmerso en una polémica por el retraso de unas obras, pero solo para entregar las justificaciones de falta de asistencia. Según el AMPA, únicamente cinco de los 227 niños matriculados han asistido hoy a clase, el resto ha optado por quedarse en casa ante el miedo de que las grietas y las obras de micropilotaje de la estructura del edificio supongan un peligro para ellos.
Una vez más, los padres han protestado a las puertas del centro, donde el equipo directivo se ha dedicado a recoger los citados justificantes. Junto a pancartas reivindicativas, los padres han lanzado consignas relativas a que se sienten engañados y a que sus hijos se incorporarán a las clases cuando se garantice su seguridad.
La presidenta del AMPA, María José Sánchez, se ha quejado de que la Delegación de Educación les ha engañado "un día sí y otro también" sobre cuándo empezarían las obras. En la última reunión con la delegada Patricia Alba, la responsable de Educación les aseguró que el viernes iniciarían los trabajos, pero los padres denuncian que no ha sido así y que desconocen cuando empezarán.
Sánchez pide ahora que si las obras mayores iban a durar dos semanas que "se trabaje día y oche para que finalicen en una semana" para que los niños pierdan el menor número de días posibles de colegio.
La semana pasada, los padres del colegio de Los Prados -que abarca desde Infantil hasta 2º de ESO- decidieron que no iban a llevar a sus hijos al colegio en el comienzo de las clases, después de confirmarse que iban a contar con aulas prefabricadas durante el tiempo que duren las obras en un terreno colindante, destinado a la futura construcción de un instituto de Secundaria, tal y como pedían las familias.
Así lo confirmó a SUR la vicepresidenta del AMPA, Eva Rubio, quien señaló que las obras están presupuestadas desde enero dentro del Plan OLA de la Junta de Andalucía, con una cuantía de 300.000 euros para unas obras de micropilotaje de la estructura del edificio, que viene sufriendo grietas desde hace años debido a la inestabilidad del terreno.
«Los trabajos deberían haber finalizado antes de septiembre, y ahora nos enteramos de que hasta julio no se ha hecho ningún trámite para iniciar las obras y que la empresa adjudicataria acaba de designarse hace unas semanas; nos parece de una dejadez intolerable, nos negamos a que nuestros hijos vayan al colegio en estas condiciones», señala Rubio.
Las familias no están dispuestas a que sus hijos acudan a clase «en un escenario de guerra», con camiones, maquinaria de obra y zanjas con un «vallado insuficiente» como única protección. «Han reducido el patio a la mínima expresión y nos obligan a renunciar a las extraescolares y cerrar el servicio de comedor a las tres, por no hablar de la inestabilidad del propio edificio», indican.
Desde la Delegación de Educación aseguran las obras comenzarán «con carácter inmediato». «Puesto que las actuaciones más incómodas van a durar poco tiempo y se van a realizar en horario de tarde para minimizar las molestias, no va a ser necesario interrumpir la normal actividad lectiva del centro y no se ha considerado necesaria la instalación de módulos prefabricados», indican.
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