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Imagen cedida por Olivia Valère en la cual acompaña del brazo a Arno durante el enlace. :: fotosmagi
Olivia Valère casa a su primogénito
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Olivia Valère casa a su primogénito

El cementerio de Marbella está embargado, un regalo envenenado de la época de Gil

Rosa Villacastín

Viernes, 26 de julio 2013, 13:19

En Marbella las fiestas más interesantes se celebran en la intimidad, sin la presencia de paparazzi o periodista alguno, lo que demuestra que quien no quiere no sale en la foto. Una norma que no siempre se cumple a rajatabla pero sí en algunas ocasiones. Así por ejemplo esta semana se ha celebrado una boda que hubiera fascinado al más exigente de los lectores de la prensa del cuore, la de Ruth y Arno, el primogénito de Olivia Valère. Una mujer que es toda una institución en Marbella donde se instaló hace años arrebatándole el trono de la noche a la mítica Regine, que ante el empuje de Olivia emigró a París.

A la ceremonia religiosa oficiada por el rito judío, y a la cena posterior, asistieron 150 invitados llegados de diferentes partes del mundo, todos vestidos de blanco tal y como era el deseo de los contrayentes, con lo que rompían así una tradición muy arraigada de que solo las novias pueden lucir ese color, que también fue el escogido por Karen Valére para la decoración de la casa y el jardín de sus padres. Un detalle de buen gusto, que dejó con la boca abierta a muchos de los asistentes por su espectacularidad, y por el acierto de mezclar los centros de petunias y hortensias blancas, con otras doradas. Una decoración que uno de los invitados calificó de mística, pues es como se celebraban las bodas hace 2.000 años.

En el altar esperaban a la pareja sus tres hijos Jeremy de 10 años, Adrián de 8 y Gabriel de 1, así como los padres de los novios, que no podían estar más felices y orgullosos. A la cena exquisita y regada con champagne francés, le siguió el baile primaron las canciones francesas de toda la vida y ritmos africanos y latinos. Una fiesta que duró hasta altas horas de la madrugada, con gran enfado de algunos vecinos de Guadalmina Baja que aunque habían sido advertidos de que en El chaparral habría fiesta para rato, no lograron conciliar el sueño. Pero un día es un día y no todos se casa el hijo de la reina de la noche marbellí.

El cementerío embargado

Para quienes defienden la obra de Jesús Gil y su gente, al frente del Consistorio de Marbella solo decirles que además de dejar el Ayuntamiento como un solar en época de grave sequía, dejaron deudas por valor de 500 millones de euros, y embargado el cementerio, que tiene guasa si no fuera porque recuperar su propiedad les va a costar a los marbellíes la friolera de 400.000 euros, según me comentó Ángeles Muñoz, la alcaldesa, que estos días irá a Madrid para pagar una deuda que le duele más que ninguna otra. Y mientras tanto Julián Muñoz y compañía, viviendo como nuevos ricos.

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