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MÁLAGA

«No podemos abrir la adopción con Haití sólo por caridad»

Belinchón recuerda que España cerró esta puerta con el país caribeño tras detectar que no existían garantías en el proceso Carmen Belinchón Directora general de Infancia y Familia de la Junta

GEMA MARTÍNEZ

Sábado, 30 de enero 2010, 02:41

Acaba de visitar Málaga para reunirse con las entidades que gestionan el acogimiento, una figura que considera prioritaria. La directora de Infancia y Familia habla de adopción internacional y también de la necesidad de encontrar la fórmula que garantice la estabilidad de los equipos que trabajan en el Servicio de Protección al Menor.

Hace años que España cerró la tramitación de adopciones en Haití, ¿por qué motivo?

No se daban todas las garantías en el procedimiento de identificación de familias. No había garantías de adoptabilidad. Los casos de las familias de Cataluña corresponden a expedientes que ya se habían abierto cuando se tomó la medida y que siguieron su curso.

Hay países, como Etiopía, que también están cuestionados y en los que se sigue adoptando.

Con Etiopía estamos siendo muy vigilantes. Nos estamos planteando que podemos tener ciertos problemas por la no adoptabilidad de menores. No podemos arriesgarnos a separar a un niño de su familia, porque a lo mejor su familia lo ha entregado para que lo críen y para que le den una formación porque ellos no pueden, pero no para que los den en adopción. Tenemos que ser muy vigilantes.

El terremoto de Haití ¿cambia en algo la postura del gobierno en cuanto a las adopciones allí?

Nuestra Ley de Adopción Internacional dice que en caso de catástrofe no se puede proceder a la adopción. Ahora tenemos que garantizar ayuda para que los menores estén atendidos. A partir de ahí, trabajar con las distintas organizaciones en la identificación, localización de los familiares y las garantías de que pueda haber reagrupaciones familiares. En eso estamos trabajando. No podemos abrir la adopción con Haití en base a la caridad.

La adopción internacional se ha convertido en una vía lenta, costosa y difícil...

Ha cambiado el panorama. En España siempre hemos tenido dos países de referencia para la adopción internacional: China y Rusia, con realidades muy distintas. China ha cambiado y con los años se le exige que, como potencia, invierta en infancia. Empieza a detectar que las familias chinas quieren adoptar. Luego, desde su soberanía, pone requisitos. Los trámites se ralentizan.

¿Qué ocurre en Rusia?

Pues que la adopción por libre empieza a no ofrecernos garantía. Concretamente, en Andalucía detectamos la falsificación de documentos; entre ellos mi firma. Por ello decidimos cerrar Rusia por vía libre. Mantenemos los expedientes que se estaban tramitando, pero hasta aquí hemos llegado. Yo, como directora, he intentado que toda la información que le damos a la familia sea muy contundente. Queremos que no sólo nos oigan, sino que nos escuchen.

¿A qué se refiere?

Una pareja opta a la adopción internacional porque quieren satisfacer su deseo de ser padres por una vía muy complicada. Los niveles y los estados de ansiedad son bastante altos y a veces no se oye o no se quiere escuchar. Insistimos mucho: adopción internacional no es solidaridad, ni es caridad. No se puede incorporar un hijo adoptado a la familia por caridad. Si es así, la familia se equivoca. Estos niños crecen. Ya tenemos niños adoptados que han cumplido los quince años y que vuelven al sistema de protección.

¿Muchos?

Los suficientes como para que tengamos que preocuparnos: un 0,5% vuelve al sistema. Con los hijos adoptados también se dan casos de padres que vienen a la fiscalía y dicen: «no puedo con él».

En un foro reciente, varios profesionales del Servicio de Protección al Menor de Málaga hablaban de movilidad brutal del personal; falta de profesionales estables y formados, y caos en el servicio.

Yo pediría mucha seriedad, rigurosidad y respeto cuando se hacen manifestaciones de este tipo.

Lo cierto es que es un servicio que arrastra falta de recursos humanos y un gran volumen de trabajo.

El servicio está saturado por la movilidad y por la demanda. Probablemente tengamos que dar una atención desde otro modelo, que no tiene que ser del todo público.

¿A qué se refiere?

Podrían configurarse equipos que, aún formando parte del sistema, sean ajenos al movimiento propio de la función publica. Yo soy jefe de servicio, concurso y no pasa nada, pero el equipo tiene que garantizar cierta estabilidad. Podría tratarse, por ejemplo de equipos laborales. Buscamos un modelo que rentabilice la formación y que de garantía de estabilidad. La promoción personal es un derecho del funcionario, pero no está respondiendo a la demanda del menor, que reclama que el equipo que lleva su caso sea siempre el mismo.

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