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Los hijos del 'corazón'
SOCIEDAD

Los hijos del 'corazón'

La intervención del Defensor del Menor para impedir que la hija de Belén Esteban siga siendo tema de conversación en las tertulias abre el debate sobre la exhibición de los niños

ISABEL URRUTIA

Domingo, 20 de septiembre 2009, 13:07

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Hasta el Defensor del Menor ha caído en la vorágine de los programas de cotilleo. «Más valdría que se preocupara de los padres que no hacen caso a sus hijos», le soltó Belén Esteban delante de las cámaras. O sea, que la deje tranquila y ponga los ojos en... ¿Jesulín? Quién sabe. Ella nunca da puntada sin hilo. Y se queda tan ancha. Incluso ahora, cuando aquí y allá, en una cadena de televisión y en la otra, en la peluquería de la esquina o junto a los leones del Congreso de los Diputados, alguien se desgañita hablando de la polémica. ¿De verdad piensan quitarle la custodia de Andreíta por hablar demasiado de la pequeña en los platós? ¿Cómo se le ha ocurrido algo así a Arturo Canalda, un jurista reputado respaldado por el PP? ¿No será todo un montaje? Y el runrún colea. Qué será, será...

El debate está servido. ¿Hasta qué punto deben sufrir los hijos de famosos el acoso de la prensa 'rosa'? ¿Hay que poner coto al exhibicionismo de los padres que posan con toda la prole? ¿Cómo es posible que se vendan exclusivas de nacimientos por 200.000 euros? ¿No tienen derecho a que se les deje en paz? Ya tendrán tiempo para que les mareen cuando sean mayores; o no, que también los hay tan anónimos como el hijo del vecino. Igual que en botica, tenemos de todo. A la cría de Carmelo Gómez no la conoce casi nadie. En cambio, ¿qué pasa con la peque de Fran Rivera? Pues Cayetanita sólo posa cuando su padre o tío se visten de luces y la sacan al ruedo, en las tardes triunfales de Ronda. Caprichos de famosos; ser la nieta de la duquesa de Alba tiene sus servidumbres. Y lo mismo pasa cuando formas parte de la familia de Jesulín y María José Campanario: Julia y Jesús Alejandro son de los poquísimos niños, hijos de personajes populares, que no salen habitualmente con los ojos 'pixelados' (o velados) en las fotos. A los padres les encanta que salgan. Y todos contentos.

«Es que cada uno pone sus límites. Sólo se respeta la intimidad de los que no la venden. Así de simple», deja claro María Patiño, el azote de las tertulias del 'corazón'. Ella conoce muy bien el paño; lleva 15 años metida de lleno en la pomada y ha vivido el vértigo de los últimos tiempos. «Mira, todo va de mal en peor. Nosotros no somos más que un reflejo de esta sociedad. ¡Ya no hay valores ni nada! Lo mismo se vende una exclusiva de malos tratos que la vida privada de tu hija... A todo se pone un precio. Vivimos en un mundo de mierda, totalmente mercantilizado, y eso tiene eco en la televisión».

¿Y ustedes no pueden contribuir a cambiar un poquito las cosas?

Yo no estudié Periodismo para inculcar valores a nadie. Si hubiera querido hacerlo, habría estudiado Magisterio. ¿Por qué se nos va a exigir una ética distinta de la que tiene la sociedad?

Por contra, Javier Urra -ex presidente de la Red Europea de Defensores del Menor- mide con cuentagotas sus palabras. «Me remito a lo que ya he dicho: lo fundamental es el interés de la niña. Punto. No pienso hacer el juego a los tertulianos». Sabe muy bien que los programas de cotilleo son como un agujero negro: si te arrastran, a saber dónde acabas. No todos sacan la tajada de Belén Esteban; se ha llegado a decir que cobra 24.000 euros al mes como colaboradora de Telecinco. Y aunque lo haya desmentido por activa y pasiva, seguro que gana más de 5.000, el sueldo de Leire Pajín, secretaria federal de Organización del PSOE. Por poner un ejemplo.

Le ofrecen posar desnuda

La ex del diestro vive del cuento desde hace unos diez años y parece que tiene cuerda para rato. La revista 'Interviú' le acaba de ofrecer una suculenta suma -no revelada- por salir desnuda en la portada y dice que se ha negado «porque la niña ya es más mayor y entiende mejor las cosas y un desnudo, pues no». O sea, más de lo mismo. Andreíta para arriba y Andreíta para abajo.

No podía haber empezado mejor la nueva temporada para Telecinco. El 11 de septiembre, la audiencia se disparó gracias a 'Sálvame Deluxe', con un 23,3 % de 'share'. Es decir, 2.685.000 personas no cambiaron de canal; aunque, eso sí, muchos lo hicieron. O estarían tomándose una cerveza con los amigos. O lo que ustedes se quieran imaginar. Unos 34 millones, entre los 15 y 75 años, no vieron a Belén Esteban cuando cogía de la manita al presentador Jorge Javier Vázquez y se tragaba las lágrimas. Pero no importa. Esa cuota de pantalla del 23,3% fue un éxito para los cánones de la tele.

Todo un puntazo para un magacine con apenas cinco semanas de recorrido y un rival experimentado en Antena 3 ('DEC'), que le disputa la misma franja horaria. Y es que ahí estaba la 'madre-coraje', con la coleta bien prieta, vestido ajustado y ansias de arrasar en el plató. Jaleada por el público, se dedicó a lo suyo: hincharse a hablar. Sin descuidar, cómo no, ese histrionismo de alto voltaje que calienta los platós. La llamada 'princesa del barrio' se lució con su repertorio habitual de resoplidos, ojos desorbitados y dedo acusador. Que toda España lo sepa: «Yo, por mi hija, mato».

Mientras tanto, en la sede del Defensor del Menor mantienen la compostura. «No queremos añadir nada más. Esto es un circo mediático y no queremos entrar al trapo. Cada año tramitamos 1.500 expedientes. Este es uno más -que hemos abierto a instancias de siete denuncias- y todo esto se ha salido de madre. Nadie le piensa quitar la custodia de su hija a Belén Esteban», puntualizan con tono dolido. A lo más, repiten lo que todos sabemos: ellos se limitaron a enviar un comunicado a Telecinco para informarle de que habían solicitado a la Fiscalía de Menores su intervención «ante la violación de la intimidad de la niña en la televisión». Que si su padre no la quiere, que si no piensa dejar que la vea, que si se pone el reloj de la niña cuando le da la gana (uno de oro blanco, que le regaló el torero a la cría), que si..., bla-bla.

Un profesional fajado en las lides del 'corazón' desde los años 60, como Jesús Mariñas, reconoce que nunca se había topado con nada igual. «¡Es un disparate! ¡De circo! No hay más que verla. Parece un 'clown', tan lleno de gestos, 'tics' y esa manía de sorberse los labios... Es como un personaje de telenovela, un dramón de nunca acabar. Que ya cansa, ya cansa».

Vale, vale. ¿Y cómo afectará todo esto a Andrea?

No quiero ni pensar en qué clase de entorno estará viviendo. Lleno de desatinos y desvaríos. Un horror.

Hace tiempo que las estampas bucólicas, al estilo de Julio Iglesias y compañía, no 'tiran' tanto como antes. Lo que pega fuerte son las disputas conyugales, los insultos y la histeria. El lema es 'quién da más'. Ahora bien, ¿marcará un antes y un después la polémica de Belén Esteban? Pues Jaime Peñafiel, otro veterano de la prensa 'rosa', no se lo cree. Ni soñando. «Que no, que no. Aquí hace tiempo que se venden los hijos incluso antes de nacer. Se pone precio al 'paquete': boda, viaje de novios, embarazo, parto, primera mamación... Ay, ya es hora de que dejen a los niños en paz. ¡Sin excepción! Que ya sabemos que los pequeños salen muy lucidos y dan lustre a la imagen de los padres. No me parece bien que se condene a unos y no a otros. Hay que ser rigurosos con todos».

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