El soldado profesional Josué Estébanez, acusado del asesinato del menor antifascista Carlos Palomino durante el juicio. / Efe
Tribunales

Los amigos de Palomino afirman que el acusado les amenazó de muerte a todos

EFE |

Jueves, 17 de septiembre 2009, 12:02

Varios amigos del joven antifascista Carlos Palomino, que iban con él en el metro cuando fue apuñalado, han asegurado que su agresor, Josué Estébanez, gritó a continuación que "los iba a matar a todos" y que les llamó "guarros" y levantó la mano haciendo el saludo fascista.

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Los jóvenes han declarado como testigos en la Audiencia Provincial de Madrid en la segunda sesión del juicio a Estébanez, para quien el fiscal pide 29 años de prisión por el asesinato de Palomino el 11 de noviembre de 2007 en un vagón de metro en la estación de Legazpi, cuando iba a sabotear una manifestación de ultraderecha a la que supuestamente se dirigía el acusado.

Los siete testigos han corroborado la versión del fiscal, que en su escrito de conclusiones provisionales sostiene que cuando éste se percató de que en el andén esperaba un grupo de jóvenes antifascistas, "sacó una navaja" y la ocultó en la cara posterior del antebrazo.

La Fiscalía agrega que Palomino hizo unos comentarios al acusado "cuyo contenido se desconoce" y a los que Estébanez respondió "de manera inesperada y con la finalidad de acabar con su vida, clavándole directamente en el corazón la navaja", lo que provocó la muerte casi inmediata del joven.

"Le pilló desprevenido"

Estos siete conocidos de la víctima han explicado que el acusado llevaba puesta una sudadera con un símbolo de ideología de extrema derecha -"la que llevan los neonazis en Madrid"- y que Palomino le preguntó por ella al subir al vagón.

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Una compañera del fallecido ha relatado que, en ese momento, ella intentó prevenirle de que Estébanez escondía un arma, pero que aun así a Palomino no le dio tiempo a defenderse porque, según han resaltado hoy todos los testigos, "le pilló completamente desprevenido".

También han contado que a continuación Estébanez comenzó a gritar que "los iba a matar a todos", llamándoles "guarros" -apelativo con el que, según han explicado, los neonazis se refieren a los antifascistas-, levantando la mano en el gesto del saludo fascista, momento en el que atacó a otros dos jóvenes que intentaban quitarle el cuchillo.

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Le "entró miedo"

Por otra parte, dos vigilantes del metro han asegurado que el presunto asesino del menor antifascista Carlos Palomino no pidió auxilio, pese a que éste afirmó el pasado lunes, durante el juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial de Madrid, que apuñaló al joven porque le "entró miedo" y se vio "acorralado". "Si hubiera tenido miedo, habría pedido auxilio", ha señalado a los periodistas en un receso del juicio el abogado que representa a la familia del fallecido, Erlantz Ibarrondo, que pide para el soldado profesional Josué Estébanez 37 años de cárcel y que se le aplique la agravante de "odio ideológico".

Un tercer vigilante ha señalado que cuando fue a socorrer a Palomino, que "iba sangrando y tambaleándose", uno de los jóvenes le dio un codazo en la mandíbula, y ha añadido que le pareció ver el reflejo de una hoja de arma blanca, aunque ha señalado que no cree que trataran de herirle, porque treinta segundos después se apartaron permitiéndole asistir a la víctima. "Si hubiera querido agredirme, lo hubiera hecho. Creo que fue en defensa pensando que yo les iba a agredir", ha dicho.

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A la salida del juicio, varios jóvenes antifascistas que se han concentrado ante la Audiencia Provincial desde primera hora de la mañana han recibido con aplausos a la madre de Carlos Palomino , María Victoria Muñoz, que se ha mostrado positiva ante el desarrollo del proceso, ya que "se están desmintiendo todas las mentiras que han venido sosteniendo durante 22 meses".

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