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Como Peter por su casa

Un chófer de Isabel II liado con una prostituta lituana permitía el paso de extraños al Palacio de Buckingham previo pago de 1.100 euros

BRUNO DALLAGLIO LONDRES

Lunes, 25 de mayo 2009, 03:32

Agentes adscritos al palacio de Buckingham, la residencia oficial de la reina Isabel II en Londres, investigan las acusaciones de que uno de los chóferes personales de la soberana británica permitió a dos desconocidos penetrar en las dependencias de palacio a cambio de mil libras (unos 1.137 euros). Una portavoz de Buckingham informó de que el implicado, Brian Sirjusingh, ha sido suspendido de su empleo durante el tiempo que duren las pesquisas.

Los detalles sobre este flagrante fallo en la seguridad del sanctasanctórum británico los publicaba ayer el periódico 'News of the World'. Dos de sus reporteros se hicieron pasar por acaudalados empresarios de Oriente Próximo, camelaron al chófer y, supuestamente, pudieron entrar en el recinto palaciego.

Los dos periodistas se pusieron en contacto con el conductor Brian Sirjusingh a través de su amante, una prostituta lituana con quien, también supuestamente, el pluriempleado chófer se acuesta frecuentemente en su alojamiento en Buckingham, explica el tabloide.

El conductor corrupto no ha transportado nunca a la reina. Pero su posición en palacio le permitió abrirles las puertas de Buckingham a los reporteros el viernes. Ambos se saltaron los exigentes controles de seguridad y pudieron ver la flota de automóviles de la reina y hasta se sentaron en un Bentley usado para llevar a Isabel II en diversos compromisos de Estado, aseguraba el periódico sensacionalista. 'News of the World' denuncia que la irresponsabilidad del chófer podría haber sido fatal en caso de que los periodistas hubieran sido terroristas, ya que, dice, tuvieron tiempo de examinar los coches, de anotar sus matrículas e, incluso, apunta el rotativo británico en el más puro estilo amarillista, hubieran podido colocar explosivos en los vehículos.

La portavoz de Buckingham dijo que se investigarían las acusaciones contra el chófer aparecidas en la Prensa.

Scotland Yard también se pondrá en contacto con el personal adscrito al palacio de Buckingham para examinar las medidas de seguridad de este complejo situado en el centro de Londres, que recibe a diario la visita de miles de turistas deseosos de atisbar el señorial alojamiento de la reina de Inglaterra y de asistir al cambio de la guardia.

Otros intrusos reales

No es la primera vez que el palacio de Buckingham y otras reales residencias sufren la irrupción de intrusos en sus instalaciones. En septiembre de 2004, un hombre vestido como Batman burló las medidas de seguridad y colocó una pancarta reivindicando los derechos de los padres divorciados a visitar a sus hijos en uno de los balcones de Buckingham.

En 2003, un periodista de 'The Daily Mirror', Piers Morgan, falsificó informes laborales y se empleó en palacio durante dos meses. Ese mismo año, un tal Aaron Barschac, que se hace llamar el 'comediante terrorista', se coló en la fiesta de cumpleaños del príncipe Guillermo en el palacio de Windsor. En julio de 2002, un italiano, de 33 años y con problemas mentales, entró sin permiso en el palacio de Saint James, la residencia oficial del príncipe Carlos de Inglaterra en Londres.

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