San Pedro se vuelca en el último adiós a Fernando Moreno

San Pedro Alcántara se sumió ayer en un profundo silencio para dar el último adiós al que fuera uno de sus hijos más ilustres, el conocido empresario Fernando Moreno, de 76 años, secuestrado el pasado miércoles y hallado muerto de forma violenta un día después en la carretera de Istán.

Desde bien temprano en la mañana vecinos y allegados empezaron a agolparse en las puertas de la vivienda, situada en la avenida Marqués del Duero, para mostrar su apoyo a la viuda y a sus cinco hijos. La Policía Local de Marbella cortó el tráfico media hora antes en las principales calles del núcleo urbano para facilitar el paso del cortejo fúnebre hasta la iglesia de San Pedro donde se celebró el sepelio a las 12.30 horas. La discreción que siempre ha caracterizado a la familia se vio ayer rota por las masivas muestras de afecto de los vecinos y la expectación mediática que ha generado la muerte del empresario marbellí.

El ataúd fue portado a hombros en todo momento por varios de sus familiares y amigos más cercanos. Su viuda e hijos, visiblemente emocionados, recorrieron a pie los escasos 500 metros que separan la vivienda de la iglesia arropados por miles de sampedreños -unos 2.500- que ayer se echaron a la calle para llorar y acompañar al féretro con los restos mortales del industrial.

Tres coches fúnebres presidieron el cortejo con más de medio centenar de coronas y ramos de flores que a lo largo del viernes fueron llegando a la funeraria como muestra de condolencia. Empleados, familiares, instituciones, empresas, colegios profesionales, asociaciones y partidos políticos enviaron arreglos florales para despedir al que fue uno de los empresarios más importantes del municipio.

El Ayuntamiento también envió una corona para mostrar su pésame. Al acto asistieron los miembros de la corporación más cercanos al empresario, entre ellos el concejal de Medio Ambiente, Antonio Espada, familia directa del fallecido, que portó el féretro desde la casa de la familia, donde se instaló el velatorio, hasta la iglesia donde se celebró el obituario. También asistieron el teniente de alcalde de San Pedro, Miguel Troyano, amigo personal de la víctima, el delegado de Participación Ciudadana, Baldomero León, y el secretario general del PP de Marbella, Manuel Cardeña, entre otros.

Conmoción

El cortejo llegó puntual a la plaza de la Iglesia después de los diez minutos más largos que ha vivido San Pedro. El murmullo que inicialmente se oía a las puertas del velatorio se tornó mudo y así continuó hasta llegar a la plaza donde miles de personas aguardaban la llegada de los restos mortales. Los comercios de la principal vía de San Pedro quedaron desiertos, ajenos al habitual bullicio al que están acostumbrados en una mañana de sábado, fría y desapacible.

Los hijos tomaron el relevo como portadores del féretro y subieron los peldaños con gran entereza con las campanadas de fondo. Una salve inició los responsos oficiados por el párroco de la iglesia Virgen del Rocío de la localidad, Alfredo López, amigo íntimo de la familia. Muchos vecinos se quedaron fuera del templo, que estaba abarrotada.

Media hora más tarde, los restos de Fernando Moreno salían nuevamente a hombros de otros familiares ante la mirada de consternación de los sampedreños que, una vez más, dieron ejemplo de sobriedad y respeto en su último adiós al empresario. El ataúd fue llevado a pie durante algo más de kilómetro y medio hasta el cementerio de San Pedro, donde recibió sepultura en el panteón familiar.

La familia denunció el secuestro del empresario un día antes después de recibir varias llamadas de sus captores pidiendo un rescate de dos millones de euros por su libertad. Después de una intensa búsqueda, el cuerpo del industrial fue hallado el pasado jueves frente de la planta cementera y el huerto de su propiedad que solía visitar a primera hora de la mañana y donde fue visto por última vez con vida.

Investigación

Los primeros datos que han trascendido de la autopsia, practicada el pasado jueves, revelan que Fernando Moreno murió por asfixia horas antes de que la policía encontrara su cuerpo maniatado y amordazado en el interior de una caseta de agua de pequeñas dimensiones en la zona conocida como Arroyo Montero.

La Policía Nacional continua con las pesquisas para aclarar la muerte del empresario y detener a sus responsables en un despliegue sin precedentes.