En las calles se vende el papel de plata

Hace décadas que los heroinómanos dejaron de inyectarse, y hoy es impensable ver escenas como las que plagaron los reportajes sobre la droga en los 80. Aseguran los expertos que fueron los propios narcotraficantes los que modificaron la forma de consumo, porque los clientes se les morían. Fue entonces cuando apareció el revuelto que, además de la heroína, potenciaba entre los mismos adictos el consumo de cocaína. Los análisis toxicológicos indican que la mayoría de las dosis están formadas por un 40% de cocaína y un 10% de heroína. El resto es corte, a base de cafeína y paracetamol. El revuelto se consume poniendo la dosis encima de un trozo de papel de plata, quemando éste por debajo e inhalando el humo blanco que desprende la droga al calentarse.

En las calles de algunos de los barrios en los que se vende y se consume revuelto, hay toxicómanos que también ofrecen papel de plata a 0,50 euros el trozo. «Los puedes ver apoyados en una pared, con un rollo de papel de aluminio bajo el brazo», comenta el jefe policial de Pequeño Tráfico. En esas mismas zonas están los 'volantones', que es el nombre con el que se conoce a los toxicómanos que venden en la calle. También lo hacen para los traficantes. Un traficante puede tener a tres o cuatro 'volantones' vendiendo papelinas a cambio de dosis.