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COCINA. Jesús López y su equipo de cocineros y reposteros.
La Escuela de Hostelería cierra el curso con una alta inserción laboral
Melilla

La Escuela de Hostelería cierra el curso con una alta inserción laboral

Los alumnos especializados en cocina, sala, repostería, cata de vinos y técnicas culinarias recogieron sus diplomas y agasajaron a los asistentes con un exquisito menú

NAIMA MOHATAR

Sábado, 5 de julio 2008, 03:53

La Escuela de Hostelería de Melilla entregó en la mañana de ayer los diplomas del curso 2007-2008 a los alumnos de este centro dependiente de Promesa y gestionado por la fundación Hispano-Árabe de la Dieta Mediterránea, en un acto poco tradicional. Los 70 alumnos que se licenciaron en las especialidades de camarero de restaurante y bar, cocinero, jefe de sala, técnico culinario, cata de vinos y repostería representaron el doble papel de homenajeados y anfitriones, al agasajar a los asistentes tras la entrega de diplomas con un variado aperitivo fruto del trabajo y el esfuerzo que han realizado durante todo el curso.

La entrega de diplomas estuvo presidida por el responsable de Promesa, José María López Bueno, quien alabó el buen hacer y la profesionalidad de los alumnos que han pasado por el centro ubicado en Melilla la Vieja. Como representante del Gobierno de la Ciudad Autónoma, el vicepresidente Miguel Marín destacó en su discurso la efectividad que estas enseñanzas tienen en el mercado de la hostelería, la restauración y el turismo, un sector que demanda constantemente profesionales del ramo y que lo corrobora con un 65 por ciento de alumnos insertados de pleno en el mercado laboral. Este dato se hizo patente en el gran número de alumnos que no pudo asistir en persona a recoger el diploma acreditativo por encontrarse ya trabajando.

Al acto de fin de curso acudió, como invitado especial, el autor de varios libros de gastronomía y crítico gastronómico de SUR Enrique Bellver, quien señaló la importante labor que las escuelas realizan en el desarrollo y la evolución de la comida en el sur de España, asegurando que «sin base formativa, no se puede hacer cocina». Bellver destacó también el trabajo de los camareros en la sala, «correa transmisora de la calidad de la cocina» y sin la cual los resultados nunca llegarían de manera satisfactoria al cliente.

Menú en Melilla la Vieja

Tras el aperitivo, servido en una de las terrazas del hotel Melilla Puerto, los asistentes al acto fueron invitados por el personal que dirige la Escuela de Hostelería, coordinados por Jesús López Postigo, a degustar un menú en las instalaciones del Callejón de la Marina. Allí, el equipo de camareros dirigido por la mettre Carmen Sánchez Ruiz explicó a los comensales cada uno de los platos realizados por los cocineros a cargo del profesor David Martín.

El exquisito menú, ideado por los propios alumnos, representó la gastronomía típica del norte de Marruecos con un atrevido toque que hacía de los platos, a los que tan acostumbrados estamos a degustar los melillenses, una innovadora experiencia. Como ejemplo, un entrante de cuajada de dátiles y almendras, una macuhada con naranja y el granizado de té moruno con churros. Todo un manjar elaborado y presentado por la cantera de la Escuela de Hostelería de Melilla: profesionales, amables y buenos anfitriones donde los haya.

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