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PPLL
Domingo, 6 de abril 2008, 03:34
Aunque nunca ha entrado en el juego de las exclusivas, Marián Camino, hija del diestro Paco Camino, hermana del torero Rafi Camino, y en su día novia del matador Finito de Córdoba, está acostumbrada a la fama desde niña. Pero ella insiste en que su vida es de lo más normal. Casada con el empresario Jorge Bazaco, reparte su tiempo entre el trabajo diario fuera de casa y el cuidado de los hijos.
Se le ve menos mediática...
Llega un momento en el que se imponen otras prioridades. Con dos niños, de seis y cuatro años, tengo una vida familiar muy completa. Además, trabajo como responsable de comunicación en los laboratorios Rovi, y acabo de montar una tienda de bolsos cerca de mi casa. El tiempo no me da para más. Es difícil llegar a todo, aunque luego te da una satisfacción personal tremenda.
¿Otra 'superwoman'?
Para nada. Pero siempre he sido bastante 'curranta'. Estudié Económicas y luego estuve volando un año, porque desde pequeñita quería ser azafata. Yo, normalmente, cuando hay algo que deseo hacer, lo hago. No me quedo con las ganas.
¿Un año fue suficiente para que se le quitara la afición a volar?
Lo dejé porque recibí una oferta muy golosa de una firma de cosméticos. Pero volando me divertí muchísimo. Ha sido de las grandes experiencias de mi vida.
¿Alguien la reconoció en el avión como hija de Paco Camino?
Fue una época en la que yo empezaba a salir con Finito de Córdoba, pero no aparecía mucho en la prensa; y con el uniforme no me reconocían. La gente a veces se sorprende al encontrarme en un entorno laboral normal. «¿Anda, si eres la hija de Paco Camino!», me dicen. Deben de creer que vivo en otro mundo. Pero yo vivo en el mundo real; el único que existe.
¿Se alegra de no ser ahora mujer de torero?
Bueno, es muy duro, pero creo que con amor lo tienes que llevar muy bien. Claro que se sufre mucho más. Mi marido va a trabajar a una oficina... Y ver a la persona que quieres ir a una plaza de toros a jugarse la vida es muy duro.
Creo que quiere tener más hijos.
Me encantaría. A mis 37 años es algo que me apetece cada día más. Lo que pasa es que tengo unos embarazos terroríficos, de vomitar desde el primer día hasta el último, y con riesgo de aborto... Así que prefiero que pase el verano.
¿Y si su hijo quisiera ser torero?
Le apoyaré siempre en lo que él decida. Desde que nacieron mis hijos comprendí que yo pasaba a un segundo plano. Lo importante es que ellos sean felices. Mis hijos son mi prioridad absoluta. / ARANTZA FURUNDARENA
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