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TEXTO: ÁNGEL ESCALERA
Miércoles, 12 de diciembre 2007, 09:14
EL Hospital Regional Carlos Haya no sería nada sin los profesionales que día a día se dejan la piel para cuidar a los que más necesitan de su atención: los enfermos. Los responsables del hospital quisieron destacar ayer la labor de trabajadores que se han jubilado este año o el pasado y de otros que han cumplido 25 años en Carlos Haya. Unos 300 profesionales recibieron un cálido homenaje en un multitudinario acto celebrado en el hotel NH, con la asistencia de unas 700 personas. El alma del hospital está en cada uno de esos trabajadores.
Fue una tarde repleta de emociones, sentimientos, risas, bromas, recuerdos y hasta alguna que otra lágrima. Profesionales recientemente jubilados y otros que han cumplido sus bodas de plata en Carlos Haya fueron los protagonistas merecidos de un reconocimiento que puso en valor la tarea desarrollada a lo largo de infinidad de días y de noches entre los pacientes o realizando actividades para hacerles la estancia más agradable.
Como dijo la gerente de Carlos Haya, María de los Ángeles Prieto, «los hospitales son lo que son sus profesionales, no sus ladrillos. Para nosotros, este es uno de los actos más emotivos que celebramos, porque estamos con compañeros que se han esforzado para mejorar Carlos Haya. Esperamos seguir contando de alguna forma con los que se han jubilado. Nos dejan la herencia de su trabajo».
Más de media vida
En nombre de los profesionales que han cumplido 25 años habló la enfermera Soledad García Guerrero. «Llegué a Carlos Haya con una gran ilusión. Eran tiempos difíciles, pero aprendí mucho. Llevo en el hospital más de media vida. Siempre he sido una persona positiva y considero que de todo y de todos se aprende», afirmó. En la parte final de su intervención, subrayó: «Si volviera a nacer, volvería a ser enfermera».
A continuación intervino Montserrat Serarols, enfermera jubilada recientemente y que durante muchos años fue supervisora de nefrología. «Voy a hablar desde lo más íntimo de mi corazón», empezó diciendo. Añadió: «Si el hospital creció con Málaga, nosotros hemos crecido con el hospital. Llegamos aquí con muchas ganas de comernos el mundo». Serarols aseguró que los trabajadores se dedican a velar por la salud de los malagueños y para ello nunca escatiman esfuerzos. «Siempre hemos sentido el orgullo del trabajo bien hecho. Aquí hemos encontrado a buenos compañeros y amigos, que han sido nuestros confidentes. Ahora, al jubilarnos, echaremos de menos el hospital, porque es como nuestra casa».
Y es que no en vano en el tiempo que han estado en Carlos Haya han pasado por innumerables vivencias que les han marcado el alma para siempre.
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