CENTRO. La mujer fue operada en la clínica Gálvez. / MORENO
MÁLAGA

Denuncian la muerte de una mujer que se sometió a una exploración de colon

Un juzgado de la capital ordenó una autopsia para aclarar la causa del óbito La dirección del hospital donde falleció defiende la profesionalidad del equipo

JUAN CANO

Miércoles, 21 de noviembre 2007, 09:31

Fue al médico porque sentía molestias en el vientre. A priori, nada grave. María Dolores López Báez se sometió a una colonoscopia -una prueba diagnóstica que consiste en una exploración del colon- que no salió como debía. La paciente sufrió una perforación en el intestino que le produjo una peritonitis. Murió dos semanas más tarde.

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La familia de la fallecida, que el mes que viene hubiese cumplido 65 años, formularon el viernes un acta de denuncia verbal en el juzgado de guardia para que investigue el caso. El primer paso fue solicitar la autopsia del cadáver, que se hizo este mismo fin de semana.

María Dolores entró por las puertas de la clínica Gálvez el 2 de noviembre. «Ella estaba bien; no era una prueba peligrosa», relata Rocío (30 años), la menor de sus tres hijos. Pero la colonoscopia no salió bien. «El médico nos dijo que, al introducir el endoscopio, se le rompió un divertículo-apéndice hueco y con forma de saco que está en el intestino- y le causó una perforación».

Había que operar. «El especialista nos aseguró que era una intervención sencilla», afirma la joven. Esa misma tarde, María Dolores entró en quirófano para someterse a una laparoscopia (exploración visual de la cavidad abdominal).

Sin necesidad de puntos

A las 21.00 horas, ya se encontraba en la UCI, recuperándose. «Este otro doctor nos dijo que habíamos tenido suerte, porque no necesitaba puntos de sutura», cuenta Rocío, acompañada por sus hermanos, Javier y José Carlos, y su tía materna.

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El 4 de noviembre, la mujer empezó a sufrir molestias. «Tengo grabada la cara de dolor de mi madre», recuerda la hija. Esa noche, tuvo diarrea. «El médico decía que era como consecuencia de los antibióticos que le suministró».

Al día siguiente, su estado siguió empeorando. Al cuadro de dolor agudo se sumó el sudor frío y la asfixia. María Dolores se iba marchitando. «Mi madre ya no tenía ganas de hablar ni de nada», apunta. «Cuando la vio -prosigue- el médico de guardia dijo 'qué hace esta mujer aquí', al ver lo mal que estaba, y la mandó de vuelta a la UCI». Empezaron a hacerle pruebas de todo tipo para intentar descubrir el origen del problema.

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Después de casi dos semanas, y al ver que no mejoraba, María Dolores fue trasladada en ambulancia a un centro de diagnóstico, donde se la sometió a un TAC de contraste. «Esa prueba confirmó que tenía una perforación en el intestino y que tenía una peritonitis; estaba claro que era de la barriga, porque ella entró bien», añade Rocío. «El médico nos dijo que si no se operaba, no se salvaría y que, aun así, era difícil, porque estaba muy grave».

Segunda intervención

La familia se queja de que aún tuvo que esperar 36 horas más para ser intervenida quirúrgicamente. Durante la operación, que duró tres horas, se le llegó a parar el corazón, aseguran. «Le sacaron más de cinco litros de pus», afirma Javier, el mayor de los hermanos. «Ya no volvió a recuperar el conocimiento».

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Al día siguiente, a las cinco de la tarde, María Dolores expiró. «Lo que no entendemos es que tardaran tanto en operarla, que no vieran la infección. Mi madre se pudrió por dentro», se lamentan.

Por su parte, el gerente del hospital, Fernando Castillo, explicó ayer que la paciente se hizo la colonoscopia por un médico elegido por ella, que no pertenece a la plantilla del centro. «Lo único que hizo fue utilizar los medios de la clínica y a partir de ahí, la tratamos nosotros», afirmó. «Considero que el equipo quirúrgico -agregó- está integrado por unos profesionales perfectamente formados, de prestigio y con mucha experiencia».

Uno de los cirujanos que participó en la intervención de la fallecida defendió la actuación médica y aseguró que la visitó dos veces al día. Indicó que la perforación que se vio en la laparoscopia no precisaba operación, sino tratamiento médico. Afirmó que no la operó por los resultados del TAC o los escáneres, sino por «sentido común».

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