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Viernes, 9 de noviembre 2007, 03:22
QUIEN quiera hacerse la típica foto 'sosteniendo' entre risas la torre más inclinada del mundo tendrá que cambiar su plan de viaje: ya no deberá ir hasta Pisa, en el centro de Italia, sino que deberá hacer las maletas para trasladarse hasta Suurhusen, una localidad de 1.175 habitantes situada en Frisia Oriental, al noroeste de Alemania.
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Una iglesia de ese municipio ha desplazado a la torre transalpina en el libro Guiness de los récords y se ha situado con la construcción de este tipo que ofrece la mayor inclinación de todo el mundo. Suurhusen recibió ayer de manos de Olaf Kuchenbecker, director de la sección alemana del Libro Guiness de los Récords Mundiales, el documento que certifica una ventaja de más de un grado sobre su congénere italiana.
Si hasta abril del año próximo no surge otra competidora, la iglesia evangélica de Suurhusen aparecerá en la famosa publicación, ya que con 5,19 grados se convertirá en la torre más inclinada del mundo, frente a los 4,95 grados de su contrincante italiana.
Atracción turística
Esta iglesia evangélica, que data del siglo XIII, acoge anualmente unos 15.000 visitantes, atraídos no por los servicios religiosos sino por el edificio de ladrillo de barro cocido, típico de la arquitectura del norte de Alemania.
La torre, de 27,37 metros de altura, fue construida en 1450, con una base de troncos de roble que se pudrió y cedió bajo el peso del edificio en el siglo XIX, según explican los documentos históricos que dan fe de la construcción de esta estructura, que dentro de poco se convertirá en lugar de peregrinación para millones de turistas curiosos.
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«Estamos muy contentos y también orgullosos de que haya cuajado la entrada en el libro de los Guinness», manifestó ayer el 'ministro' evangélico Frank Wessels, párroco del templo, que expresó su esperanza de que se contribuya con fondos públicos al mantenimiento del edificio.
En 1996, se consiguió detener el desnivel de la torre de la iglesia, que fue detectado por primera vez en 1885, y que llevó a cerrar el edificio a principios de los años 70 para acometer su rehabilitación y asegurar su buen estado de conservación.
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Desde 1985 se han vuelto a celebrar en la iglesia de Suurhusen oficios religiosos, sobre todo en fechas señaladas, después de que decidieran apuntalar los cimientos.
Así las cosas, no han terminado los avatares de este edificio, que sirvió de refugio en tiempos bélicos y en inundaciones, y que tres vecinos del pueblo muestran diariamente a los visitantes. Curiosos que ahora seguro que se multiplican.
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