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TEXTO Y FOTOS: EUGENIO CABEZAS
Jueves, 4 de octubre 2007, 03:51
SU pelo largo y enorme silueta los delatan. No son de aquí, pero se han adaptado a este clima a la perfección. El gato Bosque de Noruega es una especie de felino procedente de los países nórdicos, cuyo origen es bastante incierto. Una pareja de vecinos de Benalmádena son actualmente los únicos criadores de estos animales con pedigrí en la provincia. Linda Hagberg y José Piña se confiesan unos enamorados de los gatos, y aún recuerdan el día en que vieron por primera vez a uno de estos atractivos ejemplares.
«Fue en un reportaje en televisión», rememora Hagberg mientras intenta mantener en su regazo al mayor número de crías de una de sus dos gatas, 'Chavelle', que parió hace ahora diez semanas. «Son muy juguetones», comenta mientras intenta traer consigo a uno de los siete pequeños. «Nos lo pasamos en grande con ellos. Están todo el día moviéndose». A Hagberg, el amor por los animales le viene desde pequeña.
«En casa siempre hemos tenido mascotas», apunta esta joven, que dedica el tiempo libre que tiene a estar con sus animales. «Estamos todo el día ocupados. Lavándolos, dándoles de comer...». Para ella, tener un gato en casa no tiene que representar un problema: «Si se le trata con cariño y respeto, pueden vivir perfectamente en un piso». De hecho, Hagberg asegura que los gatos Bosque de Noruega son «especialmente cariñosos con los humanos».
En su incierto origen radica uno de los aspectos más atrayentes de esta especie. De hecho, no se sabe si son producto de una selección natural, consecuencia de condiciones extremas, o si proceden de cruces de gatos de pelo largo -traídos en barco hasta Noruega- con el gato montés que habita los bosques nórdicos. «Parece ser que lo trajeron los vikingos», añade Hagberg, quien recuerda que en 1930 estuvieron al borde de la extinción.
Origen incierto
Por suerte para los aficionados a estos animales, los nórdicos se dieron cuenta de que su gato nacional -protagonista de muchos cuentos y leyendas clásicas- estaba en peligro de extinción. Así, el primer Bosque de Noruega fue mostrado en una exposición en 1938, pero no fue hasta finales de 1960 cuando los primeros entusiastas empezaron a reproducir la raza. En 1978 fue reconocida oficialmente, según explica Hagberg.
Para ella, criar estos animales en la Costa del Sol es todo un lujo. «Hay un clima excelente. A pesar de que tienen el pelo largo, se adaptan bien a las altas temperaturas», explica. De hecho, según comenta, sus enormes hembras pasan los días de más calor a la sombra de las plantas de su pequeño jardín.
Ahora, Hagberg y Piña esperan que la otra hembra de su propiedad, 'Xanthina', dé a luz a las crías, que al igual que en el caso de 'Chavelle', vuelven a ser hijas del macho 'Mazapán La Peyre'. «Esperamos que encuentren un hogar», explican. Mientras, la enorme hembra se ha subido a una mesa y comienza a maullar. Es la hora de comer.
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