El presupuesto familiar se resiente aún más con la subida del gasoil, que alcanza el euro

La cuota de la hipoteca, la subida del pan y de la leche, la resaca de gastos de las vacaciones y ahora, para más inri, también los combustibles. El precio del litro de gasóleo -el carburante más vendido- ha superado estos días la barrera psicológica del euro en una veintena de estaciones de servicio de la provincia. Otras 42 rozan ya esta cifra histórica, con tarifas de 0,999. La gasolina no se queda atrás en esta carrera alcista. Según la estadística del Ministerio de Industria, repostar la variedad de 95 octanos implica hoy un desembolso medio de 1,056 euros por litro, un 11,7% más respecto a principios de año, cuando la tarifa rondaba los 94 céntimos.

La escalada de los carburantes se suma al reguero de sobrecostes que asfixian estos días los presupuestos de las familias malagueñas. Al igual que la gasolina, el bolsillo de los sufridos conductores también se está quedando sin plomo. Los últimos datos facilitados por las operadoras a Industria cifran en 0,993 el coste medio del gasóleo en el conjunto de las 194 estaciones de servicio de Málaga, un precio ligeramente inferior a la media nacional.

Esto significa un repunte de un 15% respecto al coste registrado en enero, cuando este combustible se cobraba a 0,86 euros el litro. Nada menos que 13 céntimos de diferencia. El salto es más acusado si cabe si se compara el dato con el de septiembre de 2002. Entonces, los automovilistas repostaban diésel por 71 céntimos, un 40% mas barato.

Números aparte, lo cierto es que este nuevo encarecimiento del gasoil supone otro giro de tuerca en la ya de por sí ajustada economía doméstica. Sólo hay que echar cuentas. Tomando como referencia un depósito de 50 litros, la subida de 13 céntimos supone que el consumidor deberá pagar ahora 6 euros y medio más por llenar el tanque (49,6 euros) que a principio de año (43 euros) y hasta 14 euros más respecto a hace un lustro (35,5 euros).

Para comprender hasta qué punto afecta esta alza al bolsillo de los malagueños basta un dato: según el registro de la Dirección general de Tráfico, el 67% de las matriculaciones efectuadas en Málaga corresponden a automóviles diésel frente al 32% de gasolina.

Reacciones del sector

El incipiente incremento de precios del gasoil por encima del euro ha caído como un jarro de agua fría en el sector. Las gasolineras insisten en que las petroleras son las que les marcan las tarifas y que ellas apenas tienen margen para corregirlos. «Asistimos a estos fenómenos con preocupación. Cuando suben los costes la gente suele consumir menos, lo que al final provoca que nuestras ganancias se vean mermadas», destaca Ignacio Fernández, gerente de la Agrupación Andaluza de Vendedores al por Menor de Carburantes y Combustibles.

El presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Málaga, Fernando Rodríguez, subraya que el aumento es «una barbaridad» y reconoce que «se veía venir». A su juicio, el encarecimiento -que atribuye al auge de ventas de coches diésel- llega en un momento muy delicado para las cuentas de los consumidores. «Imagínate, con las hipotecas, el pan, la leche...la gente está muy endeudada como para pagar aún más», señaló en conversaciones con este periódico.

Preguntados por las causas de esta tendencia, los expertos consultados destacan la inestabilidad del mercado internacional. El precio del crudo Brent (el de referencia en Europa) cotizó en la sesión de este jueves a 79,09 dólares, batiendo el récord histórico de 78,30 dólares alcanzado hace dos años. Los analistas atribuyen este incremento a la perspectiva de que la bajada del precio del dinero reactive la economía estadounidense y la mundial. El Brent siguió la estela el petróleo de Texas, que subió esta semana con moderación y marcó un nuevo máximo histórico al cerrar a 81,93 dólares el barril en Nueva York.

Empresarios como José Cortés, presidente de la Asociación de Gasolineras Libres -que agrupa a 50 establecimientos en la provincia- temen que este escenario genere un efecto dominó. «El precio del gasóleo nos afecta a todos, porque repercute en el transporte y, por ende, a los costes de las mercancías», apostilló al tiempo que manifestó su esperanza en que la subida por encima del euro sea algo «coyuntural». «Esperemos que sólo sea un pico, ya que si las tarifas siguen al alza pueden saltar las alarmas», concluyó.

Por puro efecto dominó, una escalada del coste de los carburantes se traduce en una reducción del ritmo de crecimiento de la economía.