PSOE y PP tensan la precampaña con reproches por el uso de la Cartuja y los funcionarios

La precampaña es cada vez más evidente. Dirigentes del PSOE y PP llevan enfrascados varios días en un cruce de acusaciones gruesas por dos motivos, uno viejo, el conflicto de los funcionarios con la reforma del sector público; y otro nuevo, la negativa de la Junta a que el PP utilice el Monasterio de la Cartuja en un acto de la convención de este partido en Sevilla.

El Gobierno andaluz ha justificado la negativa en que sólo se autoriza el uso del monasterio, sede de varios organismos culturales, para actos institucionales, pero no de partido. El consejero de Cultura, Paulino Plata, de quien depende, recordó que también se le ha negado al PSOE, que lo pidió para celebrar la presentación de la Fundación Alfonso Perales. Pero el PP no está conforme. Ayer mismo, remitió una carta a Griñán en la que le pide que reconsidere su posición. En la carta, Antonio Sanz adjunta una relación de actos políticos, incluso de su partido, en los que se autorizó la estancia en La Cartuja. Plata respondió poco después argumentando que el acto del grupo parlamentario del PP en 2007 no puede considerarse de partido, sino institucional.

Para Arenas, la negativa responde a una actitud «sectaria» y «antidemocrática» y no se justifica porque el recinto ha albergado otras actividades políticas que no son culturales. Sanz considera que no tiene precedentes en la democracia y que atenta contra los principios de esta.

Son los mismos argumentos que el PSOE lleva esgrimiendo varios días contra el PP por no haber censurado el anuncio de la Plataforma de Funcionarios de que boicotearán la campaña electoral del PSOE como protesta por no derogar el decreto de reforma del sector público. La secretaria de Organización, Susana Díaz, acusó ayer al PP de jalear las actitudes «extremistas» de algunos funcionarios basándose en lo que considera un lapsus de la portavoz popular, Rosario Soto, cuando antes de que la plataforma anunciara sus planes, vaticinó una campaña «calentita».

Díaz evitó suscribir la comparación con los «batasunos» que hizo el día antes Pizarro, ni la de «fascistas» que mencionó Mario Jiménez. Arenas calificó ambas comparaciones de «terribles» para con los funcionarios de la Junta. CC OO y UGT han criticado duramente la amenaza de boicot a la campaña electoral, de la que CSIF, que apoya otras protestas de la plataforma, se ha desmarcado.