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ÁNGEL ESCALERA aescalera@diariosur.es
Domingo, 20 de junio 2010, 03:45
Los enfermos cardiacos de avanzada edad cuentan una oportunidad para seguir con vida gracias a la puesta en marcha de una técnica que permite implantarles la válvula aórtica sin tener que operarles a corazón abierto. La intervención consiste en introducir la prótesis por la ingle, como si fuese un cateterismo, hasta llevarla al corazón. El proceso se hace con anestesia local y sedación. El Hospital Clínico Universitario es el centro que más implantes de esas características ha efectuado en España, según dijo a este periódico el responsable del área de hemodinámica del Clínico, José María Hernández. Desde abril de 2008 hasta la fecha, el hospital malagueño ha realizado 110 intervenciones, con muy buenos resultados.
Este especialista señaló que la técnica se emplea para tratar la estenosis aórtica - segunda dolencia cardiaca más frecuente tras la patología coronaria-, una enfermedad que crece en los países industrializados y que sufrirá el 4% de la población mayor de 65 años. La mitad de esas personas tendrá una estenosis aórtica severa que será necesario operar. Por la válvula aórtica sale la sangre del corazón. Cuando se estrecha ese conducto, se produce una falta de riego sanguíneo al organismo y, en ocasiones, hay encharcamiento de los pulmones. Los pacientes se asfixian o sufren apnea (dificultad para respirar). El resultado puede ser una angina de pecho, una insuficiencia cardiaca o un síncope.
El tratamiento pasa por operar al enfermo y cambiarle la válvula estropeada. El problema es que del 35 al 50% de los afectados, por su delicadísimo estado de salud, por el peligro de la intervención o porque ellos no quieren asumir ese riesgo, no pueden pasar por el quirófano y someterse a una operación a corazón abierto.
La única opción de que esos ancianos tengan una oportunidad de superar su dolencia es la técnica en la que el Clínico Universitario es pionero. En el laboratorio de hemodinámica del hospital se procede a cambiar la válvula aórtica en mal estado por otra artificial. La gran ventaja de esta técnica es que ofrece una alternativa de tratamiento a enfermos que no tienen otra salida», señaló el doctor José María Hernández.
De los 110 pacientes cardiacos intervenidos en el Clínico a través de ese método, sólo cuatro murieron, lo que representa un porcentaje de mortalidad menos elevado que el existente en la operación tradicional a corazón abierto.
En la implantación de la prótesis aórtica, que se lleva a cabo en el laboratorio de hemodinámica del Clínico, participa un equipo multidisciplinar de profesionales, integrado por anestesiólogos, ecocardiografistas, enfermeros de hemodinámica, cardiólogos clínicos, cardiólogos intervencionistas y cirujanos cardiacos. Para realizar este procedimiento, además de sedación y anestesia local, se necesita líquido de contraste y un equipo de radiología intervencionista.
Buenos resultados
«Desde que contamos con esta técnica tratamos a pacientes más graves y, sin embargo, la mortalidad se ha reducido a menos de una tercera parte, tanto de los enfermos a los que se les pone la válvula aórtica por cateterismo como de los que se operan por cirugía abierta», manifestó José María Hernández.
La edad media de las personas a que se les introduce la prótesis mediante cateterismo es de 80 años, pero incluso ha habido pacientes de mas de 90 años. La mitad de los enfermos con estenosis aórtica, si no son intervenidos, mueren en un plazo de dos años. De ahí que la técnica que realiza el Clínico represente un balón de oxígeno para los ancianos que no pueden someterse a una operación a corazón abierto.
La válvula se introduce por la ingle, a través de la arteria femoral, y llega hasta el corazón. Aunque el proceso dura algo más de dos horas, el cateterismo para llevar la válvula artificial a donde esta la enferma se hace en menos de una hora. Los pacientes reciben el alta médica a los cuatro o cinco días de la intervención. Cada prótesis valvular cuesta en torno a 18.000 euros.
Como la mayoría de los pacientes son personas de edad avanzada, simplemente con lograr poder salir a la calle y dar un paseo después de haber estado postrados en un sillón o en una cama sienten una mejora de su calidad de vida.
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