Ona Carbonell sostiene a España en los Mundiales de Kazán

Tras la plata conseguida el pasado fin de semana en el ejercicio técnico, este bronce confirma sus buenas sensaciones como solista. Se trata nada menos que de su decimoctava medalla en unos Mundiales, lo que le convierte, tras Gemma Mengual, una de sus actuales entrenadoras, en la segunda española más laureada de la historia. Carbonell totaliza 1 de oro, 7 platas y 10 bronces, mientras que Mengual, que le abrazó tras su gran ejercicio en la pileta de Kazán, alcanza la veintena y de más valor: 1 oro, 12 platas y 7 bronces.

La catalana, que no forma parte del equipo y ha centrado su apuesta en el solo y los dúos, lo que le ha valido algunas críticas como las de la exseleccionadora Anna Tarrés, mejoró ligeramente la nota que realizó en el preliminar, pero no pudo superar a la china Huang, que le aventajó al final en ocho décimas. El ejercicio de Carbonell se fundamenta en una composición de Raphael Imbert y ofrece una gran dificultad con elementos particulares. Tuvo mejor nota en dificultad (28,600) que en ejecución (28,300), mientras que en impresión artística la media fue de 9,5 puntos.

La catalana aún dispone este viernes de una nueva oportunidad para aumentar su palmarés, aunque será harto difícil que lo haga en el dúo libre, en el que compite con Paula Klamburg, con la que consiguió un quinto puesto en el preliminar. Aguanta en todo caso la estilizada Ona Carbonell el reducido medallero de España, que tenía en la sincronizada su granero particular de éxitos que han ido desapareciendo después de una década prodigiosa.

Una nadadora diferente

Carbonell, según los especialistas una nadadora diferente por la menera de utilizar su cuerpo en el agua, sus equilibrios imposibles y sus remadas tan particulares, estuvo a la altura esperada. Los jueces valoraron su elasticidad, explosividad y velocidad, virtudes conseguidas gracias a su genética y a infinitas horas de entrenamiento físico y trabajo biomecánico. Ha crecido mucho con la preparación diferenciada que le dirige la francesa Virginie Dedieu, una de las mejores solistas de la historia.

«Estoy muy contenta y emocionada porque ha sido un gran Mundial para mí como solista, en el que he dado mi mejor versión, he ido a por todas y he sacado todo lo que tenía dentro. He mejorado mucho las puntuaciones del Mundial de Barcelona, donde logré dos bronces», señaló Ona tras bajar del podio. Reveló que sus entrenadoras recibieron elogios de los jueces por la coreografía y actuación realizadas, sobre todo en la parte artística. Consideró clave que la música del ejercicio, propuesta por María José Bilbao, según informa Efe. «Es una música muy dramática, muy expresiva, en la que puedo intentar llegar muy adentro de los jueces, que es el objetivo al final. Se trata de captar la atención del juez, de llegar al corazón y a los ojos. Y creo que he llegado», concluyó Ona, aún con los ojos humedecidos.