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Antonio Banderas y Pedro Almodóvar
Banderas: «Comienza la segunda parte del partido de mi vida»

Banderas: «Comienza la segunda parte del partido de mi vida»

El actor recoge con emoción el Goya de Honor de manos de su amigo Pedro Almodóvar y asegura que se prometió que «nunca volvería a mi Málaga con las manos vacías»

Francisco Griñán

Domingo, 8 de febrero 2015, 02:10

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Fue la noche de 'La isla mínima'que terminó por hacerse máxima en la gala de los premios Goya. Casi no hubo suspense ni tensión, porque desde los primeros compases comenzaron a caer unos tras otros los premios para la que a la postre fue la mejor película. Porque se llevó el premio gordo y porque acaparó el mayor número de galardones, diez de los 17 a los que aspiraba: director para Alberto Rodríguez, guión original, actor protagonista (Javier Gutiérrez), actriz revelación (Nerea Barros), dirección artística, música original, montaje, fotografía y maquillaje y peluquería. Le siguió los cuatro galardones de 'El Niño', mientras que la gran derrotada de la noche fue 'Magical Girl', que se tuvo que conformar con el solitario Goya para su protagonista, Bárbara Lennie.

Paradójicamente, los actores malagueños de 'La isla mínima', Antonio de la Torre y Mercedes León, se fueron de vacío ya que ambos asistieron al triunfo de los candidatos de la comedia '8 apellidos vascos', Karra Elejalde y Carmen Machi, que se llevaron los galardones al mejor actor y actriz de reparto, respectivamente.

El malagueño que sí subió al escenario fue también el que levantó más aplausos de la noche: Antonio Banderas. Su mentor en los años 80, el cineasta Pedro Almodóvar, fue el que le entregó el Goya de Honor después de reconocer que «nadie como él ha mirado con tanta ilusión y tanto deseo». Un gran abrazo fundió a ambos artistas. Banderas se puso las gafas para leer un discurso en el que los clásicos, desde Goya a Buñuel, de Picasso a Lorca, asomaron para reivindicar la cultura española y, sobre todo, mirar al futuro. Algo que también se aplicó el actor al afirmar que con la estatuilla en las manos «acaba de comenzar la segunda parte del partido de mi vida». Esa nueva etapa no fue lo único que estrenó anoche. También abrió una cuenta personal en Twitter y colgó su primer 'selfie': acompañado de Pedro Almodóvar y el Goya.

Antonio Banderas, «un chavea de Málaga», también tuvo sus orígenes muy presentes en su discurso. Recordó el día que sus padres lo despidieron en la estación de tren de Málaga con dirección a Madrid, afirmó que cada vez que rodaba un plano «pensaba como me verían en España, concretamente en Málaga y, específicamente, en mi barrio, y aseguró que con el Goya de Honor en las manos cumplía la determinación que se había hecho de que «nunca, nunca volvería a Málaga con las manos vacías». Por último, dedicó el premio a su hija, Stella del Carmen, por ser la que «mas ha sufrido mis compromisos», afirmó.

Muchas expectativas estaban puestas también en el otro malagueño de la noche, el actor y monologuista Dani Rovira, que hizo doblete: se llevó el Goya al mejor actor revelación por 8 apellidos vascos y se metió a todo el público en el bolsillo con su singular estilo y un humor «blanco», que también tuvo mucha ironía. No paró de derrochar pildoritas divertidas. Como Banderas, nombró a su Málaga, donde lo estaban viendo, bromeó con la venta de su Opel Kadett que acabó por regalárselo a Penélope Cruz y tuteó al ministro de Cultura, 'Nacho' Wert, que por una vez no tuvo que revolverse en el asiento.

Eso sí, el representante del Gobierno sí que tuvo que escuchar de Almodóvar que no lo tenía entre sus «amigos». Y tampoco faltó la petición reiterada del IVA Cultural por boca del propio presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, Enrique González Macho: «Ya es hora de nos lo bajen». No obstante, José Ignacio Wert no se debió sentir muy concernido ya que, como declaró junto antes de que comenzará la gala: «Unos critican los impuestos, otros los recaudan y yo los contemplo». Una declaración con la que mandaba el recadito a su compañero de Gobierno, el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, como responsable de la subida y el mantenimiento del IVA cultural que es uno de los más altos de Europa.

Un toque mijeño

De vuelta a los premios, el Festival de Málaga Cine Español también formó parto del palmarés de la noche con la película 10.000 km, la ganadora de la Biznaga de Oro y que anoche se llevó el galardón al mejor director novel para Carlos Marqués Marcet. Por su parte la mejor cinta de animación, 'Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo', también se impuso en la categoría de guión adaptado, que fue recogido por Javier Fesser, Claro García y el mijeño Cristobal Ruiz, que dedicó el galardón a sus vecinos de La Cala de Mijas.

Sabor andaluz también tuvo el mejor documental, 'Paco de Lucía. La búsqueda', mientras que el reconocimiento a los cortometrajes fue en esta ocasión especialmente relevante al subir al escenario a los responsables de las quince cintas seleccionadas, entre ellas la argentina afincada en Málaga Victoria Sahores que tuvo que ver como su cinta de animación 'El señor del abrigo interminable' cedía el éxito a 'Juan y la nube'. Aunque ese momentazo en los Goya no se lo quita ya a nadie a la realizadora. Los otros cortos que completaron el palmarés fueron 'Café para llevar' (ficción) y 'Walls' (documental).

La divertida gala se volvió a extender más de lo previsto -sobre todo al final-, pero fue más amena que otros años. Y también las más andaluza, con el triunfo merecidísimo del 'thriller' 'La isla mínima' y la presencia de Málaga como la localización de película más citada de la noche.

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