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García Gálvez, durante la rueda de prensa en la que anunció la destitución de Francisco Salido.

La oposición denuncia la existencia de un «pacto de no agresión» entre el PP y UCB

Las abstenciones en las votaciones plenarias por parte de Salido, destituido por la alcaldesa, permiten al PP sacar adelante sus mociones pese a gobernar en minoría

Alberto Gómez

Lunes, 5 de enero 2015, 01:20

La inacción del líder de UCB, Francisco Salido, hasta el pasado 18 de noviembre socio de gobierno del PP en Benalmádena, ha desatado las alarmas. Conocido por la vehemencia con que defiende sus argumentos, el silencio por el que optó después de que la alcaldesa, Paloma García Gálvez, lo destituyera por no acatar la orden de cesar a su mano derecha y gerente de Puerto Marina, José Manuel López Merino, condenado por ejercer como abogado sin estar colegiado, fue interpretado en un primer momento como un síntoma de debilitamiento político. Casi dos meses después de su expulsión del Gobierno local del que llegó a ser llave en 2012, cuando presentó una moción de censura junto a los populares que apartó de la Alcaldía al socialista Javier Carnero, Salido sigue sin reaccionar.

A su cese le acompañaron los de sus dos hermanos y su cuñado, contratados como asesores en las delegaciones que manejaba UCB, como denunció este periódico días antes del estallido del pacto de gobierno, y de otra concejala de la formación independiente, Concepción Tejada. Lejos de atacar a la regidora, como sí hizo López Merino, que la acusó de ser «una desagradecida», Salido se ha limitado a abstenerse en las votaciones plenarias, algo que ha permitido que el PP saque adelante sus mociones pese a gobernar en minoría. Tanto PSOE como IU interpretan esta ausencia de movimientos como un «pacto de no agresión» ante la posible falta de mayoría absoluta en las próximas elecciones municipales. No en vano, Benalmádena ha mostrado una histórica polarización del voto que ha llegado a provocar cambios de gobierno en las dos últimas legislaturas tras sendas mociones de censura.

«Estamos seguros de que el pacto sigue en pie. No ha habido ninguna escenificación de ruptura con UCB y nadie habla claro al respecto. Salido no hace oposición y la alcaldesa echa balones fuera cuando se le pregunta si volvería a pactar con él. El PP no tiene otra formación con la que pactar y su intención es revalidar la alianza con UCB», afirma el candidato socialista a la Alcaldía, Víctor Navas. Por su parte, los populares desmienten que la alcaldesa se haya reunido con su exsocio de gobierno pero no rechazan la posibilidad de pactar con la formación independiente. «Nuestro objetivo es lograr la mayoría absoluta. No nos planteamos otro tipo de escenario, como sí hacen PSOE e IU para distraer la atención por su falta de trabajo», sostiene el secretario general del PP en Benalmádena, José Antonio Serrano.

Negociaciones con el PP

En los meses previos a su destitución, Salido se encontraba en negociaciones con la cúpula provincial del PP para incorporarse a su lista municipal como número dos, solo por detrás de García Gálvez. La condición impuesta por los populares era la disolución de UCB, con objeto de que sus votos fueran a parar al PP, que evitaría así toparse de nuevo con la situación de 2011, cuando pese a ser la fuerza más votada se vio relegada a la oposición por el tripartito formado por PSOE, IU y la propia UCB. La denuncia mediática de la gestión nepotista de Salido y su destitución interrumpieron estas negociaciones.

Tanto los socialistas como IU se han comprometido públicamente a no pactar con Salido, imputado, como su hermano y su cuñado, en el caso del comedor social, en el que se detectaron cerca de 260.000 euros de gastos sin justificar debidamente de los más de 300.000 recibidos en subvenciones municipales.

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