Borrar
Elena Martín López
¿Cómo se busca vida en otro planeta?

¿Cómo se busca vida en otro planeta?

«Para que sea habitable debe tener agua líquida, energía solar o térmica y moléculas inorgánicas como el oxígeno»

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Jueves, 10 de septiembre 2020

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Aunque llevamos millones de años observando el cielo que cubre nuestras cabezas, los humanos aún no hemos sido capaces de averiguar si estamos, o no, solos en el universo. En los años 50, el físico nuclear Enrico Fermi calculó que había alrededor de 300 mil millones de estrellas en la Vía Láctea, con la posibilidad física de que cerca de ellas se encuentren un gran número de planetas habitables.

Teniendo en cuenta que existen billones de galaxias, Fermi se planteó que debería haber miles de civilizaciones. Por otra parte, «con las tecnologías basadas en cohetes que hemos desarrollado para los viajes espaciales, una civilización como la nuestra tardaría entre 5 y 50 millones de años en colonizar nuestra galaxia. Esto debería haber sucedido ya varias veces en la historia, así que uno se pregunta dónde está la evidencia de dichas civilizaciones», sostiene Kevin Knuth, profesor asociado de física de la Universidad de Albany, Nueva York, en un artículo de The Conversation. La contradicción entre la ausencia de vida inteligente extraterrestre conocida y las posibilidades estadísticas de su existencia es lo que se ha denominado 'Paradoja de Fermi'.

Sin embargo, los humanos, pese a esta realidad, nos afanamos en seguir buscando. Desde mediados del siglo XX, en que los avances tecnológicos permitieron una más profunda investigación del universo, se ha intentado, sin éxito, detectar indicios de esta vida. Aun así, hemos hecho algunos progresos y, a fecha de hoy, sabemos que hay 55 exoplanetas (planetas fuera del sistema solar) que reunen las condiciones para albergar vida, según datos del Laboratorio de Habitabilidad Planetaria (PHL) de la universidad de Puerto Rico en Arecibo.

«La NASA ya realiza estudios preliminares para una misión tripulada a Marte a mediados de la década de 2030»

Fernando abilleira

Este listado se organiza según el índice de similitud de los exoplanetas con la Tierra y se basa, fundamentalmente, en las observaciones del telescopio espacial Kepler de la NASA. Algunos nombres de exoplanetas habitables destacables son: Kepler-1649c, Teegarden c o TOI 700d. El problema es que la mayoría se encuentran demasiado lejos de nosotros. Por ejemplo, K2-18b, está a 111 años luz, unos 1.000 billones de kilómetros desde la Tierra. Esta es una distancia imposible para enviar una sonda que lo explore con la tecnología actual, así que mientras la industria espacial avanza, seguimos buscando posibilidades más cerca de casa.

Vivir en Marte

Las misiones más ambiciosas de las últimas décadas han sido las de la exploración de nuestros planetas vecinos. Venus, que es el más cercano a la nosotros, ha sido declarado inhóspito, pero en Marte, aunque no se han visto marcianos, sí que se ha comprobado que «hace más de 3.000 millones de años había ríos, lagos e incluso océanos en su superficie. Es decir, era similar a la Tierra», expresa el español Fernando Abilleira, gerente de navegación y diseño de la misión Mars 2020 de la NASA.

El agua líquida, en superficie o subterránea, es el ingrediente esencial para que un planeta sea habitable. «A este hay que añadir otros como energía (solar o térmica) y moléculas inorgánicas (carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo...)», cuenta Bernard Foing, científico de la Agencia Espacial Europea (ESA), director de ILEWG EuroMoonMars e investigador de Mars-Express/ExoMars. El experto añade que Marte sigue con reservas de hielo en los polos y en sus trópicos, y que mantiene actividad volcánica que puede haber permitido la supervivencia de ciertas formas de vida bajo la superficie. «Esta vida podría ser diferente a la terrestre, por lo que necesitamos técnicas de detección más universales y sensibles para detectarlas», comenta.

«Hace más de 3.000 millones de años Marte era un planeta similar a la Tierra, con ríos, lagos y océanos»

Fernando abilleira

Lo cierto es, sin embargo, que el planeta rojo se está resistiendo a ser colonizado. De hecho, el 60% de las misiones dirigidas hacia él han fracasado, y es que salir del confort que nos proporciona la atmósfera terrestre tiene sus riesgos, tanto para un humano como para una máquina. Por ello, para llegar hasta otro planeta y, en este caso, a Marte, hay que construir sondas complejas y adaptadas al espacio, fabricar cohetes con potentes motores interplanetarios que los propulsen fuera de la Tierra, sobrevivir a un viaje espacial de seis meses, insertar la sonda en la atmósfera marciana en la posición, ángulo y velocidad correctos, protegerla con un escudo térmico para que no se derrita al someterse a temperaturas muy elevadas (alrededor de los 1.500 grados Celsius), desplegar un paracaídas hipersónico y subsónico, realizar una desaceleración final extrema en la que se puede pasar de los 20.000 kilómetros por hora a los ocho en pocos minutos (la fina atmósfera de Marte no decelera los vehículos lo suficiente y muchos se estrellan); aterrizar suavemente y, finalmente, desplegar los sistemas de energía, comunicaciones, científicos y los rover (vehículos de exploración espacial diseñados para moverse sobre la superficie de un planeta). Entonces, podrá dar comienzo la exploración.

¡Todo este trajín para colocar un objeto inanimado en la superficie marciana! No sorprende, por tanto, que todavía tengamos que esperar para ir a ver los atardeceres azules de Marte. Entre los desafíos está: «desarrollar la tecnología necesaria para aterrizar módulos de gran tamaño o proteger a la tripulación de la radiación que existe durante el viaje interplanetario y en el propio cuerpo celeste», expresa Abilleira.

Eso sí, el deseo de poner un pie en Marte puede más que cualquier barrera a superar. Por eso, la NASA, además de las misiones no tripuladas que cursa en la actualidad, ya realiza estudios preliminares para lanzar la primera misión tripulada de la historia al planeta rojo a mediados de la década de 2030. Lo que no le falta es competencia. Otros países como Rusia, China o Emiratos Árabes también han lanzado recientemente misiones a Marte con el fin de liderar esta carrera espacial. Por su parte, la empresa aeroespacial privada SpaceX, creada por el fundador de Tesla, Elon Musk, también ha desvelado sus planes de construir una ciudad de un millón de habitantes en Marte para 2050.

El español Fernando Abilleira junto a una copia del rover Curiosity, que aterrizó en Marte el 5 de agosto de 2012 y que determinó que el planeta rojo pudo ser habitable. F.A.

«Perseverance tiene un sistema de almacenamiento de muestras pionero»

El pasado 30 de julio, la NASA lanzó su última misión a Marte, Mars 2020 Perseverance, desde la plataforma de lanzamiento 41 del Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, Florida. El vehículo espacial despegó acoplado a la punta del cohete Atlas V a las 7:50 (hora local) y tiene previsto aterrizar en Marte el 18 de febrero de 2021. Este nuevo rover se ha inspirado en su predecesor, Curiosity, y está diseño para mejorar el conocimiento geológico de Marte y buscar signos de vida pasada.

Perseverance amartizará en el cráter Jezero y estudiará el medio a través de un instrumento español conocido como MEDA, que recopilará datos sobre la velocidad y dirección del viento, la temperatura, la radiación, la humedad, e incluso el tamaño del polvo. «Su sistema de almacenamiento de muestras es el primero en la historia de la exploración de Marte. Además, lleva un sistema de navegación relativa al terreno que le permitirá evitar áreas peligrosas (acantilados, campos de rocas, dunas de arena) de forma autónoma», expresa Abilleira. La NASA y le ESA trabajan conjuntamente para lanzar una misión, no antes del 2026, que pueda traer estas muestras de vuelta a la Tierra para realizar un análisis más detallado de las mismas.

El rover también dispondrá de otro instrumento conocido como MOXIE que tratará de generar oxígeno a partir del dióxido de carbono de la atmósfera. El oxígeno es fundamental para futuras misiones tripuladas, ya que se puede utilizar para que los astronautas respiren o para combustible.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios