Jorge Shaw recupera a sus hijos

Carlota (11 años) ha vuelto a jugar al golf en el campo del Guadalhorce, donde dio sus primeros golpes. Nicolás (9) se ha apuntado al gimnasio Pitu, en El Palo, para aprender kárate. A Hugo (6) y a Álex (4), los más pequeños, les gusta pasear en bici por el paseo marítimo de Pedregalejo. Y a Jorge Shaw les encanta mirarlos mientras juegan, ajenos a todo. Aunque pueda parecer una rutina para cualquier padre, él ha soñado cada día con volver a verlos. El viernes, después de dos años y medio de lucha, consiguió recuperar a sus cuatro hijos.

Todo comenzó el 30 de junio de 2011. «No se me va a olvidar nunca ese día», cuenta este padre malagueño. «Mi exmujer -Carolina Vico- me dijo que se los llevaba a comer. Luego me llamó para comentarme que hacía mucho que no estaba con ellos y que se iban a ir un rato al Tívoli. Ya no supe nada más de ellos. Apagó los móviles y se marchó con los niños a México». Desde entonces, la familia Shaw, con Jorge a la cabeza, se movilizó en los medios de comunicación y en las redes sociales para localizar a los pequeños. «Cuando supe que estaban en México, me fui con un cartel y me puse a buscarlos. Recorrí cinco estados preguntando en restaurantes, colegios, hospitales, centros comerciales...», relata.

Hasta que los encontró. El 10 de agosto de 2012 los vio por primera vez, aunque solo fue un espejismo que duró unas horas, porque no pudo traerlos consigo a España. «Las autoridades intentaron dármelos hasta en cuatro ocasiones, montaron operativos, pero ella siempre se escapaba. Desaparecía y al cabo de unos días volvía con un nuevo recurso», explica Jorge.

Regreso a España

El pasado octubre, Carolina Vico, que también es malagueña, regresó a España con los pequeños para afrontar todos procedimientos judiciales que hay abiertos entre ellos. Y siguió el goteo de denuncias. «A mí me tocaba estar con ellos los miércoles y todos los fines de semana menos uno, pero no me dejaba verlos», añade el padre. Pero la semana pasada todo cambió. Su exmujer quería volver a México, donde tiene a su actual pareja y al hijo de ambos. «Se ha llegado a un acuerdo sobre la guarda y custodia y ella se ha marchado», explica la abogada Regina Apalategui, que asiste a Jorge en este asunto. Las vacaciones de verano y de Navidad son compartidas, aunque tendrá que ser Carolina la que venga a pasarlas aquí con ellos, porque el convenio regulador, supervisado por el Juzgado de Violencia contra la Mujer número 2 de Málaga, impide que los niños salgan del país.

Con este paso, Jorge Shaw ha ganado una de las batallas que libraba, la principal, pero no la guerra. No en vano, la pareja ha cruzado multitud de denuncias en los juzgados. Él, por llevarse a sus hijos sin su consentimiento, una causa que se sigue en el Juzgado de Instrucción número 5 de la capital por sustracción de menores o desobediencia. Carolina lo acusa de malos tratos físicos y psicológicos.

Entre tanto, mientras los juzgados dirimen verdades y mentiras en la turbulenta relación de pareja, los niños han vuelto con su padre. Se han mudado los cinco a una casa en Cerrado de Calderón. «El reencuentro fue increíble. Al principio estaban un poco cortados, pero después era como si esos dos años y medio no hubiesen pasado. Son muy buenos niños. Todavía siguen recuperándose porque han estado un curso sin ir al colegio en México. Habrá que intentar meterlos poco a poco en vereda, con mucha paciencia y cariño», afirma Jorge.

Ahora más que nunca valora cada minuto que pasa con ellos. «Me reconforta sus risas, llevarlos al colegio, acostarlos... No le deseo a nadie lo que he pasado, pero todo ese esfuerzo, por mis hijos, merece la pena». Ayer, usó Facebook, la misma herramienta que le ayudó a buscarlos, para dar la noticia: «¡¡¡Gracias!!! Mis hijos están conmigo».