ROSA BELMONTE
Jueves, 3 de noviembre 2011, 02:26
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Que un indeseable diga sus disparates escuece. Aunque sea ficción. La última de Mauricio Colmenero, de la serie 'Aída', al encontrarse un bebé: «Imagínate que se lo queda cualquier indeseable; o peor aún, un catalán». Lío, lío. Y venimos de Guti y su respuesta al tuit en catalán: «Lo siento no entiendo ese dialecto o ese idioma, ¿es polaco?» (sic). Y venimos del chat de 'Mujeres, hombres y viceversa' donde preguntaron a un concursante: «Si tuvieras un hijo, qué preferirías: ¿que fuera homosexual, que fuera negro o que fuera catalán?». El muchacho tiró de cursilería para salir airoso: «Con tal de su felicidad y la mía.». Telecinco pidió perdón y eliminó el comentario. Mauricio es un personaje inventado, racista, homófobo, anticatalán. Todo en uno. Reflejo de la sociedad. Pero divertido. Claro, según La Rochefoucauld, todos tenemos presencia de ánimo suficiente para soportar los infortunios de los otros. También, las pullas a los otros.
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