Caruana exige el derecho a la autodeterminación de Gibraltar

El ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, defendió ayer que la solución al contencioso pasa por respetar su derecho a la autodeterminación, rechazando la posibilidad de que cualquier avance pueda provenir de una negociación estrictamente bilateral entre España y el Reino Unido.

Caruana reaccionó así después de que el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, abogara porque las autoridades de ambos países avancen en la solución del contencioso histórico de Gibraltar ante la presencia de príncipe de Gales en la visita oficial que realizó a España la semana pasada.

«El bilateralismo entre España y Reino Unido, como si fuéramos meros observadores y no la parte determinante del futuro, no es un proceso viable», resumió Caruana, quien indicó que habría que definir los avances que reclamaba el Príncipe Felipe.

Por ello, ha apostado por continuar las conversaciones en el marco del foro trilateral de diálogo, que nació en 2004, porque el bilateral «es la denegación del derecho a la autodeterminación» de Gibraltar y representaría, a su juicio, un retroceso y una solución propia del siglo XVIII.

Para Caruana, el derecho a la autodeterminación es una «obviedad internacional jurídica» que existe y que Gibraltar declara, y que no obligatoriamente va vinculado con la independencia, al recordar que así lo ejercieron al celebrar un referéndum para elaborar una nueva Constitución que permitió que tengan competencias exclusivas en todos los ámbitos, excepto en Defensa y Exteriores.

Además, negó que sea el Gobierno gibraltareño el que ha paralizado los trabajos del Foro de Diálogo Tripartito, el proceso lanzado en 2004 para tratar de desbloquear el contencioso de Gibraltar .

«No hemos bloqueado nada. De hecho, el que dice que no quiere hablar de soberanía con nosotros es el propio gobierno español. Hemos dejado muy claro que en temas como el de las aguas jurisdiccionales no se les puede dejar a los agentes policiales o a las peritos de medio ambiente que resuelvan un problema de trasfondo político», señaló.

Caruana reconoció que el problema de fondo es que España no reconozca que Gibraltar tiene aguas jurisdiccionales, pero ha asegurado que han pedido que las partes implicadas - Gibraltar , España y el Reino Unido- se reúnan lo antes posible «para seguir buscando fórmulas que nos permitan cooperar en el tema de las aguas».

Pero a continuación recalcó que no van a permitir que la cooperación sirva de alguna manera para «la consolidación lo que seria una cogestión o cotitularidad sobre las aguas» ni que «los agentes policiales traten temas que son políticos».

Tras destacar el «alto grado de normalidad que antes no existía» en las relaciones con España, Caruana ha justificado que en ocasiones se defiendan y se tense la relación, aunque ha añadido que se limitan a reivindicar sus intereses y aspiraciones políticas.

Según el ministro principal, no quieren vivir de espaldas a España a la que les unen muchos lazos, pero esto no equivale a que por obligación deban formar parte de ella: «Gibraltar por defender su derechos y aspiraciones no tiene que ser antiespañola».

Según Caruana, Gibraltar no es patrimonio del Reino Unido «ni mucho menos» de España, y ha desvinculado el contencioso de las reivindicaciones sobre Ceuta y Melilla y también las de los independentistas catalanes.

«Cataluña no está ni en la lista de Naciones Unidas para su descolonización. Gibraltar no forma parte de España, ni del Reino Unido, ni de ningún Estado. Son situaciones distintas», reiteró.

Solución a la andorrana

Caruana, también rechazó una solución a la andorrana para el contencioso del Peñón y subrayó que no van a cambiar «un poder colonial por dos». «Gibraltar no estaría dispuesto a aceptar ningún modelo que permitiese que una persona o una autoridad ajena a Gibraltar , como un obispo o un príncipe -como es el caso de Andorra-, ejercieran poderes de ningún tipo», reiteró.